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LA PRESENCIA DEL PENSAMIENTO CLÁSICO EN LA FILOSOFÍA MEDIEVAL

Curso 2020/2021/Subject's code30001662

LA PRESENCIA DEL PENSAMIENTO CLÁSICO EN LA FILOSOFÍA MEDIEVAL

NAME SUBJECT LA PRESENCIA DEL PENSAMIENTO CLÁSICO EN LA FILOSOFÍA MEDIEVAL
CODE 30001662
SESSION 2020/2021
DEGREE IN WHICH IT IS OFFERED MÁSTER UNIVERSITARIO EN FILOSOFÍA TEÓRICA Y PRÁCTICA
TYPE CONTENIDOS
ECTS 5
HOURS 125.0
PERIOD SEMESTRE  1
OFFER LANGUAGES CASTELLANO

PRESENTACIÓN Y CONTEXTUALIZACIÓN

El medioevo es un amplio periodo de tiempo en el que se ha ido forjando el mundo occidental. Sabemos que el nombre de «Edad Media» (A. G. Bussi), contrapuesto al de «Renacimiento» (Vasari), tuvo el sentido de designar un periodo sombrío y bárbaro entre una Antigüedad luminosa y un Renacimiento precursor de la iluminación de la Edad Moderna. La historia del pensamiento ha ido poniendo énfasis en la importancia de este periodo, cuyos protagonistas fueron lectores inteligentes del legado de la filosofía y el pensamiento antiguos, y que como tales no solo no se limitaron a repetir lo que recibieron, sino que lo confrontaron con las novedades propias de sus tiempos –diversos desde los albores de la Edad Media (ss. VI-VIII), hasta el establecimiento de una nueva vía (s. XIV)– y de sus espacios geográficos –del Oriente al Occidente–, y mentales-religiosos –la introducción del orden sobrenatural que trae consigo el pensamiento religioso cristiano, musulmán y judío–.

La filosofía medieval no solo no olvidó el pensamiento clásico, sino que lo conoció, lo conservó, lo profundizó... Realizó una lectura crítica, le añadió elementos nuevos que proyectaron las posibilidades conceptuales que los pensadores de la antigüedad grecolatina no habían, en ocasiones, imaginado y señalaron también los límites de ese pensamiento. En muchas ocasiones se sintieron herederos del quehacer racional anterior y cuyo legado ellos guardaron, en otras ocasiones percibieron que ese pensamiento anticipaba de forma imperfecta una cosmovisión que solo podía plenamente pensarse racionalmente mediante las fuentes de la revelación.

De este modo, la filosofía medieval toma la fuente del pensamiento clásico estableciendo los fundamentos del pensamiento occidental e introduciendo elementos que se constituirán en los gérmenes de los temas que construirán la Modernidad. Los filósofos medievales no solo se atrevieron a pensar, sino que crearon los fundamentos para atreverse a pensar: el sujeto y la libertad. Realizaron el definitivo y real paso del mito al logos. Efectivamente la adopción de la filosofía como la disciplina de la herramienta racional indispensable del ser humano, los llevó a apostar por la teología –es decir, la indispensable lectura racional del discurso sobre lo divino tanto en la esfera nacional como lo sobrenatural– y, por lo tanto, el intento de eliminar todos los elementos mágicos y míticos en las explicaciones y vivencias humanas. Así, por ejemplo, se sustituyó definitivamente la astrología por la astronomía, el exvoto por la medicina... Siendo la teología un discurso racional, no existirá un debate entre fe y razón, sino un debate sobre qué tipo de racionalidad –inspirada en el pensamiento clásico– es más adecuado para realizar un pensamiento sobre lo natural y cuál sobre lo sobrenatural y, desde ahí, establecer un discurso sobre la emancipación de la razón exigida por la racionalidad teológica misma. Su tratamiento sobre el ser humano en cuanto persona, más allá de una definición como animal racional aristotélica, exploró el sujeto, sus facultades no solo intelectivas, sino volitivas y descubrió el concepto de libertad. El pensamiento medieval, especialmente cristiano, descubrió definitivamente los rasgos fundamentales del ser humano y su dignidad, definiendo el auténtico humanismo a través de diversos renacimientos (el carolingio y el de los ss. XII-XIII). Solo así se puede entender que el humanismo se extienda ya en la segunda escolástica a todos los campos del saber como el derecho, la medicina y la ciencia.

Así, pues, el pensamiento medieval no solo no fue un paréntesis racional de más de dieciocho siglos, sino que fue el depósito imprescindible de la razón y del legado del pensamiento clásico donde se forjaron las bases conceptuales de Occidente y la Modernidad que no podría entenderse sin el contexto social, político, cultural y religioso de la Edad Media. Nos fijaremos en diversos autores y tradiciones filosóficas del pensamiento clásico (grecolatino) como motores fundamentales –no exclusivos– de diferentes temáticas fundamentales.

Esta asignatura, por lo tanto, intenta realizar un engarce coherente de la historia de la filosofía (la especialidad en la que se imparte) que explique el paso de la latinitas a la christianitas (Tema 1) y la pervivencia de la primera en esta segunda en diferentes áreas como la metafísica y la teología medieval gracias especialmente al platonismo (Tema 2), dentro del orden natural, donde destaca la figura da Aristóteles (Tema 3), la huella del helenismo en la filosofía práctica (Tema 4), la reflexión medieval sobre la ciencia clásica (Tema 5) y su proyección, a través del medioevo, en la temprana Edad Moderna (Tema 6).

Objetivos

1. Ampliación y especialización de los contenidos aprendidos en el primer ciclo (sea en filosofía o titulaciones afines) en un contexto de lectura trasversal.

2. Establecimiento de una continuidad de la historia del pensamiento filosófico occidental y de la eliminación de los prejuicios forjados en la historiografía contemporánea.

3. Profundización y capacitación en la lectura de textos filosóficos y las fuentes.