Insiste una y otra vez en esta gran premisa, Araceli Gómez Vicerrectora adjunta de Estudiantes y Coordinadora del Programa de Estudios Universitarios en Centros Penitenciarios de la UNED. “El conocimiento, repite, es el mejor legado que la UNED viene transmitiendo a múltiples generaciones, desde hace ya más de treinta y cinco años, conformando un gran activo para todas aquellas personas que componen la sociedad”.
La fiscal de Menores de la Audiencia Provincial de Málaga, María José Cobo, ha declarado en el Centro Penitenciario de Los Rosales que “cuando un menor infractor llega a los tribunales de Justicia suele ser producto de un conjunto de fallos en su entorno social y familiar, además del modelo educativo que ha recibido”.
Una intensa experiencia en un marco que obliga a la reflexión. Ese podría ser el epígrafe que resumiera lo acontecido a lo largo de tres días en el Centro Penitenciario de La Torrecica. El gratificante intercambio de vivencias y conocimientos que ha posibilitado el curso sobre Cine y Derecho: los Derechos Humanos a través del cine, hace que la UNED ya se esté planteando la continuidad de esta iniciativa, pionera en Albacete, en futuras ediciones de los Cursos de Verano.
Si en la primera jornada del curso sobre Cine y Derecho: Los derechos Humanos a través del cine se abordaron aspectos relacionados con el derecho a la vida y la integridad física y moral, el segundo acto de esta novedosa iniciativa organizada por la UNED en el Centro Penitenciario de La Torrecica, se ha centrado principalmente en la igualdad y la libertad de expresión. Dos aspectos en los que el Derecho juega un papel fundamental como garante de equilibrio.
El Centro Penitenciario de Ceuta ha acogido la jornada inaugural del curso Políticas sociales y políticas de igualdad, que dirige la profesora de Antropología Social y Cultural de la UNED, Nancy Konvalinka, y que analiza las actuaciones que en esta materia lleva a cabo el Gobierno español, siguiendo, en muchos casos, las directrices de la Unión Europea.
El 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó y proclamó la Declaración Universal de Derechos Humanos, un ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las instituciones, inspirándose constantemente en ella, promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a todos los derechos y libertades que contempla. Desde hoy, el Centro Penitenciario de La Torrecica en Albacete acoge un curso en el que, a través del cine y 60 años después de esa declaración, se debate alguno de los derechos más relevantes y sus elementos más conflictivos.
El Defensor del Pueblo Andaluz abre el curso Exclusión social y prisión: experiencias contadas en primera persona, con una ponencia tan preocupante como comprometida en la que achaca a la crisis económica y social la ampliación de los sectores de población empujados hacia la marginalidad.
La prisión provincial de Albolote acoge el curso Exclusión social y prisión: experiencias contadas en primera persona que, como anuncia su título, se apoya en buena medida en las vivencias personales que los propios internos compartirán con los asistentes.