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Tras las huellas de “Pepito” | ![]() |
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![]() | Cocodrilos... | ![]() |
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![]() | “Los cocodrilos actuales se parecen a los representantes más primitivos de su linaje lo mismo que un gorrión a un tiranosaurio, que es parte del suyo”, afirma Francisco Ortega. El Iberosuchus, reconstruido gracias en parte a los restos encontrados en la Cuenca del Duero y que habitó la península ibérica hace unos 40 millones de años, “eran cocodrilos terrestres, medían unos 5 o 6 metros y eran animales corredores no asociados al medio acuático como los actuales”. Precisamente el origen de los cocodrilos era una de las incógnitas que trataban de resolver los paleontólogos y que viene a desmentir una afirmación que los “comunes mortales” habíamos acumulado en nuestro acervo cultural: que los cocodrilos de hoy son unos animales poco evolucionados que mantienen características primitivas. Sin embargo, las formas actuales pertenecen a un grupo muy particular de cocodrilos que muestra una parte pequeña de la diversidad que el grupo muestra a lo largo de su historia. Y, por supuesto, no son lagartos gigantes, sino que están emparentados con los dinosaurios y las aves. Es que “tendemos a relacionar semejanza morfológica con parentesco”, relata Ortega, y esto no es necesariamente así. | ![]() |
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![]() | ...Tortugas... | ![]() |
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![]() | Uno de los grupos de vertebrados que más comúnmente aparece en las excavaciones paleontológicas son las tortugas, ya que sus caparazones tienen una estructura que facilita su preservación en estos yacimientos. Sin embargo, generalmente es difícil encontrarlos completos o asociado a esqueletos, por lo que en muchas ocasiones, la información que facilitan estos restos es muy difícil de analizar. Hasta hace relativamente poco tiempo teníamos muy poca información sobre las tortugas que habitaron el Mesozoico de la península ibérica. Sin embargo, esto se está corrigiendo en los últimos años. La distribución de las tortugas del Jurásico superior (hace 145 millones de años), por ejemplo, se está empleando para interpretar la relación entre la fauna de las dos orillas del Atlántico en una época en que ambas costas estaban lo suficientemente próximas para que se produjera un flujo genético entre las poblaciones de ambas orillas. Como relata el profesor Ortega, “la información que ofrecen estas tortugas, que eran animales que podían cruzar perfectamente lo que entonces era un pequeño mar poco profundo, indica que no se produjo ese cruce, mientras que los restos de dinosaurios ‘indicarían’ lo contrario”. | ![]() |
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![]() | Una vez más, Lo Hueco se convierte en pieza clave de un puzzle que va tomando forma. “Las tortugas de Lo Hueco pertenecen a un grupo de tortugas muy común en Europa hace 70 millones de años”. En Cuenca, “se han encontrado por vez primera en la península caparazones enteros, caparazones con esqueletos asociados, restos de ejemplares en distintos estadios de crecimiento…,lo que permite poner orden en lo que ya se sabía”, hecho que ha favorecido la creación de un grupo de estudio —con una tesis doctoral a punto de leerse— gracias al cual se ha descrito casi una decena de especies nuevas,y se han escrito más de 20 publicaciones de impacto en revistas científicas. Como en el caso de los cocodrilos, la tortuga Iberoccitanemys ha arrojado luz sobre las hipótesis existentes, viniendo a demostrar que, en el caso del grupo al que pertenece la especie, la diversidad conocida estaba enmascarada por su variabilidad morfológica, razón por la cual veíamos formas distintas donde no las había y relacionábamos especies que no lo estaban. | ![]() |
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![]() | …Y dinosaurios | ![]() |
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![]() | Como no podía ser de otra manera, también para el estudio de los dinosaurios ha sido esencial todo lo encontrado en el yacimiento conquense. En concreto, el grupo más común en el yacimiento son los Titanosaurios, saurópodos más pequeños que sus famosos parientes —aunque podían medir hasta 15 metros— pero más ágiles y con características muy particulares, como placas óseas insertadas en la piel. Los restos de este grupo de dinosaurios son extremadamente abundantes a finales del Cretácico, sobre todo sus huevos, por lo que se piensa que podían tener costumbres de nidificación gregarias y ligadas a lugares concretos semejantes a las de las tortugas marinas. El registro fósil del grupo es enormemente abundante en algunas zonas del planeta, como, por ejemplo, en Sudamérica. En Europa, casi todos los restos se encontraban demasiado fragmentados (fundamentalmente huesos aislados) hasta que se iniciaron las extracciones de Lo Hueco. Allí aparecieron miles de restos, pero, además, comenzaron a aparecer restos de individuos articulados. | ![]() |
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![]() | En este campo el trabajo avanza lentamente, dado que la preparación y manejo de estos restos es compleja y consume una gran cantidad de tiempo y recursos, pero el resultado es el mismo: de nuevo habrá que replantearse y revisar las hipótesis formuladas hasta la fecha, pues ya se puede adivinar que la fauna del Cretácico superior era mucho más diversa de lo pensado. Como concluye Ortega: “Se había descrito una única especie ibérica pero, obviamente, el grupo es mucho más diverso y está compuesto por formas distintas que, por lo tanto, vivían en distintos sitios, comían distintas cosas…”. | ![]() |
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![]() | Itziar Romera Edición web: Elena Lobato Comunicación UNED | ![]() |
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