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Subject code : 67014141
El diccionario de la RAE define medio ambiente como el conjunto de circunstancias exteriores a un ser vivo. Esta definición sencilla y genérica encierra una extremada complejidad. De hecho, medio ambiente se puede definir como el sistema de elementos abióticos que sirven, a través de complejas interrelaciones, como soporte a la biosfera, es decir, al conjunto de la vida del planeta.
Esta definición nos lleva rápidamente a una asociación con la ecología y el término ecosistema, pues el objeto de estudio de esta ciencia es las relaciones que se establecen entre los seres vivos (biocenosis) entre sí y con su entorno (biotopo), dando lugar a un ecosistema de distintas escalas.
Sin embargo, desde el punto de vista geográfico se establecen ciertas diferencias con la visión ecológica.
La primera es que el medio natural, objeto prioritario de la geografía desde su nacimiento, es el principal centro de atención, mientras que la ecología pone el acento en la biocenosis. La segunda diferencia es la importancia que desde la geografía se da a la intervención antrópica en su papel de intervención en el medio natural, hasta el punto de considerar los elementos creados por el hombre como parte del medio que sirve de soporte a la biosfera. Se diferencia, por lo tanto, desde el punto de vista geográfico un medio natural integrado por elementos abióticos, pero también bióticos. Interrelacionándose con el medio natural existe un medio socioeconómico (actividad antrópica) que da lugar a unos determinados usos del suelo y explotación de los recursos. Esta interrelación entre el medio natural y el medio socioeconómico es la causa de las modificaciones ambientales y la base del problema ambiental que está dando lugar al denominado Cambio Global. Estos aspectos serán tratados en profundidad en el punto 1.
El deterioro de las condiciones naturales ha dado lugar a una reacción social que ha tenido reflejo en la política. El conjunto de estos movimientos sociales y la creciente preocupación por el medio ambiente es lo que se conoce como ambientalismo. En el punto 2 se tratará su nacimiento, evolución, causas de difusión, diferencias entre grupos de países, etc.
La atmósfera es la capa de aire que envuelve a la Tierra y, como tal elemento natural, forma parte de esta. En la atmósfera se desarrollan los fenómenos meteorológicos que determinan los distintos dominios climáticos que existen.
Igualmente, la atmósfera constituye un escudo protector a las radiaciones electromagnéticas emitidas por el Sol y, potencialmente nocivas para el desarrollo humano. El oxígeno es uno de sus componentes y constituye nuestro soporte vital al permitir la respiración de los seres vivos. El efecto protector también se extiende al fenómeno natural del efecto invernadero que permite tener en la superficie terrestre 30ºC más de temperatura de la que correspondiese a la Tierra por su distancia al Sol.
La atmósfera por sus características es el elemento del sistema natural que más se ha visto afectado por la acción antrópica. Desde los inicios de la Revolución Industrial la economía y la actividad productiva se ha basado en un trasvase de carbono fosilizado en la geosfera, hacia la atmósfera. Este incremento de carbono ha supuesto la adición de ingentes cantidades de CO2 en la atmósfera, potenciando el efecto invernadero y, como consecuencia, el incremento de temperatura: el denominado calentamiento global.
El calentamiento global tiene un origen antrópico y no debe ser confundido con la variabilidad natural del clima que siempre ha estado presente en la evolución de la historia geológica de la Tierra. El incremento de temperatura asociado al calentamiento y sus alteraciones térmicas tiene efectos en los otros elementos del medio natural y da lugar al denominado cambio climático y este es generador de un efecto más amplio denominado cambio global. Calentamiento global y cambio global son consecuencias de la actividad antrópica y las modificaciones ambientales asociados a ellos generan unas externalidades negativas para el desarrollo humano que ha dado lugar a la necesidad de una respuesta internacional al problema ambiental. En este tema también se analizarán los principales acuerdos internacionales que intentan limitar el calentamiento global y sus efectos climáticos, así como las posibles soluciones que pasan por acciones de mitigación y de reducción de los denominados GEI (Gases de Efecto Invernadero).
El conjunto de las aguas presentes en nuestro planeta constituye la hidrosfera. En esta compleja envoltura se aglutinan: el vapor de agua atmosférico, las aguas de los océanos, mares, ríos, lagos, pantanos, glaciares y, también, las aguas subterráneas contenidas en los conjuntos de rocas permeables; sin olvidar, que importantes volúmenes acuosos se hallan recluidos en los dominios profundos del Manto y que, con frecuencia, escapan al exterior durante las erupciones volcánicas. Sin embargo, las enormes superficies de los océanos y las tonalidades aportadas por el vapor de agua en los gases atmosféricos, son los responsables del apodo “planeta azul” recibido por la Tierra desde los años 1960; coloración que no ofrecen otros cuerpos celestes del Sistema Solar, a pesar de que en ellos también existe agua, aunque en estado no líquido al menos en su superficie.
El hielo es un elemento más común en la superficie terrestre de lo que normalmente creemos. Nada menos que el 10% de la Tierra está cubierto por hielo, mientras que millones de kilómetros cuadrados, en especial en el Hemisferio Norte, se sitúan sobre suelos congelados, el llamado permafrost. El hielo suele situarse lejos de las áreas donde la Humanidad se ha establecido, ya que para su existencia son necesarias unas condiciones climáticas poco atractivas para el asentamiento de poblaciones. Por esta razón, su dinámica ha sido pobremente conocida hasta épocas recientes, y existe todavía una gran incertidumbre en cómo se comportan los grandes glaciares o los suelos permanentemente helados.
La importancia del hielo en las sociedades es mayor cuanto más cercanas se encuentren a este. Sin embargo, esto no significa que su retroceso carezca de consecuencias para toda la Humanidad. Las aguas de fusión glaciar alimentan algunas de las cuencas hidrográficas más pobladas del mundo. Además, los glaciares forman parte de un complejo sistema climático, del que son víctimas pero a la vez agentes. Por otro lado, el permafrost ha mantenido congeladas ingentes cantidades de metano que, de fundirse, pueden liberarse masivamente, aumentando el efecto invernadero. Finalmente, el agua acumulada en forma de hielo mantiene el nivel de los océanos por debajo del nivel que existiría si toda el agua fuese líquida. Es, por tanto, de dominio general que la Criosfera no es un medio estable, sino que recientemente está retrocediendo debido al Calentamiento Global, con efectos también globales.
En este capítulo se pretende explicar cómo funciona y qué importancia tiene el hielo en el contexto de Cambio Global actual. Como lector, descubrirás las claves de un mundo aparentemente inmóvil pero extremadamente dinámico; aparentemente simple pero infinitamente complejo; aparentemente monótono, pero infinitamente variado; aparentemente robusto, pero sumamente frágil; ciertamente frío, pero en el que la transferencia de calor juega un papel crucial.
La existencia de vida es lo que hace de la Tierra un planeta diferenciado del resto de los planetas del Sistema Solar y probablemente en el Universo. La biosfera es la delgada capa en la que interactúan los elementos naturales, (atmósfera, hidrosfera y geosfera) y en la que se desarrolla la vida.
Sin embargo, este gran laboratorio de la vida está sometido a una feroz intervención humana que supone una profunda transformación del Sistema Natural o ecosistema. La deforestación de los bosques y la erosión del suelo son, sólo, dos de las acciones más evidentes, hay otras muchas…
Quizá el primer paso para respetar el frágil y complejo Sistema Natural sea conocerlo, y éste es uno de los principales objetivos de este tema.
En él se presenta la biosfera desde la perspectiva biogeográfica. El objetivo es muy amplio y la Biogeografía entra en contacto con otras ciencias naturales como la Ecología, Biología vegetal, Biología animal, Edafología, etc. además, de las distintas disciplinas de la Geografía Física.
El enfoque biogeográfico delimita la biosfera al sector continental, obviando la biosfera marina, lacustre o fluvial. Dentro de los seres vivos que se desarrollan en el ámbito terrestre, unos son perceptibles macroscópicamente, otros son invisibles, la Biogeografía se centra en los primeros. A su vez dentro de éstos, destacarán como objeto de estudio principal las plantas, por su carácter relativamente estable en el espacio y su significación paisajística. Las formaciones vegetales y el impacto ambiental que estas sufren, junto con la degradación edáfica constiruyen el centro de estudio del tema de la Biosfera,
En este tema se presentan las causas y consecuencias de los diferentes eventos de origen natural que, en combinación con determinados factores antrópicos, pueden llegar a causar desastres. Los riesgos sísmicos y volcánicos, los riesgos climáticos, tanto inundaciones y crecidas (riesgo de enorme impacto geográfico), como temporales de viento (atendiendo a las diferentes situaciones atmosféricas que pueden originarlos), tormentas eléctricas y sequías. También se presentan los los riesgos vinculados a la criosfera, destacando entre ellos las avalanchas de nieve como el evento geográficamente más extendido, al darse en ambientes montañosos de latitudes medias y altas. Los aludes son clasificados en función de criterios morfológicos y genéticos, así como por su potencial destructivo. En este mismo apartado se analiza el riesgo que implican las blizzard, fuertes ventiscas acompañadas por precipitaciones ingentes de nieve, así como las situaciones de riesgo típicas de ambientes glaciados, como las inundaciones súbitas de origen glaciar y las oleadas glaciares. Ambos fenómenos, si bien se producen en espacios más restringidos, son capaces de causar importantes daños a las poblaciones ubicadas en ambientes montañosos.
Por último, también se ahonda en la importancia del planeamiento y la ordenación territorial como estrategias fundamentales para la mitigación del riesgo, las cuales deben basarse en la utilización de herramientas fundamentales para la Geografía actual, como la cartografía, basada en el trabajo de campo y en la utilización de fuentes orales e históricas, y la teledetección. En todos los casos se exponen tanto las causas como las principales consecuencias, con ejemplos notables, de los fenómenos explicados. Se atiende especialmente a las medidas de mitigación en cada caso.
La consideración patrimonial de la naturaleza es un hecho reciente que se inicia a mediados del siglo XX y se va consolidando y cobrando más fuerza con el cambio de siglo. Este hecho está vinculado a la toma de conciencia por parte de la sociedad de la fragilidad de la naturaleza, la limitación de los recursos y la necesidad de garantizar su mantenimiento para generaciones futuras.
El patrimonio natural nació como concepto en los años 60, fue asumido en los 70 por las leyes norteamericanas y se consolidó 1972 en la Convención de la UNESCO; la legislación española la asumió en los años 90. El año 1972 marca un hito en la definición y consideración patrimonial de la naturaleza, tras la celebración de dos importantes reuniones: la “Conferencia de Estocolmo sobre el medio humano” (1972) y la “Convención para la protección del patrimonio mundial cultural y natural” (1972) de la UNESCO, celebrada en Paris en la que se concretó por primera vez la consideración patrimonial de la naturaleza.
En la primera de ellas, la Conferencia de Estocolmo, se asientan las bases del concepto de patrimonio natural como nexo entre lo natural, que será la esencia del concepto, y lo cultural. Esta idea se integra plenamente en un contexto intelectual de defensa de lo estético y ético del uso y disfrute de la naturaleza; la evolución de las ideas sobre la naturaleza defiende la necesidad de integrar sus valores físicos y culturales y la necesidad de garantizar su conservación en una relación de igualdad entre lo natural y lo cultural.
En la Convención para la protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural de la UNESCO (1972) se define por primera vez el concepto de Patrimonio Natural (Cuadro 3). Es una concepción con una finalidad práctica destinada a la delimitación de espacios de especial interés natural: formaciones, lugares y áreas geológicas, florísticas o faunísticas de especial valor estético o científico, anticipando de algún modo conceptos que en años posteriores tendrían una gran importancia en el ámbito de la conservación de los espacios naturales: la biodiversidad y la geodiversidad. Se trataría por tanto de delimitar espacios de especial valor, lo que de manera indirecta incluía también una idea restrictiva por asociar el patrimonio natural a espacios concretos de especial valor, generando por tanto una diferenciación entre espacios con valor patrimonial y otros de menor valor. En definitiva la definición orienta hacia una propuesta práctica que es la definición de espacios naturales protegidos y la sostenibilidad del patrimonio natural.