Durante esta primera semana se hablará sobre El Patrimonio Industrial en la Península Ibérica. El director del curso, Roberto Rubiolo, nos indicó que el objetivo principal del curso es hacer una revisión histórica de la arquitectura industrial.
Roberto Rubiolo Pardo , director del Curso
Antonio Campesinos, catedrático de Urbanismo de la Universidad de Extremadura, habló sobre Aldea Moret: de paisaje integrado a patrimonio dilapidado.
Las Minas de Aldea Moret, donde se incluye el poblado, es uno de los 49 bienes industriales catalogados en España y que figuran en el Plan Nacional de Patrimonio Industrial puesto en marcha por la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales con el fin de conservarlos y preservarlos. Extremadura tiene otros dos núcleos incluidos en este catálogo: las Harineras de Plasencia y las bodegas de Almendralejo.
El poblado minero de Aldea Moret, en el centro de la explotación de fosfatos, a dos kilometros de Cáceres y comunicado por ferrocarril, será el primer proyecto de urbanismo planeado (1886) de influencia paternalista anglosajona, que se enmarca en la teoría de la garden-city del último tercio del siglo XIX.
Se diseñó con una trama ortogonal, con calles amplias y rectas, aceradas y arboladas y con detalles de mobiliario urbano de hierro forjado. Su tipología arquitectónica es de ciudad-jardín , con un jardín delantero y patio trasero para técnicos y obreros. Fue un poblado autónomo en servicios y dotaciones sociales con la Iglesia de San Eugenio (1860-1886), economato , escuela, piscina, etc.
Su desaparición supondría la perdida de un patrimonio urbano y cultural incomparable en Extremadura y, a la vez, la pérdida de un elemento fundamental en la historia de la ciudad de Cáceres, porque la llegada del ferrocarril a la ciudad se debió a la explotación minera de Aldea Moret, así como el patrimonio urbanístico que supone el poblado minero.