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Subject's code : 23308170
La acción socioeducativa con las personas mayores designa un amplio campo de actuaciones con infinidad de posibilidades. En general, los diferentes escenarios, la heterogeneidad del grupo de las personas mayores y las múltiples áreas de interés que presentan son elementos de vital importancia para definir esta acción. Se trata de una acción orientada desde la cual se establece una relación que define la intervención socioeducativa como un proceso intencional, sistemático y previamente planificado.
Los profesionales que realizan su práctica con personas mayores deben estar dotados de los conocimientos específicos sobre este grupo de población y contar con las capacidades adecuadas para intervenir con ellas. Los equipos multidisciplinares que desempeñan su labor en este campo deben estar configurados por personas profesional y socialmente hábiles. Del mismo modo, se sustenta el aprendizaje en habilidades sociales en personas mayores como base fundamental para lograr los objetivos del proceso de intervención socioeducativa.
Los diferentes profesionales deben actuar interdisciplinariamente y desarrollar su acción con el fin de mejorar la calidad de vida de las personas mayores. En este sentido, se hace referencia al fisioterapeuta como profesional que mantiene o potencia el dominio físico en el mayor desde intervenciones específicas para su desarrollo funcional. Desde la Fisioterapia Geriátrica se despliegan diferentes programas de intervención en función de la Valoración Geriátrica Integral que adapta la terapia física en cada caso.
El terapeuta ocupacional, por su parte, fomenta la autonomía de las personas mayores conservando sus capacidades para desempeñar las actividades básicas de la vida diaria. Las ocupaciones o actividades que potencia este profesional favorecen la relación entre la persona mayor y su entorno inmediato.
Las personas mayores como colectivo vulnerable de la sociedad son receptoras de ayudas y servicios que proporcionan personas desinteresadas y altruistas. No obstante, se destaca la multidireccionalidad del voluntariado. Las personas mayores como ciudadanos activos pueden aportar a la sociedad sus conocimientos y experiencia vital. El voluntariado integra al mayor en la dinámica social abriendo cauces para su participación y favoreciendo un envejecimiento activo sin etiquetas ni estereotipos.