La mirada de la psicología hacia el cine es cada vez más frecuente
El NO-DO, medio propagandista de la España de la posguerra
El profesor Andrés García inició en la tarde de ayer el seminario organizado por el Departamento de Psicología Básica I de la Facultad de Psicología de la UNED sobre Psicología y Cine: un cruce de miradas.
El momento actual es posiblemente el momento histórico en el que la ciencia psicológica muestra más interés por el séptimo arte. Este interés no se circunscribe a ningún autor concreto ni paradigma alguno, aunque es cierto que existe una mayor vinculación con el psicoanálisis. La mirada del cine hacia la psicología se ha dirigido exclusivamente a la vertiente clínica de ésta, prestando mucha menos atención a la educativa, social, de investigación, etc. El porqué de esta conclusión es porque la psicoterapia se presta a más argumentos de tipo dramático que son más del gusto de los guionistas, ya que lo que se busca es la realización de productos de mayor impacto.
En la segunda ponencia de la tarde, Bohórquez Zayas, investigador de la UNED, destacó "que el cine presenta una serie de motivaciones en su desarrollo, como puede ser el entretenimiento, la expresión artística, la crítica social, la información o la propaganda". Un papel principal, en este último tema, se le atribuye a Joseph Goebbels, filosofo e historiador alemán al mando del Ministerio de Propaganda alemán entre 1933 y1945. Goebbels proponía un cine principalmente realista, cuya intención no era tomar el poder a través de él, sino, una vez que el poder se había conseguido, obtener el consentimiento de la población. El cine era una lugar para el entretenimiento, por lo que lo mejor era que la audiencia recibiera el contenido de la propaganda sin saberlo, mediante una exposición encubierta. La película El triunfo de la libertad (Leni Rfiefenstahl 1934) es un buen ejemplo de propaganda abierta. La película intenta desarrollar el mensaje de una nación al completo "despertando", utilizando para ello, de forma constante, la técnica del testimonio.
La política propagandista de la España de la posguerra no permaneció ajena a estas ideas e intentó, a su modo, influir en la opinión pública. El medio de difusión e influencia más extendido durante el periodo franquista fue el NO-DO. Este noticiario comenzó sus emisiones durante 1942, mostrándose cada proyección en el cine.