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Subject code : 67014098
En los últimos años se ha puesto de relieve la necesidad de plantear la historia medieval desde un punto de vista no eurocéntrico, que tuviera en cuenta los debates sobre historia global que ya se estaban realizando en otras especialidades de la historia. Esto supone no solo ampliar el ámbito de estudio a nuevas civilizaciones y culturas, sino también un cambio en el punto de vista del historiador, que tendrá en cuenta también fuentes de esas culturas, y no solo los relatos y "descubrimientos" que los europeos hicieron de ellas. En este primer tema se planteará la metodología de la historia global aplicada a este periodo histórico, que ni siquiera es aplicable a todas las culturas que tuvieron contactos en esos siglos.
La perspectiva espacial ha desarrollado un interés renovado por los puntos geográficos en los que se realizaban contactos entre varias culturas (hubs), y las redes de circulación que los unían, con especial atención a las rutas terrestres y marítimas que cruzaban Eurasia. Además, se podrían incluir las oceánicas, que facilitaron contactos esporádicos con otros continentes, como los de los vikingos con América, o los contactos en las islas del Pacífico. Se estudiará también cuáles son los efectos de las rutas: por ejemplo, de los movimientos de esclavos desde el este y noreste de Europa y Eurasia a Dar al-Islam; la circulción de conocimientos sobre agricultura, ganadería y minería; de motivos artísticos y objetos rituales de unos lugares a otros.
En este tema se plantearán cuestiones como el enfrentamiento entre sedentarios y nómadas, la articulación de clanes y familias en diferentes contetos geográficos, la variedad cultural y lingüística de los grandes imperios y cómo afecta a sus pobladores y a la creación de identidades. Se analizarán diferentes ejemplos de cultura material en relación con la vida cotidiana de los diferentes grupos familiares.
Las grandes religiones (cristianismo, islam, budismo, hinduismo, etc.) se encuentran dentro de los grandes imperios creados a lo largo del periodo medieval, y se aprecian momentos de tensión o pacificación que conllevan represiones o intercambios religiosos. Un análisis comparativo de los grupos religiosos y sus sectas nos ayudarán a modificar los puntos de vista sobre el contacto interreligioso en el mundo medieval.
Estos temas sobre el Islam pretenden profundizar en los contenidos ya estudiados en cursos previos sobre el mundo islámico, divididos en dos unidades caracterizadas por su localización geográfica y su relación con el Mediterráneo. En este caso, se abordarán los grandes califatos del Islam oriental y su relación con Asia.
La segunda parte del contenido dedicado a los territorios islámicos abarca el Mediterráneo Occidental: Sicilia, la Península Ibérica, el Magreb y la zona subsahariana donde el Islam tenía colonias. Se estudian las dinastías que gobernaron estas zonas y unas dinámicas de poder e intercambios algo diferentes de las practicadas en el Mediterráneo oriental.
La entrada de tribus turcas en el mundo islámico es un hecho capitl en la historia de Oriente. Los turcos selyúcidas o selyuquíes lograron crear una nueva unidad política frente a una serie de estados inestables y hostiles originados por el fraccionamiento del califato 'abbasí, desde Siria a Afganistán. Sus soberanos fueron sunníes.
El impacto de la expansión mongola en toda Asia cambiaría la imagen del mundo conocido. Procedentes de las grandes estepas asiáticas, y organizados en tribus nómadas ganaderas y guerreras, los mongoles unificados primero por Gengis Khan y más tarde por Tamerlán, gobernaron a un mosaico de pueblos. Sus desplazamientos y la configuración de cuatro grandes imperios autónomos ocuparán este capítulo.
La islamización de la India es prácticamente contemporánea de la de la Oenínsula Ibérica pues comenzó con la aparición de los ejércitos árabes en el Sind en los años 711-712, aunque el Índico hacía tiempo que se utilizaba como ruta marítima desde Europa y todo el Mediterráneo. Aunque algunas tribus se convirtieron, la acción de los Gaznavíes intensificó la conversión y la separación social entre musulmanes e hindúes (considerados paganos), mientras que los budistas eran considerados dhimmíes. Durante las sucesivas dinastías, el comercio intensificó las relaciones del subcontinente indio con el resto del mundo islámico.
Los otomanos fueron la segunda gran dinastía turca en ocupar grandes territorios de Eurasia, esta vez en enfrentamiento directo con el decadente Bizancio. La caída de Constantinopla en su poder en 1453 y su expansión por los Balcanes marca para muchos el fin de la Edad Media.
Las diferencias cronológicas de la histora china con la Europea hacen que sea difícil establecer cuándo comienza la historia medieval en el gran imperio secular, aunque se suele tomar como comienzo la reunificación del territorio desde el norte llevada a cabo por la dinastía Sui (581-617). En este tema se estudiarán las variaciones geográficas del Imperio durante las dinastías Sui, Tang y Song hasta los mongoles y finalmente, los Ming.
El Imperio japonés, el reino de Corea y los pequeños reinos sudasiáticos, tanto continentales como insulares, forman un conjunto de pequeños poderes con un interés artístico y cultural evidente. Aunque cerrados a la influencia europea todavía en esta época, sus relaciones con los demás países asiáticos son sumamente interesantes. La Edad Media japonesa se divide en tres grandes periodos: el de Kamakura (1185-1333), el de Muromachi (1333-1568) y el de Azuchi Momoyama (1568-1600), cada uno de los cuales recibe el nombre de los señores militares gobernantes. Se estudiarán además algunos poderes importantes, como las dinastías Goguryeo y Joseon en las épocas florecientes del reino de Corea; el imperio del pueblo khas, que surgió en el oeste de Nepal durante el siglo XI, cuyo territorio en su apogeo incluía gran parte del oeste de Nepal, así como partes del oeste de Tíbet y Uttarakhand de la India, o el sultanato de Malaca, que se desarrolló en la actual Indonesia durante el siglo XV.