Según la última encuesta de la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (2014), el estrés laboral es el segundo problema de salud relacionado con el trabajo más frecuente en Europa (después de los trastornos musculoesqueléticos), pues alrededor de la mitad de los trabajadores considera que es habitual en su organización. Si nos centramos en los datos de nuestro país, el 49% de los trabajadores considera que el estrés laboral es frecuente y el 71% que su organización no lo gestiona de forma adecuada.

En este bloque temático se profundizará en estas cifras y otras que ponen de manifiesto la importancia del problema con el objetivo de servir de base para la investigación sobre la mejora de la calidad de vida laboral. 

En este bloque temático se profundizará en el estudio de estos riesgos psicosociales con el objetivo de servir de base para la investigación sobre la mejora de la calidad de vida laboral.

Una de las definiciones del burnout más empleados es la de Maslach y Jackson (1986) quienes lo caracterizan con tres síntomas: agotamiento emocional, despersonalización y falta de realización personal. El agotamiento emocional aparece cuando la persona siente que ha agotado sus recursos y ya no puede dar más de sí misma. La despersonalización se refiere al trato insensible e impersonal a aquellas personas a las que se dirige el trabajo. La falta de realización personal se caracteriza por la evaluación negativa de los logros conseguidos en el entorno laboral y por sentimientos de incompetencia personal.

En este bloque temático se profundizará en el estudio de los antecedentes y consecuentes del burnout con el objetivo de investigar en la mejora de la calidad de vida laboral.

Los accidentes laborales son una lacra social de primer orden. En los países industrializados, a pesar de la legislación y de los controles, las personas pierden su salud e incluso su vida, por ir a trabajar.

Según el informe de los accidentes de trabajo en España en 2013 se produjeron 468.030 accidentes con baja (Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, INSHT, 2014). Siendo esta cifra importante, conviene añadir algunos datos para comprender mejor el problema. Por una parte, hay que consideran la cifra relativa, es decir, el índice de incidencia o número de accidentes de trabajo por cada 100.000 trabajadores (con las contingencias profesionales cubiertas). Este dato fue de 3.009,2 accidentes e indica que, a pesar de la caída del empleo como consecuencia de la crisis económica, los accidentes se han incrementado un 2% respecto alaño 2012. Por otra parte, se sabe que muchos accidentes menores no llegan a registrarse. Las agencias que estudian este tema consideran que sólo se informa en el 50% de los casos.

En este bloque temático se profundizará en el estudio de los antecedentes de la accidentabilidad laboral con el objetivo de investigar en la mejora de la calidad de vida laboral.