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Discurso Rafael Canogar

"Un largo itinerario a través de la pintura"

Con motivo de su investidura como Doctor Honoris Causa en Historia por la UNED

Confieso que me siento algo impresionado al dirigirme a Uds. y dar las gracias a la Universidad Nacional de Educación a Distancia, y a su Facultad de Geografía e Historia por esta Investidura como Doctor Honoris Causa. Impresionado por el honor que se me ha hecho, dada mi falta de conocimientos, pero que acepto con orgullo y humildad. Con humildad por ser yo el receptor; con orgullo, por entender que se me hace como miembro del grupo El Paso, - orgulloso me siento de haber sido uno de sus componentes - y que por extensión, es a todos ellos a los que también se está homenajeando. Un grupo de artistas que bien pudo haber hecho suyas las palabras de Azorín de 1913 - como bien dijo Víctor Nieto Alcaide -, al intentar introducir un componente ideológico rebelde en su lenguaje: "La estética no es más que una parte del gran problema social. Para los que vivimos en España, para los que sentimos sus dolores, para los que nos sumamos - ¡con cuánta fe!- a sus esperanzas, existe un interés supremo, angustioso, trágico, por encima de la estética".

Solo tenía 22 años cuando fundamos el grupo EI Paso, y es por tanto difícil que yo pudiera hacer un análisis de nuestro papel a jugar en esa sociedad, ni siquiera soñar el éxito fulminante que nuestro grupo tendría en muy poco tiempo. Pero mi ignorancia fue compensada por la pasión que tenía en la pintura, la intuición que ha presidido todo mi trabajo, y una seguridad impropia, teniendo en cuenta mis muchas lagunas.


Siempre he dicho que El Paso, nació en el momento oportuno, surgió casi por necesidad biológica, quizás consecuencia de una cierta demanda de la "inteligencia universitaria", por la madurez de un cierto grupo social que demandaba unas respuestas a planteamientos culturales hechos con anterioridad, para salir de la postración general a la que nos llevó nuestra cruenta guerra civil, y a una anterior crisis del pensamiento, de un sentimiento trágico de la vida.

En  el verano de 1960 regresaba yo de una corta estancia en los Estados Unidos. De paso por Nueva York pude ver las dos grandes exposiciones de arte joven español, organizadas por sus dos grandes museos, el MOMA y el Guggenheim, al mismo tiempo que una de las más prestigiosas galerías, la Pierre Matisse dedicaba otra a cuatro miembros de El Paso: Saura, Millares, Rivera y Canogar. Una prueba evidente del interés que nuestra pintura había despertado en el mundo. Regresamos vía marítima y desembarcamos en Santander: allí, con un par de días de asueto, lo primero que hicimos fue unos a la playa. Antes de salir de viaje yo había comprado un traje de baño en uno de los grandes almacenes de Madrid, pensando en las playas californianas, pero que no estrené hasta Santander. Yo les juro, señores, que nunca me ha gustado llamar la atención, y que por eso he ido siempre disfrazado de viajante de comercio. Pero parece que mi traje de baño sí llamó la atención a la policía municipal santanderina, con el cometido de vigilar la moral pública de las playas. Me puso una multa. Pero ante mi rabia, me presenté ante el comisario jefe en la comisaría. Allí me mostraron el bando eclesiástico contra atentados a la moral pública, si bien es cierto que no se mencionaban medidas: tema a cargo de la subjetividad de la autoridad. Es una anécdota nimia, pero ilustrativa del acontecer diario del ciudadano, sometido y vejado por una autoridad sin ideas, ni conceptos, que no tenía otro fin que perpetuarse a sí misma.

Me ha tocado vivir profesionalmente la mitad del siglo XX, y de alguna forma, participar en algunos de los hechos y aconteceres de esos tiempos. Tuve el privilegio de ser parte de una generación y de un grupo: El Paso, que fue motor de cambios significativos en el campo de la plástica, que colocó a España, en muy poco tiempo, en un primer plano de la estética del momento.

Ha sido una feliz coincidencia que mi exposición "50 anos de Pintura" en el Centro de Arte Reina Sofía haya coincidido con este acto, al mismo tiempo que en Valencia se reflexione con una gran exposición, Las claves de la España del siglo XX, que nos puede ayudar a recordar y a analizar dichos hechos.

Llamo la atención a estos dos hechos como paradigma de una España sumida en su propia contradicción. La paradoja, por un lado, de una España atrasada, anclada en el pasado y manipulada por la Iglesia, una España conservadora y reaccionaria en sus estructuras sociales y políticas, y por otro lado, la creación artística a la vanguardia de las estéticas internacionales. ¿Cómo había ocurrido y que hechos habían marcado semejantes desajustes?

El Paso, entre otros fines, también quiso romper con una inercia devastadora para el país, la emigración, el exilio cultural, la marcha de los mejores en busca de entornos más propicios a la creatividad. Pero algunos se quedan e intentan mantener, pese a todo, un cierto pulso o vivencias de contemporaneidad. La "Sociedad de Artistas Ibéricos", o el Grupo ,ADLAN en 1932. La reivindicación estética de la Escuela de Vallecas, por Bcnjarnin Palencia y Alberto Sánchez que, en lugar de emigrar, se quedan en Madrid en un intento de poner a punto una plástica nacional, de reinventar el paisaje castellano como esencia y dar una nueva identidad a sus lenguajes.

Será Eugenio d "Ors quien, pasada la guerra civil, trate de actualizar, más bien acomodar lenguajes y estéticas más contemporáneas, más renovadoras, al mundo de las ideas imperantes. Él quiere un "orgánico desarrollo, en lugar de revoluciones subversivas". En el Salón de los Once de la Academia Breve de Crítica de Arte aparecerán, a última hora, algunos de los artistas que más tarde serán protagonistas de la vanguardia informalista: Tapies y Guinovart, que yo recuerde ahora.

En 1945 nace la Escuela de Madrid, continuadora de la Primera Escuela de Vallecas, con la proposición del paisaje español como vertebración de su discurso estético, pero tardío y pasado desde sus inicios, sin la capacidad de transmitir el drama de su peculiaridad histórica. Sería el Grupo Pórtico de Zaragoza, o en Barcelona Dau-al-Set, los atisbas más significativos y renovadores surgidos desde finales de la guerra. Barcelona goza de más información, un contacto más cercano con París. La huella de Gaudí, o las presencias de Picasso y de Miró son fundamentales en el clima creativo de la Ciudad Condal. La I Bienal Hispanoamericana de Arte en Madrid, en 1951, marcará un nuevo rumbo a la dialéctica entre abstracción y figuración. Discurso que se trasladará más tarde al curso de Arte Abstracto, del verano de 1953 en Santander, organizado por José Luis Fernández del Amo, defensor de la arquitectura como integradora de las artes y Director del Museo de Arte Contemporáneo de Madrid (también inaugurado en aquellos años por Fcrnándcz del Amo), un defensor a ultranza de un arte abstracto: "a los artistas les vamos a pedir el rigor matemático de sus concepciones, la cristalización metafísica de sus arquitecturas", decía Fernández del Amo en ese congreso. También Gaya Nuño declaraba, en el mismo foro, que la única pintura religiosa era la pintura abstracta. Siempre una defensa de la abstracción como búsqueda de la espiritualidad, un encuentro con el cristianismo católico que todavía impregnaba casi toda la cultura oficial. Posiciones defendidas igualmente por Joaquín Ruiz Jiménez, al frente del Ministerio de Educación: "Un arte al servicio del espíritu, actual e inspirado por valores nacionales ... , huyendo de todo falso universalismo, de toda provinciana admiración por lo que se hace fuera de la propia patria". De cualquier modo estaba clara la influencia que tuvo el libro de Kandinsky "De la espiritualidad en el arte", que fundamentaba la libertad inventiva y el lirismo en la necesidad interior, y que parecía venía a dar argumento, quizás solución, al cruce de caminos o encrucijada en que se encontraba la cultura española, entre conservadurismo y modernidad, entre un grupo evolucionado del catolicismo oficial y los inicios de una tibia vanguardia.

También fue significativo el Grupo Parpalló de Valencia, como lo fue la galería Fernando Fe de la Puerta del Sol, dirigida por el poeta y crítico Manuel Conde y Lola Romero, donde ya exponemos Feito v yo en 1954, futuros miembros de El Paso. Los dos fuimos a París muy pronto, y allí expusimos nuestras obras abstractas, que ya se habían expuesto en Fernando Fe de Madrid, o en mi caso, en la Galería Número de Fiamma Vigo de Florencia. Pude ir por primera vez a París con el primer dinero obtenido en la ejecución de un mural. En algún lugar he leído, equivocadamente, que fui becado por el gobierno español. Allí recibí, creo que a los diecinueve anos, el deslumbramiento del informalismo, si bien es cierto que ya estaba haciendo algo bastante cercano, una pintura inspirada en el magicismo de Klce y Miró, pero fue la materia, las texturas de Dubuffet lo que me dio la solución. Se había abandonado la representación, la calidad sugerente de forma y línea, pero se había encontrado con la cualidad sugerente de la materia, las asociaciones inconscientes, la "mancha" que se nos presenta o sugiere mil cosas diferentes, o el signo, que adquiere la dimensión de símbolo, la poética informalista en definitiva

Pero la fecha clave, quizás la que a nosotros nos importe ahora destacar, sea la de 1945. El final de la II Guerra Mundial marca rumbos nuevos ya determinantes, como no podía ser menos, y marca las fronteras estéticas con trazo firme y definitivo. Españaa pesar de su aislamiento, no puede escapar de estas revisiones en el seno occidental. Los acuerdos bilaterales con los Estados Unidos y la industria del turismo obligan a una cierta apertura.

¿Pero que es el informalismo? Juan Eduardo Cirlot, poeta y teórico de la nueva abstracción, definía el nuevo arte: " ... como la transformación en materia prima de las formas fenoménicas de la creación". Para Víctor Nieto es " ... una suma de manifestaciones que llevaron hasta el final cuestiones que habían quedado pendientes en determinadas tendencias figurativas como el expresionisrno y el surrealismo. Frente a las deformaciones figurativas del expresionismo el informalismo planteó la posibilidad de acceder a una expresión absoluta ... o de lograr, libre de las limitaciones figurativas del surrealismo, la expresión de un automatismo psíquico sin fronteras ni intermediarios ... " Existen muchos y significativos antecedentes v definiciones, y podríamos trazar un plano, o guía, del desarrollo paso a paso, artista por artista. No lo haré en esta precipitada puesta al día, pero sí marcar las incidencias o encuentros con el lenguaje surrealista - como ha quedado indicado - que se había gestado en los anos veinte. El informalismo hereda del surrealismo la escritura automática, la codificación de realizaciones instintivas, el inconsciente como teoría o motor creativo. Dejar fluir, nacer sin pasar por el filtro de la razón, liberando un mundo de imágenes oníricas y obsesivas, que entiendo canalizaron otras aspiraciones de comunicación socio-políticas más allá de la estética misma; metafóricas realidades y obsesiones personales." El automatismo elaborado en la teoría surrealista venía a coincidir con el acto mismo existencial, puesto que la posibilidad de control de la propia operatividad se desenvolvía solamente en el campo mismo del hacer y no, como venía sucediendo tradicionalmente, en un patrimonio de inmutables verdades y normas. La verdad era la condición existenciall humana con sus contradicciones, sus conocimientos y su desconocimiento, en un continuo empeño de renovación; la verdad coincidía dramáticamente con esta inédita reproposición de la realidad", como dejó escrito Enrico Crispolti en el ano 1959.


El inforrnalismo sentó las bases para una nueva interpretación de la realidad: "tener un necesario contacto con la realidad misma, para crear un lenguaje. No buscar la ordenación del caótico momento, sino una unión con la realidad misma en una esencial contradicción entre lo explicable y lo inexplicable. Realizar estructuras que se completan las unas a las otras, en busca de un ritmo. Fosilizar un instante". Son pensamientos míos de la época, dejados en diversos catálogos de El Paso


Nuestro inforrnalismo rompía con las anteriores posiciones“espiritualistas", con las certidumbres certidumbres de las abstracciones geométricas. Era la conquista del cosmopolitismo. Habíamos tendido un puente hacia las vanguardias cercenadas por la guerra civil, pero sobre todo fue una mirada hacia delante, hacia el futuro, una conexión con la vanguardia internacional.

Nos hicimos un hueco inmediato en esa actualidad, en esa puntualidad estética, y se hizo con gran autoridad. La participación de la joven pintura española en la Bienal de Venecia, en el año 1958, fue una revelación para el mundo. Desde ese momento todos los museos, coleccionistas y críticos se interesan por nuestra obra. Y a mí, la Galería L'Attico de Roma me ofrece un contrato, la compra de parte de mi obra y mi representación europea.


He dicho que el éxito del inforrnalismo español fue fulminante. Quizás sea obligado dar una posible explicación, que por ser mía será necesariamente subjetiva, pero que no estará lejos de la interpretación y análisis realizados hasta la fecha.


Es cierto que nos tocó vivir un triste paisaje en esa España atrasada e ingrata con sus creadores, pero el trasfondo de nuestra cultura madre fue inmejorable. Nunca fue tan determinante la "prehistoria" como lo fue en la gestación de nuestra pintura. Es cierto que nuestra adhesión a la corriente de vanguardia, la abstracción informalista, fue subimos al carro de la puntualidad creativa, pero también fue una tendencia que venía a conectar con el sentir más profundo del ser y sentir español. Con cuánta razón dejó escrito O "Hara que el artista no puede simplemente tomar el ímpetu de la vanguardia internacional, son las necesidades culturales de su sociedad por las que el artista se expresa. Cada época tiene un compromiso con la historia y un deber que cumplir, una razón de ser. El informalismo fue un lenguaje universal, pero coincidía con las corrientes más soterradas de una tradición muy presente y sentida. Mi compañero Manolo Rivera dejó testimonio en su discurso de ingreso en la Academia, sobre este tema: " ... tales modos de expresión constituyen para todos los componentes la forma acorde con una auténtica necesidad, arraigada profundamente en nuestro país, es decir, la afirmación de un arte que responde a nuestra propuesta de apertura hacia las corrientes universalistas y al mismo tiempo la recuperación de ciertas constantes españolas". También yo, en el 59, hablaba de encontrar nuevamente las verdaderas esencias de la pintura española de todos los tiempos. Entiendo que queda claro ese sus trato, o raíz hispana, pero también entiendo que nuestra obra contenía otro componente fundamental: una concienciación socio-política. El informalismo fue eminentemente una expresión de historicidad y libertad. El mismo Crispolti, que se ocupó mucho del arte español, dejó testimonio en este sentido: " ... en el internacionalismo del lenguaje actual, el casticismo típico de las más responsables propuestas del nuevo arte español, es propio de la particular forma del realismo que se ha afirmado allí. Una raíz expresionista, producto, por otra parte, de una tradición figurativa netamente ibérica que remonta a los "imagineros" barrocos, a Ribera, a Valdés Leal, a Carreño; que roza a Velázquez, que ha dado Gaya, real y surreal; a Picasso y Gonzálcz.


Estamos hablando mucho del "informalismo", ¿pero sabemos todos lo que esto significa?, seguramente, no obstante me van a permitir unas simples pinceladas, para actualizar nuestra memoria. Decía Aristóteles que "la finalidad del arte es dar cuerpo a la esencia secreta de las cosas, no copiar su apariencia. Allí es donde reside su auténtica realidad, no en su aspecto externo". No estaba haciendo una descripción del in formalismo, pero también es cierto que lo está definiendo, El informalismo fue consecuencia de siglos de experimentación del artista, resultado y respuesta estética de las necesidades de una cultura, una sensibilidad y unas respuestas en las búsquedas de autodefinición del hombre moderno. Se dio a la materia una autonomía expresiva nueva, una proyección psíquica, no corno representación, sino como entidad real de contenido espiritual. Es la certidumbre de un lenguaje plástico nuevo que trata de descubrir lo ignoto y secreto de la realidad. En el fondo es el lenguaje plástico que subyace detrás, o debajo, de toda obra de arte; es la estructura común entre el hombre y la naturaleza; la vertebración de la obra, que define esa sutil frontera entre lo bueno y lo malo, entre lo cierto y lo incierto. Fue afrontar la creación pictórica como una nueva realidad no imitativa, una conquista y una nueva forma de ver el arte, además de un análisis de la realidad plástica que decide despojar al cuadro de cualquier elemento que no fuese su propia e intrínseca especificidad. El gran éxito del arte moderno fue eliminar distancias, acercar la realidad de la obra a los sentidos y eliminar los escenarios de representación.


Pero si muchos anhelos de revolución social y política quedaron sublimados y transformados en renovaciones estéticas, también es cierto que se consumieron en su propio fuego. Rivera dijo que "los conceptos artísticos no desaparecen, tan solo son sustituidos por otros conceptos impuestos por la mecánica del tiempo en que se vive. Y que el informalismo dejó de ser polémico y se entregó con sencillez a un estado más analítico, más objetivo y a la superación de actitudes demasiado personalistas, abandonando los argumentos dramáticos de sus primeros momentos". El informalismo fue perdiendo su inicial carga destructora. Terminó siendo una academia informalista que necesitó una toma de responsabilidades frente a su agotamiento. El informalismo se constituyó necesariamente en una nueva morfología pictórica, asimilado cada vez más por la sensibilidad burguesa, capaz de fagocitar su inicial carga revolucionaria. En 1962, en el catálogo de la exposición "Alternativas Actuales", de Aquila, hablaba yo de una realidad social no resuelta, posiblemente lo que más nos debería importar, pero que, como hombre y como pintor creía que el acto más consciente de rebeldía era afirmarse en la libertad personal, en el acto creador individual.

En el comunicado último de El Paso hacíamos mención de que sé hacia necesario un nuevo plan a desarrollar, en vista de las nuevas situaciones que se habían operado, que iinvalidara la vigencia del primer manifiesto, cumplido el propósito de la primera etapa, Seguir en la misma línea sería correr el riesgo de estancamiento e ineficacia, Presentábamos dos soluciones, la primera, una forma más acusada y combativa, activa en su repercusión social.  La otra admitir a nuevos miembros para fortalecer y ampliar el nuevo frente. Pero en ambas soluciones se corría el peligro de desnaturalizar la acción de El Paso, por lo que se decidió terminar con nuestra actividad como grupo. No puedo estar más de acuerdo, cuarenta años más tarde, de esta última decisión. Entiendo que fue una labor cumplida y que, frente a las nuevas problemáticas de una sociedad en transformación tan rápida como la nuestra, la solución tuyo que ser personal. Yo me negué a aceptar esa nueva vía de análisis más analítico y objetivo. No quise domesticar esa fuerza vital ni el ímpetu vehemente del expresionismo abstracto, ni acomodar un lenguaje que supo dar unidad a lo contradictorio. Había cambiado el contexto y los tiempos y había que evitar el acadernicismo lingüistico. Lo que representó y fue cauce de todas las libertades se había transformado, para mí, en cárcel, insuficiente para expresar la tensión de la realidad. Pero esa fue mi apuesta: un largo itinerario a través de la pintura.


Muchas gracias por su atención.

Madrid, junio 2001