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SEMBLANZA DE RAFAEL CANOGAR.

Doctor Honoris Causa por la UNED 2001

Nacido en Toledo el 17 de mayo de 1935, Rafael Canogar comienza su aprendizaje artístico con el pintor vasco Martiarena, aunque su gran maestro será Daniel Vázquez Díaz, en cuyo taller comienza a trabajar en 1948. Sus primeras obras abstractas, que datan de 1955, dejan traslucir fácilmente una clara influencia de Miró que coincide con su primer viaje a París e Italia. La necesidad de realizar una acción artística común entre pintores y críticos de arte le hace unirse, en 1957, al grupo El Paso, participando activamente en las numerosas exposiciones y actividades culturales que el grupo organiza. Su aportación a la Bienal de Venecia de 1958 atrae la atención de la crítica y se le abren definitivamente las puertas del reconocimiento, mientras la Galería L'Attico de Roma le ofrece un contrato que lo ligará a ella por varios años. A finales de los cincuenta Canogar viaja a Roma y París, mientras participa en exposiciones como "13 Peintres Espagnols Actuels" en el museo de Artes Decorativas de París, así como en una serie de muestras de jóvenes artistas españoles que recorren Europa, Asia y Estados Unidos entre 1959 y 1962.

En mayo de 1960 se disuelve El Paso, llevando a cabo una última exposición en la Galería L' Attico con obras de Canogar, Chirino, Feito, Millares, Rivera, Saura y Viola, al mismo tiempo que se reedita una carpeta de su obra gráfica. Canogar viaja entonces a los Estados Unidos y visita en Nueva York las dos exposiciones de pintura española en las que participa que se celebran en el MOMA y el Guggenheim, mientras es invitado en 1962 a la Bienal de Venecia con sala especial. En 1964 abandona definitivamente el informalismo, que para él ha perdido la vitalidad y el espíritu de rebeldía que había tenido en un principio, aunque su nueva obra está todavía impregnada por la técnica propia de su período anterior. Se basa en la crónica narrativa que toma de los medios de comunicación, fotografías que ya en su último período informal utilizó como armazón y esquema de luces y sombras para sus cuadros. De regreso a Madrid, la obra de Canogar se va limpiando de materia y comienza a trabajar los fondos desde el reverso de la tela que, impregnados de color, lo dejan pasar dándole un carácter de veladura. A finales de los sesenta termina de definirse esta transición: sus imágenes urbanas adquieren una tercera dimensión que nace por necesidades expresivas. Sus temas se hacen más opresivos, en un arte de testimonio que muestra al hombre actual en sus circunstancias más adversas. El color desaparece casi completamente de sus cuadros, ahora casi siempre negros, utilizando como base de su trabajo madera y poliéster reforzado con fibra de vidrio. Las Bienales de Venecia (1968) y Sâo Paulo (1971) le dedican una sala especial a su obra, manifestación de su prestigio en el panorama artístico internacional.


En 1972 el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid realiza una exposición antológica de su obra. Fiel a una inquietud constante, en 1975 se produce otro cambio que marca una nueva etapa en su obra, que retorna a la abstracción abriéndose un período de libertad en su investigación estética sin el apremio inmediato del compromiso ético que marcó su período figurativo anterior. En 1982 recibe el Premio Nacional de Bellas Artes y el Ministerio de Cultura organiza la exposición antológica de su obra "Canogar, 25 años de pintura". En 1985 es nombrado Chevalier de I'Ordre des Arts et des Lettres en Francia. En 1990 el Museo de Bellas Artes de Bilbao edita el catálogo razonado de su obra gráfica desde 1959 Y organiza una exposición con dichas obras. En 1996 es elegido miembro de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. En 2001 el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía le dedica una exposición antológica.

Madrid, Junio 2001