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Discurso del profesor Jean Haritschelhar Duhalde

Con motivo de su investidura como Doctor Honoris Causa en Filología por la UNED


Hemen nago zuen aurrean ohorez betea eskaini didazuen UNED unibetsitateko "Doctor Honoris Causa" titulua lorturik.

Ene eskerrik beroenekin, nahi dizuet erakutsi zein hunkitua naizen pentsatuz holako ohorea lehen aldikotz euskaldun batek ukan duela eta gehiago dena mugaz haraindikoa.

Eskerrak, beraz, klaustroko erakasle guztiei, izendatzearen gatik, bainan esker bereziak aspaldiko adiskidea den Patri Urkizu erakasleari baitakit harek aipatu duela ene izena. Egia da aspaldian elgar ezagutzen dugula, Bordeleko Unibertsitatean lehenik, Euskaltzaindiko literatura ikerketa batzordean gero. Hogeita hamar bat urteren adiskidantza ez da guti bizitza batean eta, ene egungo ohorearen sortzaileari zor dizkiot ene eskerrik anaikorrenak. Badakit zein ikerle aberatsa den, nola ibilia den eta dabilan ikertzen oraindik bai Frantziako, bai Espainiako artxibategi eta biblioteketan euskaldunek utzi dituzten literatura lekukotasunak, miresten dudalarik idatzi
duen liburu kopurua.

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No siendo el euskara una lengua neo-latina a pesar de los muchos prestamos que recibió del latín y posteriormente transmitió a las lenguas circunvecinas como el navarro-aragonés y el castellano en la península o el gascón y el francés en el Norte del Pirineo, prefiero seguir este discurso en la lengua de Cervantes, para mejor comprensión del público presente.

En mi introducción en euskara expresé mis sentimientos de agadecimiento para el honor que se me ha hecho de nombrarme "doctor honoris causa" de esta universidad, universidad de enseñanza a distancia que acoge en su seno las distintas lenguas que se hablan en España, sentimientos de gratitud también para con el Consejo de Gobierno de la Universidad y su magnífico rector que aceptaron la propuesta del profesor Patricio Urquizu, responsable que fue de mi presentación.

Al amigo de más de treinta años quiero expresar mi reconocimiento de manera pública en este salón de Actos de la UNED. En efecto, nuestras amistosas relaciones empezaron en la Universidad Michel de Montaigne / Bordeaux 111 cuando fue nombrado lector de euskara.

Me dí cuenta entonces de todas las cualidades tanto pedagógicas como de investigador que poseía el nuevo colaborador de la sección de estudios vascos de la Universidad aquitana. Nos hemos encontrado más tarde cuando se fundó la comisión de investigación literaria en Euskaltzaindia / Real Academia de la lengua vasca que tengo el honor de dirigir actualmente. En esta comisión, el doctor Urquizu, miembro correspondiente de Euskaltzaindia muestra de manera perfecta lo profundo y lo amplio de su cultura. Conoce perfectamente todos los rincones de distintos archivos de España y según la expresión consagrada "de Francia y de Navarra", apelación oficial del reino galo desde Enrique IV (111 de Navarra) hasta la revolución francesa. Basta recorrer la abundante bibliografía suya para darse cuenta de la importante aportación que ha hecho en el campo de la crítica literaria vasca desde sus tesis doctoral y pasando por los libros que publicó hasta los numerosos artículos que ofreció a distintas revistas vascas. Que sea en euskara, que sea en español, la producción del profesor Urquizu representa un testimonio patente de la renovación en materia de crítica literaria que se conoce ahora en Euskal Herria,: testigo que soy desde muchos años de esta evolución.

En una obra colectiva cuya dirección asumí en los años 80 y que se titulaba Être basque (1983), traducida al español Ser vasco (1986), mi amigo Luis Michelena, lingüista muy conocido en las esferas universitarias escribía "Una manera breve, aunque externa de caracterizar a la lengua vasca se reduciría a decir como se ha dicho que es una lengua pequeña -pequeña y, en un sentido que más abajo se trata de precisar, aislada - que hoy sigue siendo usada a uno y otro lado del Pirineo. Y, ya que las lenguas en tanto que sistemas de expresión y comunicación carecen de cuerpo y por ello mismo de tamaño, esto significa en lenguaje no traslaticio que sólo es conocida y empleada por una comunidad reducida, en un territorio también reducido".

En mi prima infancia en este pequeño pueblo del otro lado del Pirineo que se llama Baigorri (Baja Navarra o Merindad de Ultra Puertos) me meció mi madre cantándome canciones y hablándome en esta lengua aislada de una comunidad reducida. El euskara fue mi lengua materna y las primeras palabras que pronuncié fueron "ama" y "aita". Fui normalmente monolingüe hasta mi entrada en la escuela pública del pueblo. Entonces empezó la coexistencia entre las dos lenguas: la de la familia y la de la enseñanza.

Como se sabe, se prohibía el uso del euskara en las clases y también en el recreo que pasábamos en el frontón del pueblo, jugando a la pelota o a otros juegos de niños. Entonces, a pesar de la vigilancia del maestro, palabras y frases vascas se escapaban de nuestros labios. Hay que decir que en las clases, cuando uno de nosotros no comprendía una palabra de francés, el maestro que era vascófono no vacilaba en dar el equivalente en euskara. Entonces, sí que se iluminaban las caras.

El error de la política lingüística en Francia fue no utilizar la lengua materna de los pequeños vascos, bretones y otros para una mejor adquisición del francés. Conviene decir que durante todo el siglo XIX, con la industrialización y los progresos de la urbanización, se manifestaba un "menosprecio de aldea y alabanza de la ciudad" con su corolario del desprecio de las distintas lenguas vernáculas y exaltación del francés, lengua no sólo nacional sino universal.

Pocas voces se oyeron contra esta política aplicada duramente durante la Tercera República. Sin embargo, una, ilustre además, la del socialista Jean Jaures, se manifestó en un artículo que publicó en la Revue de IEnseignement Primaire del 15 de octubre de 1911. Escribía:

“Cuando preguntaba a los niños vascos que jugaban en la playa de San Juan de Luz tenían mucho placer al nombrarme en su lengua el cielo, el mar, la arena, las partes del cuerpo humano, los objetos corrientes. Pero no tenían la menor idea de su estructura y aunque muchos de ellos eran alumnos de nuestras escuelas públicas, nunca habían pensado aplicar al lenguaje antiguo y original que hablaban desde la infancia los métodos de análisis que solían aplicar a la lengua francesa. Evidentemente sus maestros no les habían incitado a hacerlo. ¿Por qué esto y de dónde procede este abandono? Puesto que esos niños dominan dos lenguas por qué no enseñarles a compararlas y a darse cuenta de la una y de la otra.”

Jaurés se da cuenta que en la coexistencia de las dos lenguas, la de la enseñanza ganará y la de la familia se irá perdiendo con la desigualdad de tratamiento, subrayando al mismo tiempo la responsabilidad de los maestros que no utilizaban este ejercicio tan provechoso de la comparación lingüística.

Añadía como consejo: «No hay mejor ejercicio para el espíritu que esas comparaciones, la búsqueda de las analogías y de las diferencias en una disciplina que se conoce bien es una de las mejores preparaciones a la inteligencia. El espíritu se sensibiliza más a la belleza de una lengua comparándola con otra, capta mejor el carácter propio de cada una, la originalidad de su sintaxis, la lógica interna que impulsa las distintas partes y asegura una especie de unidad orgánica.»

Podría ser un comienzo de política lingüística teniendo en cuenta la existencia de la lengua vernácula, pero sabemos que nada de esto se produjo y que siguió el gobierno francés con su política de erradicación de esas lenguas y de preeminencia del francés.

En efecto, desde la primera enseñanza hasta la Universidad, la lengua de enseñanza de mi juventud era el francés y sólo el francés. Una verdadera riqueza porque, al mismo tiempo que se aprende una lengua nueva, se abre también todo el tesoro de una literatura de gran calidad que va desde La chanson de Roland hasta los grandes autores del siglo XX, sin olvidar a los que brillaron en este siglo de oro francés, el XVII con las figuras mayores de Corneille, Racine y especialmente Moliere, seguido por el siglo de las luces de tanta importancia por su universalidad y el brillante siglo XIX con sus corrientes romántica, realista, naturalista, simbolista, etc... ¿Cómo quedar insensible delante de tanta belleza, delante de tanta creatividad, ya sea en poesía, en teatro, o en el campo de la novela? La enseñanza desde la escuela pública de Baigorri hasta la Escuela Normal Superior de Saint-Cloud me ha incitado a beber de todas las fuentes que manan de la literatura francesa, a formar mi sensibilidad literaria y, al mismo tiempo, a afinar las capacidades de análisis y de síntesis. ¿Cómo no quedar agradecido?
Durante estos largos estudios se abrió para mí como para todos los estudiantes otro campo de cultura, la de la lengua elegida y de su literatura. En efecto, para el trilingüe que soy, se han sucedido primero la de la familia, tesoro de la transmisión, después la de la enseñanza, impuesta y al mismo tiempo aceptada, y por fin, más tarde, la lengua de elección, ésta que se suele llamar "extranjera" que se debe escoger entre varias lenguas. La elegida fue el español para mí.

De doble elección, en la enseñanza media primero y en la Universidad después cuando preparé la licenciatura, la tesina y por fin la agregación -esa oposición típicamente francesa- que me titulaba para ser profesor de español.

Tuve la suerte de ser becario del gobierno francés como alumno de la Escuela Normal Superior de Saint-Cloud y vivir un año entero en España, entrando con un pasaporte especial, puesto que la frontera estaba cerrada, en noviembre de 1947. Mi estancia duró hasta noviembre de 1948. A pesar del régimenque existía en España, qué alegría poder vivir hablando únicamente en españolcon los jóvenes que tomaban pensión en esta Pensión Siglo de la calle Sierpes, en el n° 7, hasta soñar en la lengua de Cervantes. Recuerdo también mis investigaciones en la Biblioteca Nacional y en la Hemeroteca de Madrid para escribir la tesina sobre los hermanos Bécquer (Gustavo Adolfo y Valeriano) y el costumbrismo a través de los numerosos artículos y dibujos publicados en el Museo Universal y otras revistas.

¿Cómo olvidar este año de estancia en España? Año de investigaciones como lo he dicho ya, año de lecturas y la posibilidad de zambullirme en la literatura española desde el Mío Cid y su compañero Minaya Álvar Fáñez hasta Machado y Federico García Lorca, no dejando de lado a los gigantes del siglo de oro español Lope de Vega, Tirso de Molina, Cervantes, Quevedo, Góngora entre otros, año de viajes a través de todo el territorio, de Cataluña a Andalucía, de Castilla la Nueva a Galicia, de la Soria fría y pura a Cáceres, verdadero descubrimiento de las distintas provincias con sus monumentos y sus museos, el Prado de Madrid visitado muchas veces y maravillado por las riquezas que contiene.

No añoro la España de entonces, viuda de Manolete; al contrario, saludo su entrada en la democracia, el decreto del 26 de febrero de 1976 haciendo de Euskaltzaindia la Real Academia de la lengua vasca, tres meses después de la muerte de Franco, el artículo 3 de la Constitución Española que, al lado del español lengua oficial de España, declara que las demás lenguas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos y que todas representan un patrimonio cultural, objeto de especial respeto y protección. No se me olvidará nunca la manera en que recibieron S.M. el rey Don Juan Carlos de Borbón y su esposa la reina Sofía en su palacio a la junta directiva de Euskaltzaindia, sabiendo que su presidente era un vasco de ciudadanía francesa.

 
Si existen en el mundo políticas lingüísticas liberales, España representa un modelo entre ellas, cada Comunidad autónoma teniendo la responsabilidad de la supervivencia y del desarrollo de su lengua propia. Gracias a esta política, en la UNED están representadas varias lenguas y entre ellas el catalán, el gallego y el euskara. De ahí, mi presencia, hoy, como representante del euskara, al lado de colegas de las otras lenguas en esta ceremonia honorífica.

A principios de la década 50 se terminan mis estudios en Universidad de la Sorbona con especialización en español y nombrado en liceo de Agen como catedrático. Entonces nace el deseo de investigación y preparación de una tesis con la alternativa de seguir en el campo del español de cambiar totalmente de dirección. Empiezo entonces lo que llamo la vuelta casa, es decir, a interesarme en la lengua materna. En realidad, a pesar hablarla cada vez que volvía a Baigorri de vacaciones, era como los niños vascos de San Juan de Luz evocados por Jean Jaures que "nunca habíanpensado aplicar al lenguaje antiguo y original que hablaban desde la infancia los métodos de análisis que solían aplicar a la lengua francesa. Evidentementesus maestros no les habían incitados a hacerlo" y los míos tampoco. Tuve que alfabetizarme en euskara y así empezó el trabajo de recuperación y al mis tiempo de reflexión.

Mientras estoy descubriendo la estructura del euskara descubro también la literatura vasca "cuya parte oral, como toda literatura popular, es probablemente tan rica y tan variada como la de cualquier otro pueblo ", según el juicio de mi amigo Luis Michelena que añadía que « la literatura culta es porel contrario tardía, escasa y en conjunto de no muy alta calidad, salvándose en ella un puñado de obras que no desmerecen junto a producciones análogas las literaturas vecinas".

Mi nombramiento en 1962 como director del Museo Vasco de Bayona consagra mi vuelta al País Vasco. Una nueva vida empieza para mí, la del catedrático de euskara en la Universidad de Burdeos y la de académico de Euskaltzaindia. La nueva organización de la Institución, la creación de distintas  comisiones, las investigaciones en los campos de lexicografía, de gramática, de  dialectología, de onomástica y de literatura, añadiendo a todo eso el reto del "euskara batua", lengua standard, corresponde a una época en que los medios de comunicación - prensa, radios y televisión a los cuales hay que - recientemente Internet- requieren una lengua común, no he dicho única,respetuosa de los distintos dialectos, pero nutrida de ellos que va a la par de la creación y desarrollo de las Universidades, de sus centros de euskara íntimamente vinculados con Euskaltzaindia, Real Academia de una parte institución consultativa para el gobierno de Navarra y el de la Comunidad Vasca, reconocida también por el gobierno francés por su declaración de utilidad pública y el Oficio público de la lengua vasca de creación reciente en Bayona : noventa años de feliz existencia.

* * *

Je ne saurais terminer cette réflexion sur le trilinguisme sans user de la langue de Moliera, qui est celle de ma citoyenneté.

L.'accés El d'autres langues, El d'autres littératures, El d'autres cultures est indéniablement une source extraordinaire d'enrichissement. L'espagnol marque san s aucun doute I'ouverture vers l'Amérique latine, la pampa dans toute sa vastitude, la Cordillere des Andes et les altiplanos, les civilisations précolombiennes si remarquablement représentées El Teotihuacán ou dan s I'admirable musée ethnologique de Mexico que les conquistadors, "ivres d'un réve héro'lque et brutal" parmi lesquels pas mal de Basques, ont sérieusement sapées malgré la défense prise en leur faveur par l'Alavais Francisco de Vitoria. Martin Fierro et Don Segundo Sombra hantent les étendues du continent sudamérician et surgit en ma mémoire la grande figure de Gabriela Mistral et résonne El mes oreilles le rire clair et enfantin de Nicolás Guillén. En bon Basque que je suis mes pensées vont vers les membres de mes familles paternelle et maternelle et leur descendance qui ont vécu ou vivent en Argentine ainsi qu'au Chili.

Ma connaissance de I'espagnol m'a permis de suivre I'épopée du Cid dan s sa geste épique, de m'intéresser El ses Mocedades par Guillén de Castro et de mieux saisir cambien notre grand Corneille s'en était inspiré.

Ouelle joie aussi d'analyser le mythe de Don Juan El sa naissance dans le Don Juan Tenorio de Tirso de Molina et d'apprécier son évolution dan s le Dom Juan de Moliere pour ne prendre que deux exemples des deux grandes époques de culture universelle que furent le siglo de oro espagnol et ce XVlle  siecle d'or francais, La joie n'est pas moindre que de lire dans le texte et non dan s une traduction les aventures inouies du couple de légende formé par le chevalier de la Manche Don Ouichotte et son fidele écuyer Sancho Panza, d'apprécier les dialogues savoureux entre le fou d'idéal de I'un et le bon sens terrestre de I'autre, de sentir toutes les nuances de style et la verve créatrice de Cervantes dans les Novelas ejemplares. C'est I'extraordinaire avantage de la version originale par rapport El toute autre version en d'autres langues. 

Ma connaissance du francais me permet en rnérne temps que celle de I'euskara d'étre profondément ému en lisant le si beau poerne des Contemplations ou Victor Hugo exprime sa douleur a I'ocassion de la perteool
sa fille :

Hélas ! laissez les pleurs couler de ma paupiere,
Puisque vous avez fait les hommes pour cela!
Laissez-moi me pencher sur cette froide pierre
Et dire a mon enfant : Sens-tu que je suis la ?
Laissez-moi lui parler, incliné sur ses restes,
Le soir, quand tout se tait,
Comme si, dans sa nuit rouvrant ses yeux célestes,
Cet ange m'écoutait !

et mon émotion est la rnerne devant la douleur du pere devant cercueil de son enfant dans le poerne de Lizardi, scandé par le refrain :

Ots!
Ots!
Bizion oñok ...

ces pas des vivants qui résonnent au cours des obseques, 1, battements du coeur meurtri :

Ots!
Ots!
Yauzika biotz ...

véritable glas qui marque le temps ultime de la séparation douloureu La encore, les versions originales I'emportent sur toute autre version.

Qu'il me soit permis de tirer une lecon de mon expenence p proclamer que le devoir de chaque Basque est de connaltre sa propre lang et ensuite les deux langues voisines, I'espagnol pour I'habitant du Pays Basq Nord, le trancáis pour ceux de Navarre et de la Communauté formée par trois provinces historiques d'Alava, de Biscaye et de Guipuzcoa. H' I'anglomanie envahit le monde et aussi le Pays Basque des deux cótés de Bidassoa. Or notre culture passe par les trois langues et I'anglais ou l'amén ne peut venir que de surcroit. Comment etre voisins et ignorer la langue voisin? N'est-ce pas la une aberration?

Je rn'arréte. Mes derniers mots sont pour renouveler mes remerciements a celui qui m'a proposé, a ceux qui ont accepté cette proposition et m'ont nommé "docteur honoris causa" de cette Université.

Bai, eskerrak ene aurkezleari, eskerrak ere onartu eta izendatu nautenei, bai, bihotz bihotzez eskerrik asko!


Madrid, marzo 2010