Economía
JORDI MELÉ CARNÉ
Tras finalizar ingeniería industrial y el MBA a mediados de los años 80, trabajé bastantes años en el mundo empresarial, labor que fui compaginando con la docencia de cursos de contabilidad, finanzas y estrategia empresarial. Poco a poco, me fui interesando por la visión general que proporcionaba la economía y me convertí en profesor de teoría económica. Inicialmente, el objetivo de estudiar la licenciatura de economía en la UNED no era completarla, sino seguir una manera sistemática para profundizar en mis conocimientos de teoría económica y en otras materias relacionadas. Pero, con el paso de los años, me lo he pasado tan bien estudiándola, que la amplié a la obtención de dos especialidades: “Análisis Económico” y “Economía Internacional Aplicada”.
Pero, más allá de los conocimientos adquiridos, la licenciatura me ha servido para “aprender a aprender”, potenciar los hábitos que genera el auto-estudio, conocer y reflexionar sobre nuevos métodos docentes y a pensar “como un estudiante”, que sin duda me sirve en mi trabajo actual como profesor y como padre. Redescubrir mi potencial para el estudio ha sido como para muchos catalanes el redescubierto de la obra de Gaudí y su Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, algo que tenemos tan cerca y tan adentro y que no conocíamos.
La obtención de este premio al estudio es un reconocimiento que me hace ilusión, especialmente porqué uno no siempre ha sido buen estudiante, y me estimula a seguir trabajando en una vida académica que he empezado con retraso.
Pero el mérito no es sólo mío, sino que debe repartirse a trocitos entre quienes, de una u otra forma, me han ayudado: mis seis hijos y mi esposa, mi madre, mi padre (desde el cielo), mis hermanos y mis amigos, colegas y estudiantes. Siempre he intentado supeditar estos estudios a mi vida profesional y familiar, pero la conciliación no siempre ha sido fácil. También debo agradecer la inestimable ayuda de algunos profesores de la sede Central, tutores del C.A. Terrassa y otros estudiantes.