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Madrid, 9 de enero de 2012




Hallado en Nerja el colgante más antiguo elaborado sobre placa de percebe






Descubierto por un equipo de investigadores de la UNED y de las Universidades de Salamanca y Valencia, es un objeto de adorno de hace unos 30.000 años y pudo ser utilizado como elemento de prestigio entre los pobladores de la cueva malagueña. En opinión de uno de los componentes de este equipo, Jesús Francisco Jordá, doctor del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la UNED “estamos ante poblaciones con gustos similares a los nuestros, en las que se valoraba el adorno corporal, quizá con un significado que puede estar en relación con la identidad del grupo al que pertenecían, al igual que ocurre actualmente con los adornos que portan diferentes personas y grupos de personas en nuestra sociedad: por ejemplo, nosotros como miembros de la UNED llevamos el pin de nuestra universidad que nos identifica como miembros de ella”.



La cueva de la localidad malagueña de Nerja está situada a 158 metros sobre el nivel del mar y es, con 4.823 metros, una de las cuevas de mayor desarrollo topográfico de Andalucía. Descubierta en 1959 por jóvenes de la zona, es uno de los yacimientos más ricos del sur de la península en manifestaciones artísticas tanto en motivos pictóricos y en grabados, como en otros objetos utilizados por los humanos que habitaron esta cueva en el Paleolítico, el Epipaleolítico, el Neolítico Inicial y la Edad del Bronce.

Cazadores-recolectores y pescadores utilizaron esta cavidad formada por un proceso geológico denominado karstificación (el agua de lluvia disuelve dióxido de carbono del suelo y de la atmósfera y se convierte, así, en un agua “ácida, agresiva” que va disolviendo las rocas a medida que se infiltra por sus grietas y fracturas) cómo hábitat y lugar de enterramiento.



Paisaje en el que se sitúa la Cueva, en Nerja

Vestíbulo de la cueva donde se descubrió el colgante

Declarada Bien de Interés Cultural, son muchas las investigaciones y los estudios realizados en la Cueva de Nerja que nos ayudan a descubrir cómo vivían nuestros antepasados. Precisamente acaba de ser publicado el último descubrimiento: el colgante conocido más antiguo elaborado sobre una placa de percebe. Es el resultado del trabajo de un equipo de investigadores formado por Bárbara Avezuela Aristu, doctoranda del Laboratorio de Estudios Paleolíticos de la UNED y los doctores Jesús Francisco Jordá Pardo, profesor contratado doctor del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la UNED, Esteban Álvarez Fernández, investigador “Ramón y Cajal” del Departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología de la Universidad de Salamanca y Emilio Aura Tortosa, del Departamento de Prehistoria e Historia Antigua de la Universidad de Valencia, equipo que lleva trabajando en la Cueva de Nerja más de treinta años. Hablamos con uno de ellos, con Jesús Francisco Jordá.



1984 (Equipo de excavación dirigido por Francisco Jordá Cerda, tercero por la izquierda; Emilio Aura el quinto por la izquierda y el primero por la izquierda Jesús F. Jordá)

Cómo fue vuestro trabajo de investigación en la Cueva de Nerja? ¿Por qué allí?

Nuestras investigaciones en la Cueva de Nerja arrancan en 1979, cuando el profesor Dr. Francisco Jordá Cerdá, de la Universidad de Salamanca, retomó las excavaciones arqueológicas que había iniciado en ese yacimiento malagueño en los años sesenta del siglo pasado. El profesor Jordá Cerdá centró sus esfuerzos investigadores en este yacimiento al considerarlo clave para el conocimiento de la vida de los cazadores-recolectores del final del Pleistoceno superior, es decir, del final de la época glacial. El profesor Emili Aura Tortosa y yo participamos en aquellas excavaciones, primero como estudiantes de la Universidad de Salamanca y, luego, como licenciados, y realizamos nuestras tesis doctorales sobre diferentes aspectos del yacimiento. Posteriormente se fueron incorporando nuevos investigadores al equipo, entre los que se encuentran el Dr. Esteban Álvarez Fernández, de la Universidad de Salamanca y Bárbara Avezuela Aristu, doctoranda del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la UNED.

¿Cuánto tiempo duró la excavación?

Lamentablemente, en 1988 se interrumpieron las excavaciones al no renovar la Junta de Andalucía el permiso para llevarlas a cabo. En todo este tiempo hemos seguido investigando con los materiales y los datos obtenidos, lo que ha generado una monografía, un centenar de publicaciones nacionales e internacionales y varias tesinas, DEAS y tesis doctorales. Además se han incorporado investigadores de varias universidades, como las de Salamanca, Valencia, Oviedo, Granada, Barcelona, Nacional de Educación a Distancia (Madrid) y Lyon (Francia), y centros de investigación, como el Museo Nacional de Ciencias Naturales (Madrid), el Instituto Geológico y Minero de España y el Servicio de Investigaciones Prehistóricas de la Diputación de Valencia, entre otros. La investigación continúa actualmente con varias tesis en curso y nuevas líneas de investigación abiertas.

¿Qué buscabais y qué encontrasteis?

Buscábamos las evidencias del comportamiento de los humanos anatómicamente modernos en el sur de la península ibérica en un lapso de tiempo que se extiende desde 30.000 años hasta 5.000 años antes del presente; es decir, desde los primeros Homo sapiens que poblaron la Costa del Sol malagueña hasta las primeras sociedades productoras de alimentos en los comienzos del Neolítico. Hemos encontrado restos de las manifestaciones económicas de esos primeros grupos del Paleolítico superior, que en un primer momento eran cazadores y recolectores, y que progresivamente comenzaron a realizar actividades relacionadas con el mar, tan cercano a la cueva, como la pesca y el marisqueo, tanto para la obtención de recursos alimenticios marinos (moluscos, crustáceos, equinodermos, peces, aves, mamíferos), como para la producción de objetos de adornos (colgantes, collares). Además, hemos obtenido información de las técnicas que empleaban en la elaboración de los instrumentos realizados en piedra, hueso y concha; de la utilización que les daban; de los alimentos con que se nutrían; de los adornos que portaban; del clima en el que vivían; de paisaje del entorno a lo largo del tiempo que habitaron la cueva, etcétera.

 

 


Adornos sobre gasterópodos e industria ósea gravetienses

Industria lítica gravetiense

¿Cómo era la vida de los pobladores de esta cueva malagueña?

Los habitantes de la Cueva de Nerja utilizaron la cueva como refugio, tanto para protegerse de las inclemencias meteorológicas, como de los ataques de carnívoros. El principio de la ocupación está marcado por la presencia de hienas, que fueron desplazadas por los humanos cuando finalmente se hicieron con el control de la cueva. La cueva sirvió de lugar de trabajo y de descanso. En ella realizaban actividades cotidianas: la elaboración y fabricación de instrumentos de piedra y de hueso, el procesado de los alimentos para su posterior consumo y conservación o la preparación de adornos corporales con conchas, huesos y piedras de ocre. Por otro lado, en sus partes más profundas fue utilizada para realizar pinturas y grabados de animales, y símbolos. Por último, también fue utilizada como lugar de enterramiento. La vida de estas gentes estaba muy relacionada con el medio próximo donde cazaban mamíferos, recolectaban caracoles de tierra y piñas de los pinos piñoneros, pescaban en el mar y recogían moluscos en las playas y acantilados. Todo ello en condiciones climáticas más frías que las actuales.


¿Por qué es importante este colgante elaborado con placa de percebe?
Es importante porque hasta la fecha no se han encontrado en todo el Paleolítico superior colgantes realizados sobre ese material, que es una placa del extremo de un percebe que, además, debió ser de gran tamaño. En otros yacimientos, ya en épocas más recientes, se han encontrado restos de percebes, pero probablemente fueron utilizados para la alimentación, nunca con huellas de manipulación intencional para servir de colgante.

¿De qué época hablamos?
Con relación al colgante que nos ocupa, estamos hablando del Gravetiense, hace unos 30.000 – 28.500 años antes del presente, en una época mucho más fría que la actual, con la costa a más de 5 km de la línea que hoy conocemos y el nivel del mar unos 120 m más bajo que el que ahora alcanza en la zona de Nerja.

¿Quién utilizaba este tipo de adornos?
El colgante sería utilizado como elemento de prestigio por parte de un integrante de aquel grupo humano que podría tener cierta importancia dentro de él, no sabemos si hombre o mujer. Pero, en cualquier caso debía ser un objeto que llamaba poderosamente la atención en el grupo, puesto que hasta la fecha no hemos encontrado nada parecido en ese momento, ni tampoco en momentos posteriores. Significa que aquellos pobladores que todavía no utilizaban los recursos marinos para su alimentación, sí que los usaban para su adorno corporal, con el riesgo que conlleva su obtención. En esa época también se usaban adornos hechos con pequeños gasterópodos

¿Es el objeto ornamental más antiguo conocido elaborado con este tipo de recurso?
En efecto, en yacimientos más antiguos que Nerja se han encontrado restos de percebes, pero sin evidencias que los señalen como objetos de adorno. Es el caso de Pinnacle Point (Sudáfrica), donde aparece un único resto de hace unos 164.000 años antes del presente, posiblemente introducido de forma accidental.

¿Qué significa este hallazgo para el estudio de nuestros antepasados?
El significado de este hallazgo nos indica que las primeras poblaciones de humanos anatómicamente modernos que habitaron la Costa del Sol ya tenían un pensamiento simbólico bien enraizado en sus costumbres, pues se dotaban de adornos que tenían que obtener en la zona litoral, para lo cual tenían que realizar su procesado posterior con el fin de darles la funcionalidad deseada, cosa que eran capaces de repetir en otros objetos de adorno de los que contamos con una mayor colección (pequeños gasterópodos). Por tanto estamos ante poblaciones con gustos similares a los nuestros, en las que se valoraba el adorno corporal, quizá con un significado que puede estar en relación con la identidad del grupo al que pertenecían, al igual que ocurre actualmente con los adornos que portan diferentes personas y grupos de personas en nuestra sociedad: por ejemplo, nosotros como miembros de la UNED llevamos el pin de nuestra universidad que nos identifica como miembros de ella.

Tengo entendido que este trabajo ha sido publicado en un libro de la Universidad de Wroclav, Polonia. ¿Qué supone esto para vosotros?
Sí, el trabajo ha salido publicado en una monografía de la Universidad de Wroclav (Polonia) con el sugestivo título de Written in bones, en la que se plasman las contribuciones presentadas en la 7ª Reunión del Working Bones Research Group, que tuvo lugar en septiembre de 2009 en el Archaeological Institute de la Universidad de Wroclaw, donde lo presentó Bárbara Avezuela Aristu, que realiza su tesis doctoral sobre los elementos de adorno de los cazadores-recolectores y pescadores del Paleolítico superior de la península ibérica, incluyendo el yacimiento de Nerja. Para nuestro grupo de investigación supone un reconocimiento internacional de la investigación que hemos desarrollado en los últimos años sobre los recursos marinos utilizados por los habitantes de la Cueva de Nerja. Es algo que nos anima a seguir investigando y publicando en esa línea.

Monografía "Written in bones" de la Universidad de Wroclav

 

Una divulgación de vuestra investigación que también habéis realizado aquí en España. ¿No es así?

En efecto, además del centenar de publicaciones que tenemos en el circuito científico nacional e internacional, también hemos realizado y realizamos actividades de divulgación, como la exposición que presentamos en Nerja, Málaga, Madrid y Salamanca en 1994 y 1995 con motivo de los 25 años del descubrimiento de la cueva; el curso de invierno titulado “La Cueva de Nerja como finis terrae del Sur de Europa: un ejemplo para el estudio del poblamiento prehistórico de los humanos actuales en la costa de Málaga (30000 - 3000 años)”, impartido en el Centro Asociado de la UNED de Málaga en marzo de 2009 por los miembros del equipo de investigación; y la conferencia pronunciada por el Dr. Emili Aura Tortosa y yo en el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid en diciembre de ese año. Todas ellas fueron actividades programadas con ocasión de la celebración, por parte de nuestro equipo, del 50 aniversario del descubrimiento de la cueva.

 


Curso sobre la Cueva de Nerja en el Centro Asociado de la UNED de Málaga(2009)

 

Publicaciones del circuito científico nacional e internacional

¿Cuál es vuestro trabajo actual? ¿Hacia dónde se encamina vuestra investigación?

Seguimos trabajando con el registro arqueológico de la Cueva de Nerja con el objetivo de terminar de estudiar los artefactos realizados por los grupos humanos que la habitaron y los restos paleobiológicos que utilizaron para alimentarse, adornarse, hacer fuego y preparar zonas de descanso; también seguimos investigando para afinar más en la determinación de las características paleoambientales y paleogeográficas del entorno de la cueva en la que habitaron.
En estos momentos estamos centrados en el estudio de los recursos marinos utilizados por las poblaciones de cazadores-recolectores y pescadores de la península ibérica, incluida la Cueva de Nerja, para lo que contamos con un proyecto de tres años del Ministerio de Ciencia e Innovación que lidera el Dr. Esteban Álvarez Fernández, de la Universidad de Salamanca. Es esta línea de investigación, la de los recursos marinos utilizados en la Prehistoria, la que nos fascina y tendrá ocupados durante los próximos años, sin abandonar otras diferentes pues, si queremos que la Ciencia avance, debemos diversificar nuestras investigaciones para no convertirnos en eruditos de un campo muy limitado de la Prehistoria.

Jesús Francisco Jordá Pardo
Laboratorio de Estudios Paleolíticos de la UNED

 

Un reportaje de Sonia Cubillo Martín

comunicacion@adm.uned.es

 

 

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