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En una larga peripecia que le lleva de Buenos Aires, por Puerto Rico hasta varias universidades de Estados Unidos, Ayala producirá una memorable obra de invención literaria a la par que una de las primeras y más sólidas contribuciones a la sociología española. Su Tratado de Sociología, de 1947 y permanentemente reeditado, ofrecía la posibilidad de pensar sobre nuevos supuestos los procesos de civilización y cultura y construir una nueva mirada sobre el problema español, que la generación anterior había defendido sobre bases místicas o metahistóricas.
Catedrático de Derecho Político, sociólogo sin sociedad, como lo identificó Arboleya, ensayista, crítico literario, traductor de rara calidad, polemista temible, publicista, autor de lúcidos y tremendos relatos en torno al poder y la muerte, profesor de español y de literatura española por todo el continente americano, premio Nacional de Literatura, de las Letras Españolas y Cervantes, miembro de la Real Academia Española, testigo de un siglo espléndido y dramático para nuestra historia, Francisco Ayala es sobre todo un humanista cabal.
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