Partimos de la centralidad del sistema sexo-género para el estudio de las desigualdades de las mujeres en nuestras sociedades. El concepto de género es una categoría muy poderosa de anáisis desde la que entender que los seres humanos nacen en un mundo que es sociocultural, donde hay concepciones esenciales, diferenciadas, acerca de lo que significa ser hombre o mujer, con la asignación de significados distintos a lo considerado “femenino” y “masculino”. Todas las sociedades humanas conocidas sostienen un conjunto de ideas, de creencias, de expectativas sobre lo correcto, lo apropiado, lo que debe ser; acerca de comportamientos esperables y deseables, prohibiciones, restricciones, sistemas normativos y de poder, etc., según se sea hombre o mujer, que implican una consideración diferente para ambxs.
Sostenemos el valor explicativo del género, especialmente, cuando en las sociedades avanzadas se asume que la leyes igualan a hombres y mujeres, de modo que ya carecería de sentido plantear asuntos relativos a la igualdad, dado que está lograda. No consideramos que eso haya sucedido. La desigualdad real de las mujeres, su desvalorización en multitud de contextos y formas, la persistencia de la misoginia, las ideas sexistas que llegan a convertirse en violencia expresa contra ellas, no han desaparecido. Tratamos de ver lo que sucede, y por qué.