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Introducción
El Trabajo Social juega, potencialmente, un rol fundamental en la promoción de la vida independiente de las personas con discapacidad. Dicho rol debe guiarse por un enfoque anti-capacitista que promueva el empoderamiento, la inclusión en la comunidad y la toma de decisiones de estas personas. Para ello, es fundamental conocer los diferentes modelos de comprensión de la discapacidad, tanto a nivel teórico como activista, que son los que permiten entender los presupuestos y prescripciones que subyacen a la intervención social con este colectivo. En este capítulo, presentamos, en primer lugar, un recorrido histórico por la teorización de la discapacidad (del Modelo Médicoal modelo social) y, posteriormente, por la politización a través de la explicación del surgimiento y desarrollo del Movimiento de Vida Independiente. Por último, planteamos el marco teórico y legislativo que nos permite definir un marco para la intervención, de carácter anti-capacitista, con las personas con diversidad funcional.
Los contenidos correspondientes a este tema se desarrollan en los siguientes epígrafes:
1.1. Una mirada histórica al concepto de discapacidad.
1.2. Los Modelos de la Discapacidad
1.3. El Movimiento de Vida Independiente: reivindicaciones y logros
1.4. Derechos pedidos y derechos reconocidos: la Convención y el cierre de las instituciones
1.5. Retos y desafíos para la vida independiente
Numerosos estudios han puesto de manifiesto las relaciones de inequidad que atraviesan la organización social de los cuidados. Se trata de un trabajo feminizado, invisibilizado y devaluado, que se ha impuesto como una carga sobre las mujeres y perpetúa su desigualdad económica y laboral. Para analizarlo, es fundamental aplicar una perspectiva interseccional (Hill Collins 2000) que tenga en cuenta las diferentes estructuras de poder que conforman la realidad social. Las mujeres precarias, empobrecidas, migradas y/o racializadas son las que asumen la mayor parte del trabajo de cuidados y las que lo hacen en peores condiciones (Vega y Martínez-Buján 2018). Asimismo, las perspectivas anticapacitistas ponen de manifiesto que es fundamental tener en cuenta, y poner en el centro de la intervención, la experiencia en primera persona de aquellos colectivos que viven en situación de dependencia.
2.1. Perspectivas anticapacitistas en torno a los cuidados
2.2. Teorías feministas sobre el cuidado
2.3. Encuentros y desencuentros entre feminismo y anticapacitismo
2.4. Recursos y apoyos para un Sistema Nacional de Cuidados.
2.5. Interdependencia, vulnerabilidad y nuevos desafíos
El Capacitismo en un sistema de jerarquización social que marca determinados cuerpos y funcionamientos como discapacitados y, al mismo tiempo, veladamente, otros como capacitados. Como ocurre con todos los sistemas de poder, la posición de privilegio (en este caso la posición capacitada) no está marcada por lo que parece la forma natural y esperable de estar en el mundo. Este sistema genera una serie de violencias, algunas de carácter explícito y estructural y otras más sutiles, de carácter simbólico. En este sentido, la perspectiva anticapacitista permite problematizar discursos, supuestamente progresistas, que dictaminan qué vidas (no) merecen la pena ser vividas. Hoy en día, nuestro ordenamiento jurídico promueve explícitamente la desinstitucionalización, la toma de decisiones en primera persona y la asistencia personal, faltan profesionales comprometidos con su aplicación.
3.1. El Capacitismo, un sistema de poder
3.2. El discapacitismo y su impacto en las vidas de las personas dependientes
3.3. Discusiones bioéticas sobre la dependencia, la autonomía y la discapacidad.
3.4. La violencia capacitista: legislación y recursos
3.5. La intervención social en contextos de violencia
El Trabajo Social juega un rol fundamental en las vidas de las personas con diversidad funcional: influyendo en las políticas públicas; proponiendo planes de intervención y apoyo; proveyendo de recursos y servicios; y acompañando a personas en situación de especial vulnerabilidad. Por tanto, es fundamental implantar una práctica consciente y crítica, que promueva el anti-capacitismo. En este sentido, la interseccionalidad nos permite entender que la posición social de las personas con discapacidad no viene marcada solo por el capacitismo, sino que este eje se cruza con otros, como el sexismo o el racismo, lo que puede generar situaciones de mayor vulnerabilidad social.
4.1. La interseccionalidad, más que un concepto.
4.2. La intervención con personas con discapacidad desde una perspectiva interseccional.
4.3. El objeto de la intervención a debate
4.4. El sujeto de la intervención a debate
4.5. Desafíos contemporáneos