Universidad Nacional de Educación a Distancia » COMUNICACIÓN » NoticiasWeb 2009-2011 comunicauned » Javier Lario | ||
ComunicaUNED | ||
|
|
La trayectoria profesional del geólogo se ha centrado en los últimos años en los riesgos geológicos y, dentro de este campo, en la paleosismología, es decir, en el estudio del registro geológico que dejaron terremotos y otros fenómenos antiguos. Así, estudiando el pasado, se puede mejorar las predicciones de sucesos similares en el futuro, pues todos estos eventos tienen un componente cíclico importante. "En la costa peninsular", por ejemplo, relata Javier Lario, "hay registros de tsunamis desde hace 10.000 años y que han ocurrido cada 1.000 ó 1.500 años. El último grande fue el de 1755 de Lisboa que dejó en la costa española más de 1.000 muertos".
"En la costa peninsular", relata Javier Lario, "hay registros de tsunamis desde hace 10.000 años y que han ocurrido cada 1.000 ó 1.500 años" | ||
Dentro de estos estudios, analizar los efectos de tsunamis recientes es crucial, pues conociendo de primera mano lo que ha pasado hoy se puede identificar mejor lo que sucedió ayer y la predicción de lo que ocurrirá mañana será más certera. Lario lo explica: "intentamos ver cómo 'funcionan' los sedimentos ahora, que es cuando los podemos identificar bien, porque lo único que tenemos del pasado es el sedimento. Así podemos clasificar e identificar las huellas de fenómeno, definir su magnitud, etc. y podemos prevenir y calcular acontecimientos futuros".
Con todo esto, el trabajo del equipo de Javier Lario en Chile está muy definido: "Hay equipos evaluando daños estructurales, mientras que nosotros nos vamos a centrar en el registro geológico. Así, estudiaremos los elementos marinos depositados en tierra, es decir, los efectos deposicionales: tamaños de grano, extensión de los sedimentos marinos tierra adentro, forma en que se ha extendido dicho sedimento, espesores de los mismos, granulometría, encharcamientos, materiales arcillosos y también cómo ha vuelto ese material al mar, pues lo puede hacer por donde ha venido o a través de ríos, cauces o zonas más bajas. En ese sentido hay que identificar el recorrido del sedimento, el flujo y, además, la microfauna marina que ha entrado con el sedimento para ver, por ejemplo, si es muy profunda o si es de litoral". | ||
También se analizarán los efectos geomorfológicos o erosivos: "veremos si ha habido rotura de playas, si se han generado nuevos acantilados o microacantilados, nuevas lagunas costeras, cambios en la red de drenaje de marismas o ríos, si ha desplazado la desembocadura de algunos de ellos, etc." y todo ello de forma urgente, pues ahora comienza el invierno en el Cono Sur y en cuanto lleguen las tormentas se empezarán a borrar las huellas del tsunami.
En el caso de Chile y Haití ya había artículos científicos que hablaban de un terremoto de 7’2 grados en Haití –ha sido de 7- y otro de 8’8 en Chile, que se ha cumplido
Más adelante se estudiarán también los daños ambientales, un trabajo en el que el profesor Lario está muy interesado en colaborar pues con él se desarrollará la escala para medir estos daños que se propuso en 2007 y que aún está por definir. "La escala", explica Lario, " se basa en deformaciones, saltos, fracturas, hundimientos, cambios de los ríos, fluidización o arenas movedizas… pero eso se debe hacer cuando las necesidades de la población estén cubiertas, pues requiere que se realicen encuestas a la misma para conocer cómo era la situación antes del fenómeno estudiado".
Toda la información recogida será crucial para comprender mejor el pasado sísmico del planeta y, por tanto, se podrá mejorar notablemente las estadísticas en las que se basan las predicciones, pues se realizan por recurrencia. "Por ejemplo, en el caso de Chile y Haití ya había artículos científicos que hablaban de que la gran energía que se estaba acumulando en las fallas activas generaría un terremoto en el caso de Haití de 7’2 grados (ha sido de 7) y que afectaría a la zona de Puerto Príncipe y, en el de Chile, que sería de 8’8 y afectaría a la zona de Concepción y, efectivamente, ha sido de 8’8. Lo que no se puede decir nunca es cuándo va a pasar, pero sí se pueden ir estudiando las fallas activas, la energía que se está acumulando, en qué zona se puede romper la falla y qué energía puede liberar".
Un futuro que se perfila imprescindible dados los acontecimientos recientes: Haití, Chile, Japón, Turquía… ¿Es casualidad o estamos ante una época inusualmente activa por algún motivo? Javier Lario lo tiene claro: "No, lo que pasa es que estamos en una era de la comunicación en la que nos enteramos de todo lo que pasa. Cuando ocurre un fenómeno natural en una zona despoblada no nos enteramos, pero cuando el terremoto genera una catástrofe humana eso es noticia, y lo que sí es cierto es que, como las zonas litorales cada vez están más pobladas, cada vez es más frecuente que se generen catástrofes humanas". "Sucede igual con las inundaciones", continúa el profesor, "los mayores de algunos lugares, por ejemplo, se acuerdan de que antes se inundaba con frecuencia una vega pero, lo que antes afectaba a un olivar, ahora afecta a una urbanización y hay daños personales, por eso llama más la atención y es noticia. Pero el fenómeno siempre ha ocurrido".
Y, por lo que parece, seguirá ocurriendo… ¿aprenderemos de la experiencia? | ||