En cada tema del manual teórico se enumeran los objetivos específicos de aprendizaje.
En general, tras cursar la asignatura el alumno debe ser capaz de:
Reconocer, identificar y determinar las posibilidades de intervención psicosocial de personas, grupos y comunidades.
Analizar e intervenir en las diferentes áreas profesionales desde la perspectiva de la promoción de la salud psicológica.
Reconocer, distinguir y dotar de significado contextualizado a los diferentes ámbitos de intervención de la Psicología Comunitaria.
Aplicar los conocimientos adquiridos al diseño y planificación de intervenciones en los diferentes contextos del campo de trabajo de la Psicología Comunitaria.
Analizar y extraer conclusiones adecuadas acerca de todas las fases y elementos de los programas de intervención.
Conocer los problemas éticos que implica la investigación/intervención en el plano comunitario.
Desarrollar una actitud favorable a la promoción de la salud, mediante actitudes que favorezcan la calidad de vida y el bienestar de los individuos, grupos y comunidades
Afrontar los problemas con un razonamiento crítico, desechando cualquier visión idealizada de la intervención psicosocial comunitaria.
Modificar cualquier actitud prejuiciosa, especialmente cuando se trabaja con grupos desfavorecidos.
Utilizar adecuadamente las tecnologías de la información y la comunicación para llevar a cabo todos los procesos relacionados tanto con el propio desarrollo de los contenidos de la materia.
Emplear pertinentemente las tecnologías de la información en los procesos de investigación e intervención en los diferentes contextos de la Psicología.
Gestionar y organizar de forma pertinente la información atendiendo a los objetivos e hipótesis que, desde presupuestos psicológicos, guían la intervención del Trabajador Social
Reconocer que el trabajo aplicado en el ámbito profesional debe necesariamente basarse en unos conocimientos teóricos adecuados.
Elaborar un programa detallado de mejoras esperables, personales y sociales en relación directa con las estrategias de intervención que, a su vez, emane del análisis de la problemática planteada.
Valorar desde el punto de vista de los procesos y las dinámicas psicológicas individuales y sociales, los progresos o la falta de los mismos, a lo largo del proceso de intervención.
