'Una dedicación excesiva a las tecnologías termina en adicciones'
Fernando Sarrais, profesor de Psicopatología de la Educación en la Universidad de Navarra
Fernando Sarrais Oteo
"Las nuevas tecnologías son un instrumento más para formar a los jóvenes en su manera de ser", afirma Fernando Sarrais Oteo, profesor de Psicopatología de la Educación de la Universidad de Navarra, investigador clínico y miembro de la Comisión de Ética y Deontología Médica. Sarrais ha participado en los recientes cursos celebrados en Barbastro, como ponente de un encuentro en el que se han analizado los factores que contribuyen a la formación de la personalidad de los jóvenes.
Junto con la educación, los padres y los amigos, "las tecnologías son un vehículo para presentar modelos de personas y maneras de ser que pueden ayudarles a ser maduros, felices y evitar patologías psiquiátricas frecuentes ahora". Todas las cosas tienen sus riesgos, "en este caso, que se dediquen a usarlas y no hagan otras, como relacionarse entre sí, practicar deporte, estudiar o trabajar. Una dedicación excesiva a las tecnologías termina en adicciones y abandona otras cosas. Es algo similar a lo que ha pasado con el alcohol, el tabaco y las drogas".
Señala que "el hombre es un ser con tendencia a la dependencia de alg, si no tiene el control de sí mismo, necesario para decir 'basta' cuando pasa del nivel que perjudica su desarrollo personal, social, familiar y laboral". Las patologías más frecuentes que trata en su profesión son "depresiones -la más habitual- adicciones, angustia y ansiedad, que tiene como base una personalidad insegura, de baja autoestima, hipersensibles, dependientes de las cosas".
Las tecnologías influyen en "presentar modelos de personas que hacen cosas. Si se ve violencia, la gente puede ser violenta. Si se ve sexo, hay mayor tendencia. Vemos cómo aumentan la pornografía y la pederastia porque, de alguna manera, hay una estimulación social a través de las tecnologías". En su opinión, "presentan una serie de desarrollos del disfrute, placer, pasarlo bien que llevan a los jóvenes a engancharse y abandonar otras cosas que no producen placer a corto plazo".
En esta situación, "prefieren el estímulo inmediato a través de las imágenes entretenidas, divertidas, curiosas, la violencia en videojuegos, el placer de una comunicación rápida con amigos. Son algunos aspectos que estimulan las tecnologías porque son rápidas, placenteras, recreativas… El joven puede coger este camino y dejar otros más arduos y costosos como la formación personal, estudiar, aprobar… El fracaso escolar actual tiene que ver con que los jóvenes se dedican a otras cosas en el uso de las tecnologías".
Sexualidad, pornografía, prostitución, pederastia... "son consecuencia de una sociedad muy erotizada, de continuos estímulos a los que las personas maduras, dueñas de sí mismas, pueden decir sí o no. Los jóvenes, que no han aprendido a ser dueños de sí mismos, pueden caer en lo atractivo, lo sorprendente, la curiosidad y lo placentero para convertirse en adictos. Violadores y pederastas no nacen, se hacen a base de cesiones en un proceso donde la sexualidad pasa a primer plano y sólo ven a través de lo corporal. A partir de ahí surgen otros comportamientos en cadena".