La relación entre fe y razón, religión y filosofía, ha marcado la historia de Occidente. Prácticamente todos los grandes filósofos intentaron pensar y, en la medida de lo posible, armonizar religión y filosofía. Hasta muy recientemente, filosofía y religión caminaron juntas. No envidiaríamos a nadie que tuviese que separar lo “filosófico” de lo “religioso” en pensadores como Platón, Aristóteles, san Agustín, santo Tomás, Descartes, Kant, Hegel, Heidegger… No sería, desde luego, tarea fácil.
Naturalmente, en una convivencia tan dilatada, el predominio fue rotativo. A veces, la filosofía se convirtió en una especie de auxiliar de la religión, de la teología. Fueron días de horas bajas para la filosofía. Otras veces, el péndulo osciló en sentido opuesto. La filosofía también intentó erigirse en instancia suprema y la religión pasó a ser considerada como un objeto de superación.
Pero desde el siglo XVIII se intenta poner fin a esta dialéctica de vencedores y vencidos. Se ensaya una nueva forma de relación entre filosofía y religión más allá de los esquemas de dominación y subordinación. La nueva fórmula se llama “filosofía de la religión”. Se establece una nueva vinculación entre ambas magnitudes, que se irá perfilando, en controversia y en diálogo, hasta nuestros días.
Filosofía de la religión I tiene como objetivos (i) dilucidar el ámbito, naturaleza, objeto y racionalidad de esta "nueva" disciplina filosófica; (ii) reflexionar sobre la complejidad y la ambigüedad del hecho religioso, proponiendo una articulación positiva con las ciencias de la religión; y (iii) realizar una primera aproximación a través de los pensadores más significativos, que propiciaron e impulsaron el surgimiento de la filosofía de la religión. De este modo, la asignatura establece el marco general de esta disciplina filosófica que se extenderá en diferentes líneas de investigación y con el análisis de los problemas más acuciantes en Filosofía de la religión II.
Esta asignatura pertenece al Departamento de Filosofía y Filosofía Moral y Política porque es, sin duda, a la vez filosofía teórica y filosofía práctica. La filosofía de la religión trata de “pensar” la religión, esa realidad tan compleja y tan antigua como el propio ser humano. Pensarla, con el fin de descubrir y mostrar sus elementos de verdad, pero también sus momentos de complejidad y ambigüedad.
De ahí que ese objetivo no sólo sea teórico, sino que tenga, a la vez, una ineludible dimensión práctica. Esta dimensión de la asignatura adquiere en nuestro contexto histórico de radical pluralismo y de integrismos y fundamentalismos religiosos una relevancia particular. Para lograr este objetivo, la filosofía de la religión enlaza tanto con las ciencias de las religiones como con la reflexión filosófica, y mantendrá un diálogo permanente con otras asignaturas del plan de estudios como la antropología filosófica, la ética, la filosofía política, la filosofía de la historia y la estética.
