La asignatura ofrece una introducción a los procesos políticos ligados a las migraciones internacionales y en particular a las que se dirigen a las democracias liberales. Muestra los desafíos que ello plantea a las sociedades y los Estados nacionales. Se analiza el difícil diseño de las políticas de control de flujos, sometidas a presiones contrarias desde la opinión pública, la clase media, los intereses empresariales o las organizaciones sociales, así como el ambiguo significado del término “integración” y las políticas que se dirigen a ella. Se presentan las experiencias nacionales europeas más relevantes, con especial atención a la española, y los intentos de cooperación europea en este ámbito.

En la actualidad prácticamente todos los países del globo son emisores o receptores de migrantes, y muchos son ambas cosas a la vez, en un movimiento que desafía la capacidad de los Estados nacionales para gestionar uno de los principales elementos que definen su soberanía junto con el  territorio: la población. En este contexto, las democracias liberales se enfrentan a importantes limitaciones en su capacidad de decidir quién y de qué forma puede entrar a formar parte del demos,  esto es, de la población con derechos democráticos, limitaciones derivadas de la extensión internacional de la cultura de los derechos humanos y de su consagración en acuerdos internacionales y normas nacionales.

La inmigración se ha convertido así desde hace décadas en Europa y en todo el primer mundo en tema de debate político y en objeto de la competencia partidista. A la vez, el conocimiento de la opinión pública sobre la inmigración se enfrenta a dificultades específicas, derivadas de las múltiples facetas del fenómeno y del sesgo de deseabilidad social de las respuestas sobre el tema.