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El Defensor Universitario

Faustino Fernández Miranda, primer Defensor Universitario de la UNED.
Rapidez, eficacia y eficiencia son los pilares de su actuación.
''Los alumnos son los destinatarios principales del servicio público que prestamos''

En Europa, la institución del Defensor Universitario tiene sus raíces en la figura del Ombudsman, que conocemos como el ‘Defensor del Pueblo’ en España y en las análogas instituciones autonómicas establecidas tras la Constitución de 1978.

Se comparte con todas ellas los principios de independencia, confidencialidad, transparencia y defensa de los derechos, como garante de la igualdad de las personas.

Tras  la entrada en vigor, en 1983, de la L.R.U., algunas universidades españolas, en uso de su autonomía, establecieron la figura del Defensor Universitario, aunque no fue hasta mediados de la década de los noventa cuando la institución empezó a extenderse.

La aprobación en 2001 de la LOU introdujo de forma obligatoria esta institución en la estructura organizativa de las universidades, lo cual ha supuesto que, en la actualidad, la institución esté funcionando en más de 50 universidades públicas y privadas en nuestro país; ello representa más del 80% del total de las existentes.
 

Existe también una red europea (ENOHE), organizadora de Congresos anuales, que facilita los contactos e intercambios de experiencias entre titulares de la misma. España es el país de la Unión Europea que ofrece una mayor presencia y tradición de la institución, por lo que se ha convertido en referencia innovadora en la construcción del Espacio Europeo de Educación Superior.
 

En la UNED, en el pleno del Claustro celebrado el 17 de diciembre de 2006, se llevó a cabo la elección del primer titular del cargo, Faustino Fernández-Miranda Alonso, que es quien actualmente lo desempeña desde que tomó posesión el día 19 de enero de 2007.

 Cálido, cercano, amable. Así es y así se muestra a lo largo de toda la entrevista el Primer Defensor Universitario de la UNED, el cual tomó posesión de su cargo en 2007, el mismo año en el que se proclamó en Segovia el manifiesto a favor del Defensor Universitario, conocido como " Manifiesto de la Granja". Allí se pedía algo que Fernández Miranda aprecia mucho: los recursos y medios necesarios para consolidar esta institución y, sobre todo, para garantizar su independencia "Sin independencia, esta figura no se puede concebir", afirma una y otra vez el Defensor; es la clave de arco de la institución del Defensor Universitario. Aunque esa independencia ya está declarada en los estatutos, hay que llevarla a la práctica. El Defensor es –y  debe ser– no sólo independiente del poder ejecutivo o el poder político de la Universidad, de su Rectorado, es independiente, también, del resto de órganos y personas. “Sin independencia, esta figura perdería todo su significado. Para mi, este aspecto es prioritario"
 

Mediador por naturaleza, Faustino Fernández Miranda, en el último informe anual elaborado por su Oficina, afirma que la problemática que tiene entrada en la misma se puede homologar con la de otras universidades presenciales. Aun a pesar de las consultas derivadas de las singularidades propias de la UNED, "la mediación es fundamental; pero no nos debemos engañar, añade, porque mediar no significa no resolver. De lo que la Oficina puede estar orgullosa es de que, desde el principio, hemos luchado contra el silencio administrativo. En una labor previa a la tramitación de una queja, se recuerda la obligación de resolver. Se la recuerda a los  distintos órganos de la casa, y en todo tipo de materias, porque el silencio administrativo no es un modo de contestar: hay que responder”.
 

Nos aclara, acerca del elevado porcentaje de alumnos que en el mencionado informe, en relación a otros estamentos, recurre al Defensor del Universitario, que "no es porque el alumnado se queje mucho; es que es lógico, porque los alumnos son los destinatarios principales del servicio público que prestamos. Si hay una dificultad en un funcionamiento de la gestión, el que lo padece es el alumno; y no podemos olvidar  que la UNED cuenta con unos doscientos mil alumnos”.

 
Que la Oficina del Defensor Universitario es un Órgano Consultivo y no Ejecutivo es algo que quiere dejarnos muy claro este jurista. "El único instrumento del que disponemos, en el caso en que, al tramitar un caso,  se observe una vulneración de derechos y libertades de algún miembro de la comunidad universitaria –una vez agotadas las vías de reclamación y de recurso dentro de la Universidad– es la recomendación. Recomendación al Órgano supremo de la Universidad para que justifique su actuación. Y, hasta el momento, siempre que se ha requerido, lo ha hecho”.
 

Rapidez, eficacia y eficiencia son los pilares sobre los que Fernández Miranda fundamenta su actuación, puesto que un 80% de las consultas se resuelve con gran celeridad. "Localizar cuál es la clave para resolver el problema es fundamental”, afirma. Y eso se consigue gracias también a un excelente equipo, como el que tiene la Oficina del Defensor de la UNED. Comparando los datos del 2008 con los del 2009, la rapidez en la tramitación ha avanzado de un modo sustancial porque, indudablemente, también la experiencia favorece el proceso, puesto que los casos tienden a repetirse. Pero es preciso distinguir cuando llega una queja  que tiene un trasfondo jurídico. Ahí, la rapidez  es mala consejera...
 

La recopilación de la casuística que motiva las  consultas, quejas y mediaciones lo sitúa en una  privilegiada atalaya desde la que poder observar una amplia panorámica del conjunto de la Universidad. Atalaya que el Defensor de la UNED define como "el gran servicio que, modestamente, puede prestar a la Universidad esta Oficina en la detección de problemas estructurales, los cuales desde ningún organismo ejecutivo  –o  de otra naturaleza– se perciben. Es curioso observar cómo, a través de las quejas, hemos detectado fallos estructurales de los que no eran conscientes ni los propios órganos de gobierno ni los distintos órganos afectados".
 

El Defensor Universitario de la UNED, Faustino Fernández Miranda,  pasará a la  Historia de la Universidad como el primero en ostentar este cargo. Un cargo de futuro para un docente con un brillante pasado académico, que aboga por "insertar esta figura dentro del Sistema de Calidad, pero sin olvidar su independencia; no va a sustituir a los órganos de calidad que debe establecer por imperativo legal la propia universidad, pero esta independencia de la figura del Defensor le da una naturaleza distinta: de observador cualificado, distante de los órganos, inmerso en las situaciones y vigilante de las actuaciones".

Fernández Miranda, docente, jurista, Defensor del Universitario de la UNED, simpático y "asturiano ejerciente" como él se define. Del Conceyu de Salas. Que piensa que afirmar que Asturias es España y lo demás tierra conquistada es una exageración, pero... no se resiste a apostillar  "algo de eso hay”.
 

Texto y fotos: Isabel Quiñones 

 (Fotos de Salas y un paisaje astur)

 

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