Este módulo tiene por objetivo el análisis de algunos de los retos que plantean las nuevas tecnologías a nuestros conceptos políticos y, en particular, al de democracia participativa. En una primera parte presentamos ideas clásicas sobre el concepto de democracia que, en la segunda parte, aplicamos al análisis de distintas teorías sobre el ciberespacio.
 

Este módulo tiene por objetivo la presentación de algunos de los retos que plantean las nuevas tecnologías a nuestros conceptos políticos y, en particular, al de ciudadanía. Este es un concepto cuyas raíces pueden encontrarse en la Antigüedad clásica, pero sus efectos sobre el presente se dejan sentir a partir de 1789. Al promulgarse en Francia la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, el individuo se convierte en parte de la comunidad política como sujeto de derechos. La definición de cuáles sean estos derechos, cuáles sean las consecuencias de su ejercicio para el gobierno de la comunidad política y quién puede aspirar a ser parte de ella (y recibir la condición de ciudadano) son cuestiones que articulan buena parte de nuestros debates de los tres últimos siglos. El primer objetivo de este módulo será, por tanto, proporcionar al estudiante una perspectiva sobre tales debates.

En nuestros días, la cuestión de la ciudadanía sigue abierta: baste pensar en los dilemas que se abren con la extensión del derecho al matrimonio, el estatuto de los emigrantes o la definición constitucional de la nacionalidad. Todos estos debates pueden abordarse desde distintos puntos de vista, asociados a otros tantos modelos de ciudadanía. Por ejemplo, en una perspectiva liberal el sujeto de derechos es ante todo el individuo, mientras que para la comunitarista sólo lo será en cuanto que miembro de una tradición particular. Por ejemplo, ¿en qué medida debe exigirse el uso de una lengua para el ejercicio de un derecho? Desde un punto de vista liberal, pesará más la opción del individuo, puesto que del libre ejercicio de su voluntad se derivan sus derechos ciudadanos. Desde un punto de vista comunitarista, esos derechos se derivan de su pertenencia a una comunidad, definida precisamente por el uso común de una lengua; por tanto, para poder ejercer su derecho, se presupondrá su dominio. En suma, el segundo objetivo de este módulo será conocer algunos modelos de ciudadanía y aplicarlos al análisis de cuestiones actuales.