Volver a pág. anterior

[...] Me atrevo a decir, por todo esto, que esta UNED en la que estamos ahora todos implicados, y que desde luego ha sido mucho más que un mero receptáculo de alumnos “libres”, no hubiera sido la misma, o no hubiera sido en absoluto, es decir, no hubiera quizá ni siquiera existido, sin la persona, la imaginación y la constancia de Ricardo Díez Hochleitner.

Nobleza obliga. Tras treinta años de servir ilusionadamente a esta institución, me siento hoy particularmente gratificado por que la UNED, mi universidad, confiera el Doctorado Honoris Causa a quien tanto hizo por ella.

He arrastrado este propósito durante bastantes años, y hoy, cuando cumplo ya mi última etapa universitaria en calidad de profesor emérito, siento orgullo y un profundo agradecimiento hacia todos los que han hecho posible que esta universidad mía y vuestra sea, en verdad, una universidad “bien nacida” y, por tanto, “agradecida”.

Laudatio Ricardo Díez Hochleiner, por José Luis García Garrido


 

 

 


Laudatios y discursos -pdf-

[...] Porque “el maestro no es un profesor. Él no enseña cosas, enseña a vivir”. Estas palabras del noble Meister Eckhart son en todo aplicables al Dr. Mayor Zaragoza, cuya condición esencial de maestro resulta tan valiosa y ejemplificadora para una Facultad de Educación como la nuestra.

[...] El buen educador no sólo habrá de construir con quienes aprenden un sólido entramado de conocimientos; también deberá fomentar la asunción de valores, de formas de vida que comprometan al sujeto en su dimensión intelectual y ética. Porque educar, más que enseñar, significa ayudar a repensar el mundo y a comprendernos nosotros en él como seres dotados de conciencia.

Hoy los educadores de nuestra Universidad encontramos en el Dr.Mayor Zaragoza la encarnación de estos requerimientos. 

Laudatio Federico Mayor Zaragoza, por María Novo Villaverde