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Subject's code : 23302314
En el contexto de la asignatura es necesario familiarizarse con determinadas categorías conceptuales que se están utilizando para deslindar los distintos modelos de sociedades que se han sucedido a lo largo de la historia con el fin de constatar las distintas formas de enseñar dentro estos modelos- sociedad tradicional, la sociedad moderna y la sociedad de la información-, correspondiendo a cada uno de éstos un modo de aprender. Sobre este amplio marco de referencia se sitúa al alumno con el fin de que comprenda lo que es y ha sido el aprendizaje y la enseñanza en y fuera del marco escolar, desvelando los muchos aprendizaje opacos a la historia tradicional de la educación.
La educación de personas adultas está englobada dentro de ese gran ámbito que desde los años sesenta llamamos educación no formal y que aglutina aquellos espacios y agentes educadores destinados a una población diferenciada con el fin de dotarla de nuevas competencias que eviten su exclusión, faciliten su reubicación en la sociedad y permitan la igualdad y promoción social. La demanda de educación para las personas adultas, que en sentido estricto ofrece la formación a mayores de dieciocho años e históricamente ha cumplido objetivos de alfabetización, hoy abraza un campo diverso que se extiende a la formación básica, a la mejorara de la cualificación profesional, el desarrollo de capacidades expresivas, de interrelación personal y participación en la vida social. Frente a esta educación de personas adultas, hoy se ofrecen nuevas posibilidades que la enriquecen. Más que aprender un saber cosificado en los contenidos se tiende a adquirir una nueva competencia, aprender a aprender; más que asistir a un espacio específico, el centro de adultos, se tiende a ofrecer una amplia gama de actividades no formales fuera del marco formal; más que centrarse en un momento determinado de la vida de una persona, se tiende a ofrecer e implicarse en una formación a lo largo de toda la vida. La educación de las personas adultas en este amplio marco, sin olvidar su genealogía histórica, bajo la orientación y contribución a la misma de la UNESO, y las iniciativas puestas en marcha en Europa y España, se constituye en el contenido de este tema.
Uno de los ámbitos de la educación social, y cuyo aprendizaje se sitúa fuera del sistema educativo, es la formación para el empleo. Esta formación para el empleo se organiza en torno a dos categorías en función de la situación del trabajador: continua y ocupacional. Mientras la primera es definida como aquella que desarrollan empresas y tienden a mejorar la competitividad de las mismas, la formación ocupacional queda reservada a los procesos formativos que sigan las personas que están en paro o buscan su primer empleo. Son formas de aprender surgidas al margen del sistema pero que se han ido paulatinamente conectando con él hasta el punto que hoy la formación ocupacional y continua se consideran subsistemas de la Formación Profesional al integrarse en el Sistema Nacional de las Cualificaciones Profesionales. Una tendencia compartida por muchos países y que abre una vía novedosa de aprendizaje extraescolar.
Como consecuencia de la participación activa del ciudadano en el conocimiento se está creando un nuevo modelo de saber: el ciudadano ya no es un lego, sino que además participa en la cultura no sólo como consumidor sino también como constructor. Un conocimiento que se apoya sobre todo en la experiencia. Y este tipo de conocimientos que produce la experiencia son los que los ciudadanos demandan que sean activados no sólo como agentes, sino también reconocidos. Ello está llevando a muchos países, y especialmente a Francia, a elaborar toda una legislación sobre la validación de los aprendizajes adquiridos en la experiencia laboral y social. La Comisión Europea está también directamente implicada en impulsarla, así como en América Latina, donde la certificación de competencias es incluida por varios países dentro de las políticas nacionales de desarrollo del capital humano. El tema es relevante y de un interés creciente, lo que exige conocer no sólo el nuevo valor de la experiencia, sino también el modo cómo se articula su reconocimiento y los fundamentos que lo sostienen.
Se trata de analizar dos aspectos o ámbitos de la Educación Social : Educación no formal e informal. No es una cuestión nominal, simplemente se trata de poner de relieve que ambos ámbitos forman un continuum que es la educación a lo largo de la vida. Se trata de partir de un concepto amplio de educación, aceptando que no es un competencia exclusiva de la escuela, reconociendo que las apropiaciones y los aprendizajes adquiridos al margen de la escuela pueden ser tan importantes como los que se realizan en el ámbito escolar, pues sirven a los ciudadanos para convivir en el marco de su comunidad. De ahí que hoy la raya entre la educación no formal e informal sea cada vez más difusa, creciendo las influencias y vínculos mutuos, integrando de modo creciente la escuela y lo extraescolar. La tendencia en la aldea global, en aldea red, es considerar la educación como un todo en el espacio y en el tiempo. Y esta tendencia está desdibujando y marcando nuevas perspectivas a la educación no formal e informal. Su situación y estas nuevas perspectivas son el objeto del tema.