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IMAGEN Y SONIDO COMO FUENTES PARA LA HISTORIA MODERNA

Curso 2016/2017 / Cod.27701194

IMAGEN Y SONIDO COMO FUENTES PARA LA HISTORIA MODERNA

PRESENTACIÓN

Frente a la documentación clásica como fuente de la Historia, las últimas investigaciones han propuesto la utilización de material iconográfico y sonoro para la mejor comprensión de determinados fenómenos históricos: propaganda, subversión, utopía, paisaje, fiesta, operaciones militares, cultura material, vida cotidiana, mentalidades colectivas, etcétera.
La utilización de imágenes ha progresado mucho en estos últimos años, aunque no siempre en el sentido que aquí proponemos. Así, por un lado, es frecuente su uso como información complementaria a los textos: es el caso de series como las de la Illustrated History de la Cambridge University Press. Y, por otro, también es corriente el uso de viñetas gráficas para narrar una historia sin soporte escrito: así ha sido empleada en las exposiciones de temática histórica y recientemente en obras en que la historia de una nación o un periodo histórico se cuenta simplemente a partir de un número determinado de imágenes o pinturas. El primer método lo hemos empleado en una obra como La ruta española a China (Madrid, El Viso, 2007), donde las imágenes han sido buscadas no para arrojarlas en medio del texto por afán de pintoresquismo, sino para que sirvan de complemento necesario a la narración. El segundo método, ha inspirado nuestra exposición Europa en papel (Madrid, BNE/SECC, 2010), que ofrece una historia de Europa en 90 viñetas a partir de los fondos de la Biblioteca Nacional de España.

Sin embargo, el criterio de nuestra asignatura es la formación del matriculado en la utilización de la imagen (o la pieza musical) como prueba documental. Junto al documento escrito, el documento iconográfico (o sonoro) debe ser utilizado para ampliar nuestro conocimiento del pasado, tanto si constituye uno más de los tipos de fuentes a nuestro alcance, como si es el único o el más expresivo de todos los que quedan a nuestra disposición.

Esta utilización del documento visual o sonoro como fuente para la Historia Moderna debe estar sujeta a unas normas, a unas cautelas críticas, que son comunes a la práctica del historiador. En este sentido dejemos hablar a Peter Burke y prestemos atención a su decálogo (‘Cómo interrogar a los testimonios visuales’, en Palos y Carrió-Invernizzi, La historia imaginada, pp. 29-40):

1. Descubrir si una imagen dada procede de la observación directa o de otra imagen.

2. Situar las imágenes en su propia tradición cultural, con sus convenciones o reglas de representación.

3. Fiarse de la profundidad del nivel de los detalles.

4. Estudiar la recepción y la reutilización de las imágenes para mostrar sus usos en el pasado.

5. Ser conscientes de la posibilidad de manipulación.

6. Tener en cuenta al mediador o mediadores.

7. Tener dos o más imágenes que una sola.

8. Tener en cuenta el contexto o los contextos de las imágenes.

9. No perder de vista la interacción entre la imagen y el mundo del que ésta procede.

10. La última regla es que no hay reglas.

Nuestro propósito es justamente el de aplicar estos criterios a la utilización del material iconográfico (visual) y musical (sonoro) como documentos que nos permitan un mejor conocimiento del pasado, concretamente en el territorio de la Historia Moderna.