Democracia y legitimidad son dos conceptos tan esenciales como controvertidos cuando se trasladan al ámbito europeo. En realidad, hay quienes sostienen que son innecesarios y hasta contraproducentes ya que, argumentan, son los Estados miembros los depositarios de dichas propiedades, no las instituciones europeas. Sin embargo, la Unión Europea ha ido adquiriendo progresivamente características propias de un sistema político con sus diferentes niveles de gobierno y una configuración clásica de poderes (ejecutivo, legislativo y judicial) y sus instituciones representativas (elecciones periódicas) lo que inevitablemente implica una necesidad de interrogarse acerca del modo de funcionamiento (¿democrático?) y de legitimación (¿por los resultados?) de este sistema político.

En la última década, el apoyo popular al proceso de integración europeo ha caído sostenidamente. Esta insatisfacción con la construcción europea ha tenido como consecuencia un distanciamiento progresivo de los ciudadanos de las instituciones europeas (visible en el descenso de la participación en las elecciones al Parlamento Europeo), siendo el colofón de esta crisis el doble "no" registrado en Francia y los Países Bajos en mayo-junio 2005 en los referendos ratificatorios del Tratado Constitucional; los problemas registrados a la hora de negociar y ratificar su sustituto, el Tratado de Lisboa (con un nuevo "no" en el referéndum irlandés celebrado en junio de 2008); y, posteriormente, el auge de la desafección con la UE como consecuencia de la mala gestión de la crisis del euro.

Todo ello apunta a la existencia de una crisis de legitimidad en la UE. Esta crisis gira en torno a dos déficits paralelos: por un lado, un déficit democrático, atribuido a la falta de transparencia y control en el proceso de toma de decisionesde la UE; por otro, un déficit social, atribuido a la descompensación entra la integración "negativa" (creación de mercados) y la integración "positiva" (políticas redistributivas o compensatorias).

Pese a la importancia crucial de estas cuestiones, existen importantísimas discrepancias académicas tanto a la hora de analizar las causas de esta crisis de legitimidad como de diagnosticar sus posibles soluciones. Este curso pretende examinar y evaluar las diferentes perspectivas teóricas y prácticas que se pueden adoptar a la hora de analizar este fenómeno así como sus posibles soluciones.