Esta asignatura, que continúa las enseñanzas impartidas en el primer semestre por la materia titulada Comunicación oral y escrita en lengua española I, se propone cubrir las competencias que tiene asignadas en el marco del plan formativo; esto es, lograr que el estudiante adquiera unos conocimientos teóricos y prácticos sobre:
Los diferentes registros lingüísticos.
El español normativo: el buen uso de la lengua hablada y escrita.
La tipología y el análisis de textos orales y escritos desde los diferentes niveles lingüísticos.
La comprensión, expresión y análisis de textos orales y escritos.
La producción de textos escritos y orales adecuados al registro formal.
Las presentaciones orales y escritas propias del ámbito académico.
El alumno que curse la asignatura será capaz de lograr los siguientes objetivos:
Distinguir los diferentes registros lingüísticos del español. Identificar, analizar y describir los procedimientos cohesivos del discurso con que cuenta la lengua española y, en particular, los conectores o marcadores discursivos.
Comprender, sintetizar y reproducir textos orales o escritos relacionados con las materias del ámbito académico y profesional.
Elaborar, redactar y producir textos orales o escritos de acuerdo con la norma culta del español.
Elaborar, redactar y producir textos orales o escritos en español adecuados al ámbito académico.
Se trata, por lo tanto, de proveer al alumno de:
Una competencia lingüística que le permita comprender y desarrollar los mecanismos que intervienen en la producción de la expresión, tanto oral como escrita, en los diferentes registros lingüísticos, en los distintos tipos de textos y en función de las distintas situaciones de comunicación que se le presenten.
Unos conocimientos teóricos que lo capaciten para valorar, seleccionar y manifestar los recursos lingüísticos que le ofrece la lengua, tanto en el nivel textual como en el de los niveles tradicionales de análisis (fónico, morfosintáctico y léxico-semántico), de modo que pueda ofrecer explicaciones razonadas sobre la existencia de determinados fenómenos lingüísticos desde el punto de vista normativo.
Una potencialidad práctica que le proporcione la capacidad de valerse de las fuentes y los instrumentos adecuados para ejercer la continua actualización de los conocimientos que precisa el estudio de la lengua.
Una capacidad práctica que le permita localizar y analizar los procedimientos de cohesión que se producen en el discurso, así como elaborar textos escritos y orales adecuados a diferentes registros lingüísticos y, especialmente, al que exige el ámbito académico.