Pese a lo que pueda parecer en estos tiempos de crisis, la Economía es quizás la ciencia social que más avances ha experimentado en las últimas décadas, pese a lo cual no es una ciencia exacta.
Los economistas intentan comprender el funcionamiento de la economía para optimizar el uso de los recursos y favorecer la consecución de mayores niveles de vida. Para ello construyen modelos sobre el funcionamiento de la realidad utilizando, cada vez más, instrumentos matemáticos. Esos modelos y esas estimaciones no siempre coinciden con lo que realmente ocurre. Frecuentemente se ha planteado que, en su afán por establecer modelos matemáticos que expliquen el funcionamiento de la economía, los economistas se han alejado de la realidad.
Pues bien, podríamos decir que la Historia Económicase ocupa de ese caso especial que es la vida real. ¿En qué medida conocer esa “vida real” contribuye a la formación profesional de un economista? Podemos encontrar una respuesta en una frase de un Nobel de Economía, Kenneth Arrow, para quien el que un economista saliese de la universidad sin unos sólidos conocimientos de Historia Económica sería tan arriesgado como que un médico (economista) diagnosticase una enfermedad (problema económico) y aplicase un tratamiento (política económica) sin haber reconstruido la historia clínica (económica) del paciente (problema). A veces es en esa historia clínica, donde se halla el fundamento del diagnóstico, y es también la que condiciona los tratamientos que deben aplicarse.
La asignatura Historia Económica Mundial forma parte de los 60 créditos de formación básica del Grado en Economía, dentro de la materia Historia Económica y Marco Jurídico, que incluye además de dos asignaturas de historia económica (mundial y de España), una historia del pensamiento económico y la introducción al derecho.