La calidad del trabajo del profesional de la Psicología de la Salud se sustenta en dos pilares básicos: la experiencia y el conocimiento válido. 

El Código Deontológico del Psicólogo recoge en sus artículos 17 y 18 la necesidad de formación continua del psicólogo, así como la de trabajar con tratamientos contrastados empíricamente que apoyen la validez de sus efectos. Como señalan de manera muy gráfica Pascual, Frías y Monterde (2004), no solo los medicamentos sino que los tratamientos psicológicos deben pasar también unas pruebas y controles científicos que determinen si una terapia es más eficaz que no hacer nada, o que utilizar otro tipo de terapia que en principio es menos eficaz. 

No es tarea sencilla extraer información útil de los datos procedentes de la investigación; en ocasiones, por problemas de interpretación estadística de los resultados, o por dificultades a la hora de comprender el diseño del estudio o simplemente por los resultados no siempre coincidentes que a menudo ofrece la literatura. Esto se suele traducir en un escaso impacto de los datos aportados por la literatura sobre la práctica del profesional (Beutler, 2000). Según la redacción de la revista Infocop (2015, Num. 70), “todos los datos apuntan a que en España los tratamientos mayoritariamente aplicados no son los que han demostrado ser los más eficaces para cada trastorno mental” (p. 5).

El objetivo fundamental de esta asignatura es presentar las distintas formas de investigar en el ámbito de la Psicología de la Salud, con el fin justamente de ayudar al psicólogo sanitario a valorar y a obtener apoyo empírico a los tratamientos de los distintos trastornos que ha de atender en su quehacer profesional, así como a incorporar en éste los hallazgos procedentes de la epidemiología clínica.

Se trata de una asignatura de 4 créditos impartida en el primer cuatrimestre del módulo específico del plan de estudios.

La perspectiva que se adopta es la de la Psicología basada en Pruebas o Evidencia, que plantea el trabajo del profesional en cuatro pasos: formular el problema clínico, localizar en la literatura los trabajos relevantes, valorar de manera crítica las pruebas encontradas y aplicar los hallazgos a la práctica clínica.

Esta asignatura se centra básicamente en la fase 3. El resto de las fases son abordadas en las asignaturas del módulo general, así como en el resto de las que componen el módulo específico, en las que se trabaja para conseguir las habilidades básicas de estos profesionales así como para facilitarles su trabajo en la intervención en distintos segmentos de la población (niños y adolescentes, adultos y  personas mayores).