En esta asignatura se trata de pensar y discutir críticamente los grandes textos de Nietzsche, Heidegger, Gadamer, Lyotard, Deleuze, Foucault, Ricoeur, Butler, Vattimo, así como los nuestros propios, desde el enfoque de la Ontología Estética y Hermenéutica: ontología del espacio-tiempo del ser y de su percepción (aístheis-nóesis) interpretativa. Correspondiendo a la interpretación de las obras-acciones comunitarias y reflexivas (espirituales) donde acontecen y se expresan. Ya sea en los lenguajes de las obras sacras, hierofánicas o religiosas, como en los lenguajes de las obras-acciones público-políticas e históricas que los interpretan. Asimismo, también en las obras de arte y tecnología. Para ello procedemos prestando especial atención a las nuevas praxis poéticas y a las obras de arte creativas o espirituales-reflexivas, incluidas las filosóficas. Todas las cuales se vierten en los lenguajes comunicativos, participativos e interpretativos del arte, las tecnologías actuales y su retransmisión político-social.

Así, esta asignatura trata de explorar algunas de las líneas principales del pensamiento postmoderno actual de la mano de los textos originales de sus protagonistas: los filósofos que practican la ontología estética y hermenéutica. Tal pensamiento parte de Friedrich Nietzsche y es retomado hermenéuticamente por Heidegger, en especial por el Segundo Heidegger, a partir de la Kehre de su producción. Continuando el linaje genealógico de los hijos de Nietzsche en la postmodernidad nos encontramos con Hans-Georg Gadamer y su explicitación de la ontología estética-interpretativa y la racionalidad práctica como lógos de la era hermenéutica. Tras Gadamer las interpretaciones e intervenciones de Gianni Vattimo refieren la postmodernidad como postmetafísica y posthistoria a la crítica del nihilismo óntico, correlato de la afirmación de la diferencia ontológica –repropuesta por Heidegger-: entre espacio-tiempo intensivo del Ser y espacio-tiempo extenso del ente, sobre la cual se despliega el horizonte de la ontología estética y hermenéutica. La posición vattimiana: el pensamiento débil; implica una rememoración y dislocación de todo el arco mencionado, situando la hermenéutica a favor de los débiles y de la debilitación de la violencia impositiva. Tales instancias alcanzan también, de otra manera, al pensamiento de La Diferencia propio de los hijos y las hijas de Nietzsche en Francia: tales como Lyotard, Delueze-Guattari y Foucault; o en España y Latino-américa, donde en la actualidad proseguimos estas vías y sendas del pensamiento tanto crítico contradogmático como también crítico-contraneoliberal, ya que la Hermenéutica Crítica se opone por igual al dogmatismo fundamentalista o monológico como al relativismo desalmado e in-diferente que multiplica los individuos aislados al infinito numérico y disyunto, sólo conectados por el capitalismo de consumo explotador ilimitado del planeta y de los seres vivos, incluido el ser humano. Uno de los objetivos de esta Asignatura es mostrar que la Ontología Estética-Hermenéutica es, radicalmente (desde su raíz), una Ontología Ecológica.

Pues, por otra parte, se ha de considerar que la cuestión crítica de la “Filosofía de la Historia” atraviesa los análisis señalados desde los nodos de la ecología, la ontología y la teología política. Cuestión ésta que ha sido radicalmente problematizada por parte de la racionalidad hermenéutica, la cual localiza y denuncia el hilo conductor metafísico del progresivo nihilismo de la historia de occidente y sus crisis recurrentes de legitimidad. Atender, en este contexto, a la cuestión del renombrar de lo sagrado indisponible y la epifanía del misterio y la ausencia, abre también a una intempestiva consideración de lo divino inmanente y de la relación del hombre y lo divino. La discusión de los prejuicios agnósticos de la Ilustración tras la disolución de la hegemonía de los relatos propios del positivismo y el historicismo llevada a cabo por la espiritualidad racional de la Hermenéutica, nos sitúa asimismo en el vector más hondo de la postmodernidad filosófica.

En el centro neurálgico, a su vez, de todas estas problemáticas está el espacio-tiempo como cuestión esencial y “tema de nuestro tiempo”: el que nos duele porque no nos es permitido habitarlo, y aquel que se abre a su vez, sin embargo, a través de las alternativas trazadas desde una ontología estética y una criteriología alternativas, con las que resistimos y alteramos “los tiempos que corren”, orientándonos hacia el pensar-vivir de la Diferencia e invocando la reflexividad del retorno de lo no-dicho y no-pensado en lo dicho y pensado; el futuro anterior y los pasados posibles. Pues el tiempo-espacio es a la vez el lugar-duración y vida que nos arrebatan, tanto como el lúcido criterio de las alternativas posibles que nos envía -y con cuya apelación nos urge- la tarea del pensar-vivir de nuestra época postmoderna. Por eso la ontología estética del espacio-tiempo y la diferencia ontológica ofrece el enclave más propio de lectura y escritura para la acción interpretativa de  los grandes textos críticos de la Filosofía Actual.