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Así definió Víctor Nieto Alcaide, Catedrático de Historia del Arte de la UNED y Académico de la Real Academia de Bellas Artes, la conjunción que existe entre texto e imagen en “Goya y las imágenes de la Guerra”. Disertación esta, que el Académico brindó a todos los alumnos asistentes al Curso de Verano “La Constitución de 1812, a debate en el Congreso y en el Senado”, dirigido por la profesora Ángeles Lario. | ||
Goya, para Víctor Nieto, “en sus Desastres de la Guerra comenta lo que está viendo en la Guerra de la Independencia: sufrimiento, muerte, desolación. Hay una conjunción entre el texto y la imagen, y el texto sería ‘Yo lo vi’”. Goya, en sus Grabados, prosigue el profesor Nieto, ofrece algo más que una crónica de los hechos y él, fue algo más que un mero testigo visual, aunque pueda surgir la gran pregunta: ¿todo lo que representó, fue visto por Goya, o no? Porque en Goya existe una actitud de un Ilustrado frente a la guerra en sí. Un ilustrado basa el equilibrio en el orden, en la razón y la guerra hiere sobre manera al pintor. El plasma una gran brutalidad. Describe “las nuevas formas de guerra”, una guerra que afecta a las conciencias. No fue una guerra de buenos y malos. Era una guerra de conflictos políticos, más que una guerra contra el ejército invasor. | ||
Porque la Guerra de la Independencia fue consecuencia de una nueva situación histórica y esta, es la importancia y trascendencia de los Grabados de Goya, afirma Victor Nieto. Cuando Goya vive la guerra, es un Goya maduro. Está en su mejor momento porque Goya es un pintor de la madurez; mejora con los años. Sufre una transformación pictórica, que se produce conforme avanzan los años y a diferencia de Velázquez que pintaba como un “profesional”, Goya transmite sensaciones. Estados de ánimo El estado de ánimo del pintor, determina el cuadro. Goya planteaba que la belleza puede estar igual en lo bello, que en lo feo, que en lo desgarrado. | ||
Existe, así mismo, en el pintor un “trasmundo”. La locura. El paso que existe entre lo real y la locura casi le obsesiona. | ||
En uno de sus cuadros aparece el propio pintor tumbado sobre una mesa... (Francisco de Goya, “Capricho 43”) La crítica se plasma perfectamente en los “Caprichos”. | ||
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Texto y edición: Isabel Quiñones | ||