Una idealista llena de ilusión

"Elisa Pérez Vera. Opera Selecta. Estudios de Derecho Internacional" es un libro en homenaje a quien fuera Rectora de la UNED, Presidencia Consejo Consultivo de Andalucía y Magistrada del tribunal Constitucional

El pasado 8 de noviembre tuvo lugar en la Facultad de Derecho la entrega del Libro Homenaje a Dª Elisa Pérez Vera, Catedrática emérita de Derecho internacional privado de la UNED, con motivo de su jubilación. (aquí puedes ver el acto completo)

Dicho libro recoge una selección de las más relevantes aportaciones científicas de la profesora Pérez Vera al Derecho internacional público y privado. Su edición ha sido posible gracias al trabajo de los profesores de Derecho internacional privado de la UNED y de la Editorial de nuestra Universidad.

El profesor Juan Antonio Carrillo Salcedo, destacó cómo la profesora Pérez-Vera ha conservado siempre su dimensión más importante, “la que te define, la de profesor, la de profesora universitaria”. Y recordó las palabras que la homenajeada pronunció “hace treintaisiete años, después aquellas oposiciones de los ejercicios públicos: solo quiero para concluir, dijiste, insistir y nunca me parecerá que lo he hecho bastante, en el agradecimiento a mis padres, que me enseñaron justicia, comprensión, libertad- . Ejemplo de esos valores, que tanto necesita nuestra universidad, eres tú, Elisa”. Carrillo Salcedo concluyó con un emotivo “no solo te admiramos, nosotros te queremos”.

José María Espinar, describió el perfil como jurista del Elisa Pérez-Vera: “hemos reflejado en Ópera selecta lo más destacado de su obra. Es un tributo a una gran jurista en lengua española. Los juristas no se jubilan”.

"En primer lugar porque con el paso de los años mi pensamiento se ha llenado de matices” –confesó la homenajeada- "muchos más difíciles de expresar que esas convicciones absolutas de la juventud y la primera madurez.En segundo lugar, y sobretodo, porque aun reconociendo que ni yo misma me entendería sin mi culto al derecho, sin ese culto al derecho, de lo que quiero hablarles es de lo que hoy rebosa mi corazón que son dos sentimientos: amistad y gratitud."

"Por propia experiencia sé hasta que punto resulta difícil, por no decir imposible, que cuando se elabora un libro homenaje el objeto del libro homenaje no se entere, pues bien, yo debo de ser la excepción que confirma la regla de que los universitarios, de que entre las virtudes de los universitarios, no se cuenta la discreción, porque no tuve ni idea de que se estaba gestando este libro hasta que hace cinco semanas el profesor Carrillo, con los miembros del departamento de Derecho Internacional Privado de esta facultad, me dijeron: Tienes que venir el día 8, hay un homenaje. Confieso que el sentimiento que expreso ahora, es el mismo que sentí entonces, sorpresa. ¿Cómo es posible que esto haya pasado sin que yo me entere de nada? Tal vez sea una muestra de que estoy más despistada de lo que creía y en segundo lugar, incredulidad."

"No me lo merezco, es verdad que me he esforzado mucho. He trabajado siempre pero muchas veces mis esfuerzos solo han corrido en paralelo con el Derecho Internacional Privado y esta es una obra de internacionalistas. Por ejemplo, cuando me introduje en los entresijos de la administración universitaria, como rectora de esta universidad primero, más tarde en el Consejo de Universidades o cuando me dedique a montar el Consejo Consultivo de Andalucía. Por último, cuando como magistrada del tribunal Constitucional tuve que asumir otras responsabilidades lejanas al Derecho Internacional. Sin embargo, yo creo que es como magistrada del Tribunal Constitucional, a lo que he consagrado los casi últimos 11 años de mi vida, en donde he estado más cerca del derecho Internacional Privado, porque en definitiva el Derecho Internacional Privado busca las respuestas a las preguntas básicas que vinculan los poderes del estado con ese derecho fundamental a la tutela judicial efectiva de que disponen los españoles, que reconoce nuestra Constitución y que es clave en cualquier estado de derecho."

"Como ven, aunque he empezado de entrada diciendo que no iba a hablar de derecho, estoy a punto de incumplir mi promesa, ya he hecho una referencia al derecho y es que a poco que reflexione tengo que admitir que su papel ha sido central en mi vida. Era muy joven, recuerdo perfectamente, yo diría casi que el día y la hora. Tenía 12 años cuando tuve conciencia de que las mayores injusticias provienen de la ordenación injusta en la sociedad. Por tanto no del concreto acto de aplicación de la norma sino del propio mandado de la norma cuando la norma es injusta. El hecho que desencadenó esa auténtica tormenta interior fue saber a través de un oficio llegado de un Ministerio, que la persona que yo más quería, mi padre, no podía ejercer como abogado por haber estado afiliado al Partido Socialista Obrero Español en un momento en que el partido era legal y la afiliación al mismo también. Hoy sé que el principio que con eso se conculcaba era el de la retroactividad de las normas penales o desfavorables. Pero el tecnicismo es lo de menos, lo que a mí verdaderamente me producía desazón era la dificultad que con esto, este tipo de normas entrañaba de adecuar la conducta individual a la norma. Yo siempre he dicho que yo soy una cumplidora compulsiva de la norma. Realmente el mandato, por absurdo que me parezca, yo si me dicen que hay que hacerlo lo hago. Soy una cumplidora verdaderamente convencida de la norma, creo que la norma sirve para ordenar nuestra conducta y nuestra convivencia Pero cómo coordinar, cómo adecuar esa conducta cuando la norma puede cambiar y convertir, a posteriori, después de que tú lo hagas, en ilícito un comportamiento que era lícito. Paradójicamente el rechazo de esta situación es lo que despertó mi vocación jurídica. Quería entender. Quería saber… ¿Cómo se puede articular la convivencia en sociedad?"

“A medida que después estudie en la facultad la carrera de Derecho me convencí cada vez más de que el Derecho era y debía de ser siempre un límite al poder ommimoro del Estado, al poder como tal, y un garante de los derechos fundamentales. Ambas perspectivas creo que en España se lograron, se consagraron normativamente en la Constitución de 1978, a cuya defensa e interpretación, como les decía, he consagrado los últimos años de mi vida. Pero hasta llegar al Tribunal Constitucional, hasta ese momento, necesite el apoyo de muchas personas. Aquí se ha hablado de mi fortaleza de carácter, esa fortaleza es en gran parte ficticia, se la tomo prestada a todas las personas que me han apoyado en todos estos años."

"En primer lugar, mi familia, una familia numerosa, en que cada miembro es insustituible y a la que quiero agradecer todo su cariño y su comprensión con todas mis decisiones, al margen de que las compartieran o no. Gracias, muchas gracias. Habéis sido sin necesidad de decirlo el refugio de los sinsabores y el ámbito en el que las alegrías cobran su auténtica dimensión. A su lado los compañeros de Derecho Internacional, tanto Público como Privado. En este círculo, mi reconocimiento a Juan Antonio Carrillo, a Matilde Donaire, mis hermamigos. No se necesitan las palabras.Sin la ayuda de Juan Antonio, diga él lo que quiera, posiblemente no hubiera sido catedrática con lo que mi vida hubiera sido otra, no sé si mejor o peor, pero habría sido otra. […]"

"En la UNED voy a encontrar de nuevo motivos de agradecimiento, como Rectora tuve los mejores equipos que podía soñar, la prueba nos la ha dicho ahora mismo el Rector. Cuatro de los Rectores posteriores a mi mandato fueron vicerrectores conmigo. Gracias a todos y gracias a la Universidad como tal al haberme nombrado profesora emérita lo que me permite despedirme de la vida activa desde la Universidad, mi vocación primera, a la que nunca quise traicionar, espero no haberlo hecho. De todas formas en 1993 mi vida va a sufrir una brusca inflexión cuando fui nombrada presidenta del Consejo Consultivo de Andalucía. En él entre en contacto directo con la España de las autonomías, diseñada en la Constitución del 78, y que hasta ese momento solo tangencialmente había percibido en el Consejo de Universidades.Mi experiencia autonómica no pudo ser más satisfactoria, las instituciones con el Presidente Chávez a la cabeza respetaron siempre la independencia del Consejo […]"

"Y llego al final de este recorrido plagado de añoranza y gratitud. Viví la designación como magistrada del Tribunal Constitucional con consciencia de la responsabilidad que entrañaba. Con ese sentimiento dominante aborde mi cometido en el tribunal durante casi 11 años que duro mi mandato. En un órgano colegiado la decisión final es siempre la resultante de debates, a veces agotadores, en los que vale tanto la fuerza de los argumentos como la capacidad de convicción. Saber ceder en lo accesorio sin declinar en lo que se considera básico, esas líneas rojas de las que tantas veces hablamos en el pleno, es toda una ciencia. Cuando tu tesis no se comparte por la mayoría, solo queda el recurso al voto particular. Desde esta perspectiva el voto particular implica siempre un fracaso, un fracaso momentáneo al menos, no sé el número exacto de votos particulares que habré formulado en estos 11 años, creo que entre 25 y 30, lo que nos da un promedio de poco más de 2 votos al año, ello demuestra en mi opinión que he buscado siempre el consenso, aunque no siempre lo haya logrado. De todos mis compañeros, en las distintas composiciones del tribunal, aprendí mucho y a todos les quiero dar las gracias por lo que me enseñasteis y por una amistad anudada por encima de cualquier diferencia. Gracias […]"

"Cuando empecé a escribir estas palabras no creí que fuera a hacer un repaso de una vida, ya larga, de verdad que no lo creí. Me di cuenta al releerlo, dije: Caramba, si me he paseado por toda mi vida y es que, sin embargo, posiblemente para mí era indispensable hacerlo.Solo reduciendo a la unidad todas esas etapas que jalonan mi vida puedo empezar a entenderme. Lo que difícilmente sabre es si quienes me ayudasteis en el camino, todos los que he nombrado y otros muchos que estarán siempre conmigo […] todas esas personas que me apoyasteis, aprobáis la persona que he sido y en la que me he convertido finalmente. En estos últimos días, en los que he tenido que remover muchos papeles acumulados durante décadas, algunos de ellos me han hecho preguntarme si habré traicionado ciertas expectativas. En esta tesitura, vuestra presencia me tranquiliza tanto como este libro en que habéis querido recoger una evolución científica que se encuentra íntimamente vinculada a mi trayectoria vital. Así que termino como empecé, dándoos las gracias, esta vez por hacerme mirar al pasado con alegría, hoy en que siento que para mí el futuro ya es presente. Muchas gracias."

Galería fotográfica del Homenaje:

Departamento de Comunicación y Marketing de la UNED.

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