La política social y la educación constituyen dos cuestiones fundamentales en toda sociedad avanzada. Ambas se encuentran íntimamente interrrelacionadas, representando el centro dinámico de todo cambio social y el auténtico motor de su desarrollo.

Una Política Social de la Educación de nuestro tiempo debe tener en cuenta un conjunto de temas esenciales. En primer lugar, debe contener una perspectiva histórica y comparada como punto clave de referencia. En segundo lugar, debe partir y remitirse constructivamente a la situación de cada país. En tercer lugar, debe implicar una educación integral, social y axiológica, con especial mención a los valores democráticos, ecológicos y prosociales. Debe incluir, además la educación multicultural proyectada hacia el análisis de cuestiones tan relevantes como la inmigración, el racismo y la tolerancia, así como la situación de otros grupos sociales marginados. No debe faltar finalmente una consideración prospectiva de la Educación, en cuyo futuro se diseñen algunos de los planteamientos mundiales de las políticas educativas y se reivindique el papel imprescindible de las nuevas tecnologías.