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lunes 21 de noviembre de 2011

Así fue la II Jornada de Igualdad en la UNED

La violencia de género fue el tema principal de una jornada que intentó despertar conciencias, sin olvidar el optimismo de saber que estamos en una sociedad que está evolucionando


El pasado 17 de noviembre, la UNED celebró su II Jornada de Igualdad, que en esta ocasión llevaba el título "Violencia de género. Una visión multidisciplinar". La Oficina de Igualdad de la UNED tiene el ambicioso propósito de celebrar dos Jornadas de Igualdad al año, una en marzo y otra en noviembre, coincidiendo aproximadamente con fechas significativas en el campo de la igualdad de género: el Día Internacional de la Mujer (8 de marzo) y el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el 25 de noviembre.

 


En su presentación de la Jornada, Juan Gimeno, Rector de la UNED, quiso destacar la importancia de estas Jornadas, ya que “entre sus muchos objetivos, la Universidad ha de trabajar en este de una forma muy especial”, decía el Rector. “Además de la docencia y la investigación, tenemos una misión de responsabilidad social con el conjunto de la sociedad (que nos sostiene) de prestarle un servicio en todos aquellos campos donde sea necesario, y en este lo es especialmente”. El Rector añadía que, aunque Jornadas como esta pudieran parecer poco relevantes por tratarse de un encuentro muy breve, “entre todos vamos a compartir reflexiones, buenas prácticas, qué es lo que hacemos, tomar contactos,… que nos permitan que cuando vayamos a la acción cotidiana, podamos llevar más formación, más conocimiento y más eficacia”. Y concluía: “Y si esto lo conseguimos, nos sentiremos satisfechos”.

José Matías Hernández, Vicegerente de Recursos Humanos de la UNED, tomaba el relevo del Rector con un intencionado “Bienvenidas”, que explicaba argumentando que, “no voy a utilizar el bienvenidos, porque he contado 13 varones. Si descontamos el personal técnico y los ponentes, esto sigue siendo un erial”; una regañina afectuosa, pero regañina al fin y al cabo. El Vicegerente quiso agradecer a los organizadores y a los ponentes su presencia e implicación en estas Jornadas. Del mismo modo, agradeció a la UE “el apoyo que presta a la Universidad a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), que hace posible que desde la UNED podamos disponer de la infraestructura necesaria para llevar a cabo este tipo de acciones, así como su difusión”. Como en la anterior ocasión, José Matías Hernández fue el encargado de ir dando paso a cada uno de los ponentes de la Jornada.


La primera de las ponencias, titulada "Educación y violencia de género", corrió a cargo de Luz Martínez Ten, Secretaria de Políticas Sociales de FETE-UGT. A pesar de ser un tema difícil, quiso tratarlo de una manera optimista porque “también hay motivos para el optimismo, y hay razones sobradas para pensar que estamos dando pasos importantes para arrancar la violencia de género”. Una de esas visiones optimistas la expresaba diciendo que “si las raíces de la violencia de género se encuentran en la discriminación que sufren las mujeres a lo largo de la Historia, deberíamos pensar que igual que se aprende, se desaprende”. En la sociedad actual, las relaciones sentimentales entre chicos y chicas siguen los mismos roles de toda la vida; no hay más que echa un vistazo a la cartelera de cine. “Si todo te dice que el amor verdadero es el amor fusional, donde te entregas, donde te pierdes, donde el otro te exige todo, este camino está de alguna manera ayudando a construir las huellas de lo que va a ser el futuro del maltrato”.


Teresa San Segundo, Profesora de la Facultad de Derecho de la UNED nos dio, en su ponencia "Las 1000 caras de la violencia de género", un repaso por la imagen que se tiene de la mujer en las diferentes culturas en el mundo, abriendo los ojos de la audiencia a situaciones verdaderamente trágicas, como el caso la niña de Teruel cuyos padres le practicaron una mutilación genital. Según la profesora, “la violencia siempre tiene un objetivo muy claro: el control”. Pero la mutilación genital femenina es tan solo la punta del iceberg; también son casos de violencia de género las agresiones en tiempos de guerra, los matrimonios convenidos por los progenitores, los crímenes de honor (donde las mujeres pagan por las faltas de otras personas), la reducción de pies en las chinas, los infanticidios,… “En 1990, en Asia había 100 millones de mujeres menos, precisamente porque se prefiere tener un varón. Y, aquí, la tecnología ha sido muy perversa; se utiliza la amniocentesis para averiguar el sexo del futuro bebé”, para así poder decidir…


La Profesora de la Facultad de CC. Políticas y Sociología de la UNED, Josune Aguinaga, explicaba en su charla "Violencia de género y sociedad" que la sociedad tiene que asumir que la minoría de hombres que están implicados en la violencia de género son delincuentes o asesinos, y dejar de llamarlos maltratadores. Según la profesora, “la violencia de género tiene detrás una historia de siglos de dominación masculina basada en la cultura y en la educación”. Pero, “con la igualdad gana la sociedad. Combatir la violencia con la reflexión y el trabajo cotidiano es lo que hace avanzar a las sociedades”, añadía.






Ana María Rodríguez es Trabajadora Social y Coordinadora de Programas de la ONG “Mujeres Opañel”. Con su ponencia "Violencia de género en el medio rural; una visión crítica", planteó las notables diferencias existentes entre las mujeres que pertenecen al medio urbano o al medio rural. Las dificultades en el medio rural se acrecientan desde el momento en que estas mujeres llevan otro estilo de vida, conviven muy de cerca con sus vecinos y familiares, tienen una visión de sí mismas muy tradicional o, simplemente, su acceso a la información es muy deficiente. “El aislamiento, la escasez de infraestructuras y el déficit de recursos sociales, la falta de oportunidades laborales y la precariedad de las mismas que dificulta la autonomía y empoderamiento económico de las mujeres, unido a una presión y control social fuertes, vinculados a una estructura familiar extensa pero con vínculos muy estrechos, posiciona a las mujeres rurales en una situación de mayor riesgo y vulnerabilidad frente a la violencia de género”.


En la última ponencia de la Jornada, "Realidad jurisdiccional de la violencia doméstica", el Magistrado Francesc Lacueva trató de explicar a la audiencia las enormes dificultades con las que se encuentra la jurisprudencia española a la hora de tipificar los casos de violencia de género o de violencia doméstica, y aplicar las sanciones correspondientes. Y la dificultad empieza ya con la simple definición… “Sobre la denominación existe una gran confusión, pues se utilizan de forma indistinta términos tales como violencia doméstica, violencia familiar, violencia de género, violencia intrafamiliar, violencia contra la mujer,…”. Pero en términos del Derecho, existen diferencias entre unas y otras denominaciones. Y en un tema peliagudo como es el poner en cuestión a las víctimas, el magistrado aclara: “Sí, a mi me pagan para eso… Es necesario valorar de forma objetiva lo que dice la víctima, comprobar su credibilidad antes de comenzar todo el proceso. Y eso garantiza, precisamente, que se les de un trato justo a las víctimas.”

Para finalizar, Álvaro Jarillo, Vicerrector de Estudiantes, Empleo y Cultura de la UNED y Presidente de la Comisión para la Igualdad de la UNED, quiso hacer una reflexión acerca de lo que los jueces no pueden ver: “Un silencio, a veces, puede suponer una falta de respeto, que es ese comienzo de una relación de violencia para con la otra persona. El comentario puede luego reflejarse en un papel, pero ese no aprecio, ese gesto es difícil”. Y otra, más optimista: “La sociedad está, afortunadamente, en proceso de cambio”.


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