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Al hablar de psicología, es posible que algún lector espere encontrar referencias al inconsciente, el super-yo o a un yo transcendente, es decir, conceptos pertenecientes al psicoanálisis o a la psicología humanista. Pero las escasas aportaciones científicas de estas orientaciones al estudio de los procesos psicológicos, hace que las menciones que pueda encontrar a estos enfoques sean mínimas. Por contra, va a hallar referencias a otras orientaciones, que han tenido menos eco social, por lo que antes de abordar el estudio de los procesos psicológicos, se hace necesaria esta introducción. Su objeto es delimitar, perfilar y contextualizar el marco en el que se ha llevado a cabo el estudio de los procesos psicológicos. A tal fin, se hace referencia al campo de estudio de la psicología, a su finalidad, a los métodos y a las técnicas que utiliza.
Objetivos
El primer objetivo de esta introducción al estudio de los procesos psicológicos, es proporcionar un escueto acercamiento histórico a los orígenes y evolución de la psicología. Con ello se pretende que el alumno pueda realizar una clara diferenciación entre lo que es la psicología científica, que es nuestro objeto de interés, y lo que no lo es.
El segundo objetivo es delimitar qué es la psicología y qué representa, dentro de ésta, la psicología de los procesos. Para ello se contrasta con otras disciplinas que también tienen por objeto el estudio de la actividad humana, aunque desde otras perspectivas; y, así mismo, se delimita la psicología de los procesos frente a otras psicologías, como las aplicadas, la evolutiva, la social, la diferencial, etc.
Un elemento central en el estudio de los procesos psicológicos, es su enmarque dentro de la psicología científica. Se trata de una de las señas de identidad en el estudio de los procesos psicológicos, por lo que estudiar sus posibilidades y limitaciones, debe ayudar a entenderlos.
Por último, como marco de referencia, para abordar en los siguientes capítulos el estudio de la atención, la percepción, el aprendizaje, la memoria, el pensamiento, el lenguaje, la motivación y la emoción, es preciso hacer una referencia y reflexión al método empleado en su estudio, que es el método experimental.
Para poder centrarnos en el análisis de toda la información que nos llega y poder seleccionar la que consideremos más pertinente para las actividades que se ejecutan o se van a ejecutar en un momento dado, disponemos de una capacidad cognitiva que nos permite controlar y dirigir nuestra actividad mental y conductual. Nos estamos refiriendo a la atención; si no dispusiéramos de ella estaríamos saturados de información y a su vez nuestra actividad mental y conductual presentaría una total desorganización. Nuestras capacidades atencionales nos permiten adaptarnos a un entorno complejo, manipularlo y entenderlo. Gracias a esta capacidad atencional podemos dirigir nuestros recursos mentales sobre algunos aspectos del entorno y prescindir de otros, o repartir dichos recursos de forma óptima entre dos o más tareas.
El tema de la atención no es de ubicación fácil porque hay multitud de aspectos del comportamiento y de la actividad psíquica que se relacionan con el término de atención. La atención no es un fenómeno que se pueda aislar para su estudio, al contrario ha de estudiarse en relación a su influencia, actuación e interacción con otros procesos mentales a los que alimenta y de los que necesita para su intervención; entre otros la percepción, la memoria, el pensamiento, el aprendizaje y la resolución de tareas.
Del estudio de los procesos atencionales se ha derivado una gran cantidad de datos y formulaciones teóricas. No obstante, aún queda mucho para que exista una idea general más o menos aceptada entre todos los estudiosos de este tema acerca de qué es y cómo funciona la atención. Existe una gran variedad de teorías y modelos avalados en unos casos y descartados en otros por multitud de estudios experimentales, que hacen sumamente difícil llegar a una concepción más o menos homogénea de lo que es la atención.
Objetivos:
El objetivo de este tema es realizar una introducción sucinta al estudio de la atención, así como remarcar la complejidad y relevancia de este proceso en la funcionalidad del sistema cognitivo.
La primera parte del tema pretende dar una explicación de lo que se entiende por atención y su implicación e interrelación con varios procesos cognitivos; así mismo, se hace una revisión de los elementos que orientan la atención.
La segunda parte comprende una revisión de los modelos teóricos, comenzando con los más clásicos (los modelos de filtro), para continuar con los de recursos limitados o de capacidad limitada, terminando con una pequeña exposición de las tendencias actuales de investigación en cuanto a modelos explicativos.
La tercera parte analiza los procesos automáticos y controlados, las diferencias y similitudes existentes entre ellos, para finalizar el tema con una introducción sobre las medidas que se aplican en el estudio experimental de la atención.
Las operaciones del sistema sensorial y el modo en que éstas transforman los datos sensoriales en experiencia perceptiva, son de importancia central para el funcionamiento humano. Se suele pensar, equivocadamente, que éste es un proceso simple y sencillo que meramente depende de los órganos sensoriales. Nada más lejos de la realidad. Lo cierto es que toda percepción presenta un cierto grado de ambigüedad y el proceso perceptual ha de decidir cuál de las diferentes interpretaciones de un estímulo es la más adecuada en cada caso concreto.
La percepción es el primer paso del procesamiento y también el último. En realidad, la percepción es tanto una primera etapa que proporciona datos a otros procesos, como una etapa final en la que influyen procesos superiores, como el aprendizaje y la memoria.
Puesto que, en la actualidad, nuestra comprensión de la percepción visual es la más completa, la tomaremos como referente a lo largo de este tema.
El objetivo de este tema es introducir al alumno en el estudio de la percepción y, más específicamente, en el de la percepción visual.
La primera parte del tema pretende dar una explicación de lo que se entiende por percepción y se presenta una introducción al sistema sensorial de la visión.
La segunda parte recoge el proceso de organización perceptual con las aportaciones hechas por la Escuela de la Gestalt a este proceso.
La tercera parte presenta el reconocimiento visual del objeto, un recorrido por su estudio e interpretación a través de varios modelos o teorías.
Los procesos de aprendizaje han sido una de las áreas más estudiadas en psicología. Se han descubierto muchos aspectos importantes acerca de cómo adquirimos la información sobre nuestro medio ambiente y cómo utilizamos ese conocimiento para interactuar eficazmente con él. El estudio contemporáneo del aprendizaje y la conducta se ve enriquecido por numerosos hallazgos y modos nuevos de pensar, y se integra con las investigaciones afines sobre las bases biológicas de la conducta y el estudio de los procesos cognitivos.
El proceso de aprendizaje es crucial para todos los organismos debido a que facilita la adaptación a las condiciones cambiantes del medio. La principal función de la capacidad de aprender es desarrollar conductas que se adapten a un entorno mudable; es decir, el aprendizaje dota a las especies de capacidad para adaptarse.
La investigación del aprendizaje ha tenido sus repercusiones en la sociedad, ha aportado muchos conocimientos sobre la conducta humana y sobre diversas especies animales, ha desarrollado teorías y modelos que aportan significativas ventajas prácticas en muchos contextos sociales, entre ellos la educación y el campo de la salud mental.
Es evidente que en un único tema no se pueden exponer y tratar todos los principios del aprendizaje y la conducta, ni todas las teorías explicativas y sus aplicaciones prácticas. Por tanto, en este tema nos limitaremos a estudiar las formas más básicas de aprendizaje, el condicionamiento clásico y el instrumental, y los principios por los que se rigen.
La primera parte del tema pretende dar una explicación sencilla y clara de lo que se entiende por aprendizaje y disposiciones innatas de los organismos. Así mismo, se tratan dos fenómenos que intervienen en el ajuste del organismo a su medio ambiente, la habituación y sensibilización.
La segunda parte hace referencia a una de las formas básica de aprendizaje, el condicionamiento clásico, comenzando con el estudio inicial de Pavlov para continuar con el paradigma del condicionamiento clásico, sus fases esenciales, tipos y procedimientos.
La tercera parte pretende cubrir la otra forma básica de aprendizaje, el condicionamiento instrumental. Se inicia este bloque temático con una exposición de las primeras investigaciones sobre condicionamiento instrumental. Seguidamente, se analizan los diferentes enfoques de estudio, los principales elementos, procedimientos y programas de reforzamiento. Por último, se estudian dos fenómenos de aprendizaje adaptativo: la discriminación y generalización.
La memoria humana contiene una ingente cantidad de unidades informativas. Su disposición no es aleatoria, sino que mantienen una estructura y organización precisas a fin de facilitar su retención, procesamiento y recuperación. Esta capacidad de almacenar, elaborar y evocar la información pretérita, libera a la conducta de su dependencia de factores instintivos. En la evolución filogenética, la aparición de la memoria propicia el desarrollo de una serie de procesos cognitivos, incluido el aprendizaje, que confieren gran ductilidad a la conducta en su adaptación al medio.
Las reflexiones filosóficas en torno a la memoria han existido desde antiguo. Sin embargo, su estudio pormenorizado y sistemático no se inicia hasta finales del siglo XIX con los trabajos de Ebbinghaus. La metodología diseñada por Ebbinghaus proporcionó una herramienta poderosa en el estudio experimental de la memoria, generando una abundante cantidad de datos sobre los procesos de retención y olvido. No obstante, los aspectos teóricos y empíricos del estudio de la memoria no siguieron un curso parejo. Así, hasta mediados del siglo XX, estos resultados fueron parcialmente interpretados desde un paradigma asociacionista. A la sazón, este panorama cambió drásticamente con la aparición de la psicología cognitiva y del enfoque del procesamiento de la información. Su aplicación al campo de la memoria ha dado lugar a la formulación de diversos modelos en los que se describen distintas estructuras de almacenamiento. En conjunto constituyen un modelo general que se ha dado en denominar modelo modal de la memoria.
Desde este modelo, se entiende la memoria como un sistema integrado por tres almacenes o estructuras relacionadas: la memoria sensorial, la memoria a corto plazo y la memoria a largo plazo. La información entrante sigue una derrota secuencial que la conduce de uno a otro almacén. En cada uno de ellos es objeto de una serie de procesos que le confieren un formato peculiar; es decir, se transforma la información en un código propio que facilita su retención.
En este tema, trataremos primero en detalle estas estructuras de memoria y los subsistemas asociados a ellas. Así, se estudiará la retención de la información en los almacenes sensoriales visuales y auditivos, las llamadas memorias icónica y ecoica.
El análisis categorial de dicha información se efectúa en la memoria a corto plazo o de trabajo. El estudio de sus principales características constituirá el segundo objetivo del tema.
Los datos codificados en esta estructura mnésica son transferidos a un tercer almacén, conocido como memoria a largo plazo. El análisis pormenorizado de los subsistemas que lo integran (memorias declarativas y no declarativas) será el tercer objetivo de este tema.
Finalmente, trataremos también los procesos que, ya bajo el control de la persona ya de forma automática, se llevan a cabo en cada una de estos almacenes: procesos de codificación (repetición, recodificación o agrupamiento), procesos de búsqueda y recuperación de información (recuerdo y reconocimiento) y procesos de olvido.
En nuestra vida cotidiana, constantemente elaboramos planes y estrategias que nos permitan hacer frente a situaciones más o menos demandantes o problemáticas. Esta actividad mental de carácter finalista es lo que identificamos como pensamiento. Aunque no resulta fácil concretar una definición, podríamos describirlo como un proceso reflexivo que pretende la búsqueda activa de una solución o meta.
Como proceso cognitivo complejo o superior, su funcionalidad requiere la actividad conjunta del sistema cognitivo; es decir, en él intervienen procesos más básicos, como la percepción, la atención, la memoria, el lenguaje o las representaciones mentales. Sin embargo, su estudio no puede abordarse desde una perspectiva molecular, reduccionista. Al descomponer el pensamiento en los procesos que lo hacen posible se pierde el objeto de estudio, la actividad reflexiva en si misma. No resta otra solución que abordar el análisis de este proceso cognitivo desde planteamientos molares o unitarios.
La historia de la psicología del pensamiento se inicia en el siglo XIX, en el seno de las concepciones estructuralistas y funcionalistas. De la evolución de este último enfoque surge el conductismo, que estudia el pensamiento desde esquemas asociativos E-R. La psicología de la Gestalt se plantea como reacción al conductismo, e interpreta el pensamiento como una forma de reorganización perceptual. Finalmente, en torno a la década de los cincuenta se formula el paradigma de la psicología cognitiva. En el ámbito de este modelo se han desarrollado los estudios de mayor relevancia en relación a los procesos de pensamiento. Sus resultados y conclusiones serán objeto de estudio en el presente tema.
A lo largo del tema se abordarán tres áreas básicas de pensamiento: los procesos de razonamiento, la resolución de problemas y el aprendizaje de conceptos (categorización).
Primero, estudiaremos el razonamiento deductivo como resolución de tareas de inferencia lógica.
Posteriormente, trataremos el razonamiento inductivo como proceso de atribución causal y en relación a los otros dos campos del pensamiento, la resolución de problemas y la categorización.
El lenguaje constituye la característica más genuinamente humana. Si bien nuestro desarrollado cerebro nos sitúa en la cúspide de la evolución biológica, es el habla lo que confiere al Homo sapiens un lugar aparte, privilegiado, respecto a los demás animales. Esto es así en la medida en que las capacidades simbólicas sobre las que se asienta el lenguaje humano, hicieron posible la aparición de otra forma de adaptación distinta a la biológica, y que no se transmite por vía genética. Esto es, la capacidad lingüística del hombre sirve de soporte a la cultura, a la transmisión de conocimientos genuinos que permiten un grado de adaptación sin parangón en el reino animal.
En este sentido, podemos definir el lenguaje como un conjunto de signos y reglas formales que permite traducir la experiencia individual a un sistema simbólico común, haciendo así posible la comunicación interpersonal.
El lenguaje ha sido objeto de interés desde la antigüedad; Sócrates, en el Cratilo, ya hace una primera aproximación teórica sobre el origen del mismo. Tradicionalmente, su estudio ha implicado diferentes perspectivas. Así, la dimensión estructural hace referencia a la forma en la que se organizan los signos lingüísticos. La dimensión funcional se relaciona con el uso del lenguaje para representar, relacionar, almacenar o transmitir información. Por último, la dimensión comportamental engloba tanto los procesos cognitivos que subyacen al lenguaje como las condiciones en las que éste se da. Esta perspectiva, que asume las otras dos dimensiones, es la que constituye el objeto de estudio de la psicología del lenguaje o psicolingüística.
Este tema proporciona una perspectiva general sobre la psicología del lenguaje. A tal fin, en primer lugar se tratan los planteamientos teóricos que han servido de guía para su estudio.
El estudio de los aspectos pragmáticos del lenguaje constituirá el segundo objetivo del tema; se tratarán los conocimientos y reglas, tanto lingüísticas como cognitivas y sociales, que condicionan su uso.
Se pretende, así mismo, facilitar al alumno una visión global sobre el desarrollo evolutivo del lenguaje y sobre la metodología empleada en su estudio.
Se analizará también la función del lenguaje en relación a otro proceso cognitivo superior, el pensamiento. La cuestión a dirimir en este ámbito es si el tipo de lengua que se habla determina de alguna manera nuestros procesos de pensamiento.
Por último, trataremos el lenguaje en el marco de la comunicación interpersonal, haciendo hincapié en los factores que modulan la comunicación tanto a nivel verbal como no-verbal.
La motivación intenta estudiar cuales son las causas de nuestro comportamiento. Motivación es un término genérico que hace referencia a las necesidades, metas o deseos que provocan la acción de un organismo. Los motivos que inician una conducta, no siempre se manifiestan de forma expresa, ni tienen porque ser los mismos que la mantienen, determinan la intensidad con que la desarrollamos en cada momento, o justifican que la eliminemos de nuestro repertorio conductual. La motivación es, por tanto, un proceso dinámico, en continuo cambio, y los motivos que dirigen nuestro comportamiento no son los mismos que lo mantienen o lo cancelan.
La motivación actúa como energetizadora de la conducta, activa al organismo y le incita a producir toda una variedad de respuestas. Frecuentemente, los procesos de aprendizaje convierten esta activación difusa, sin dirección, en un estímulo asociado a una respuesta dirigida a la consecución de una meta. Aunque a menudo empleamos los términos necesidad o función para designar el amplio abanico de fuerzas motivadoras que afectan a la conducta, el término motivo hace referencia a la actividad no sólo provocada sino, además, dirigida hacia una meta.
El objetivo central de este tema es que el estudiante sea capaz de comprender el proceso motivacional. Para ello comenzaremos delimitando y definiendo el concepto de motivación, para pasar a continuación a describir los diferentes elementos que intervienen en este proceso.
También se pretende que el lector sea capaz de analizar la distinción entre motivos primarios y secundarios. Los motivos primarios son innatos, con clara base biológica, centrales, y relacionados con la integridad y supervivencia de la persona. Mientras que los motivos secundarios son aprendidos, con una clara dimen-sión social y cultural, y relacionados con la adquisi-ción de factores que incrementan su bienestar psíquico y la integración social.
Es evidente que un tema centrado en el estudio de los motivos debería incluir muchos más de los que aquí se abordan. Sin embargo, hemos optado por seleccionar aquéllos que creemos pueden ser más representativos y que nos permitan tener una panorámica general, sin por ello tener que ser exhaustivos. Así serán objeto de estudio: la sed, el hambre, la curiosidad, el sueño y el sexo, como motivos primarios; y el logro, el poder y la afiliación, como motivos secundarios.
Hasta las actividades más “frías” e intelectuales están cargadas de emociones. Quizás emociones no tan intensas como las que puedan experimentarse en otras condiciones o incluso, quizás, no tan agradables pero emociones a fin de cuentas, como las que nos acompañan y nos guían en todas las actividades de nuestra vida. De hecho son muchas más las cosas que nos hacen reaccionar emocionalmente que las que nos dejan indiferentes. E incluso, cuando no nos damos cuenta de ellas, se encuentran presentes “orientándonos” en que hacer y que no hacer en nuestra vida.
A pesar de esta familiaridad cotidiana con las emociones, son sin duda unas grandes desconocidas. En muchas ocasiones se piensa que las emociones son solo los sentimientos o solo los cambios fisiológicos que conllevan. Sin embargo, son procesos más complejos que implican tanto las condiciones que las provocan, como el procesamiento cognitivo de tales condiciones, así como la respuesta compleja que se produce.
Quizás por esa complejidad de las emociones, no ha sido hasta recientemente que la Psicología ha dejado de realizar aproximaciones parciales y ha comenzado a estudiar el proceso emocional en todas sus dimensiones. La visión que en este tema se recoge de las mismas pretende, precisamente, dar esa panorámica de proceso global, por lo que nos centraremos exclusivamente en esas aportaciones globalizadoras del proceso emocional.
A través de este tema se trata de ofrecer los conocimientos básicos necesarios para comprender el proceso emocional. Para ello, el primer objetivo específico es la conceptuación y delimitación de la emoción, para pasar a continuación a describir los diferentes elementos que configuran el proceso emocional: sus condiciones desencadenantes, su procesamiento cognitivo y la activación de la respuesta emocional.
El último de los objetivos de este tema es revisar las principales emociones primarias o “básicas”, a partir de las cuales, y por mezcla de las mismas, se producen todas las demás emociones, que son susceptibles de ser experimentadas por los seres humanos. Para ello, dentro de cada una de las emociones objeto de estudio se concretan los elementos específicos que las caracterizan.
Los procesos psicológicos que hemos visto hasta este punto, no se producen de forma aislada, sino que tienen lugar dentro de la actividad de una persona total. Para dar razón de esta integración en un comportamiento único, la psicología ha desarrollado unos conceptos holistas o globalizadores, que aparecen como procesos de procesos o procesos generales.
En este tema abordamos los tres principales procesos generales que completan el estudio de los procesos psicológicos, necesarios para comprender el funcionamiento humano. Se trata de unos procesos especiales, en el sentido de que no afectan a un único tipo de actividad como ocurría con todos los vistos hasta ahora, sino que estos procesos atañan al comportamiento integral de la persona. Es más, estos procesos son precisamente los responsables de la integración de los restantes procesos en la persona. Así mismo, son también responsables de la diferenciación en la expresión de los mismos. Estos procesos de carácter general son: la inteligencia, la personalidad y el comportamiento normal.
El primero de los objetivos de este tema tiene que ver con la inteligencia, revisando las principales orientaciones a que ha dado lugar su estudio: la psicométrica, la cognitiva y la emocional.
El segundo objetivo, es proporcionar una perspectiva general sobre el estudio de la personalidad, mediante la revisión de los diferentes tipos de variables o elementos que configuran la personalidad, las principales formulaciones que se han producido en el estudio de ésta y las diferentes formas de evaluación de la personalidad a las que han dado lugar.
El último grupo de objetivos se refiere a la desviación de la conducta normal. Para lo cual se hace un rápido repaso de las principales orientaciones que han planteado modelos explicativos para entenderla.