Es la ilusión con que unos “veteranos” cumplen años, facilitando el acceso a la formación a todas las personas sin distinción de clases y de situaciones personales o sociales. La UNED, cumple 40, La ONCE 75 y su Fundación  25. Unas instituciones que al entrar en contacto, conocerse y colaborar sellaron el “principio de una hermosa amistad”.

La UNED, no sería nada sin sus estudiantes y para muestra un botón. Yésica Val Fresco, estudiante de Grado en Psicología de la UNED. Venida del Norte. Gallega de acento y de nacimiento, se atrevió a mostrarnos desde sus grandes ojos verdes sin luz pero con una hermosa luz propia,  a través de sus palabras “El humor desde una visión diferente”. Título del monólogo que ofreció a todos los asistentes a la celebración de los 40 años de la UNED, en Escuelas Pías.

El tiempo de la ONCE comenzó con la intervención de Luis Cayo, Presidente  del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI)  que destacó “la conjunción que hoy se produce en este acto. Una conjunción de bienes sociales: La UNED y  La ONCE con  su Fundación. Dos instituciones unidas para generar inclusión y conocimientos y que representan bienes sociales escasos en nuestro país y que confluyen en objetivos sociales y de visibilidad. Que dan más, en épocas donde hay escasez de recursos ofreciendo la inclusión a través de la ilusión” Patricia Sanz, Directora General Adjunta de Servicios Sociales para afiliados de la ONCE abundó en la idea exponiendo los tres puntos que, a su juicio, unen a la UNED con la ONCE “el primero: somos dos instituciones que están de cumpleaños  y  que han alcanzado la madurez. Eso significa llevar muchos años formando parte de la sociedad haciendo muchas cosas, lo que conlleva  una gran responsabilidad para seguir en la misma línea. Nos une también la preocupación por la discapacidad, que más que una preocupación, es nuestro objetivo y nuestra razón de ser. La ONCE, no sería nada como entidad, sino tuviera detrás como entidad a más de 71 mil afiliados a la ONCE, con ceguera total o deficiencia visual grave, a los que damos servicio en toda su etapa de afiliados. En sus edades más tempranas, o en sus edades más adultas. Y por supuesto, nos une ese respeto institucional mutuo. No es una casualidad que estemos  aquí y  hayamos elegido el cupón de hoy para enmarcar esos 40 años que cumple la UNED. Nuestra preocupación son los estudiantes. El curso escolar pasado atendimos a más de 7.500 estudiantes, una cifra similar a la que la UNED ha atendido en educación superior.

Nuestra tasa de abandono escolar, basado en un estudio que se realizó el curso pasado en 4º de la ESO, donde los alumnos eligen seguir estudiando o continuar por otro camino, comprobamos que solo el 6% decide dejarlo. Así que también compartimos esa preocupación con la UNED. Ambas organizaciones, no  solo queremos que lleguen alumnos, sino que acaben con éxito sus estudios, para ayudarles a conseguir mejor su integración en el mundo laboral. Por eso hoy nos unimos en este cupón, que es nuestra seña de identidad, dedicado en esta ocasión a la UNED, con la palabra que,  a nuestro juicio mejor la define: Innovación y con el que llegamos a más de 5 millones de personas”. El Ministerio de Sanidad Servicios Sociales e Igualdad estuvo representado por Mercedes Jaraba, Subdirectora de Discapacidad, que le deseo, “no solo una feliz onomástica a la UNED, sino un futuro largo e igualmente brillante, acompañado y auspiciado por las administraciones y por  las distintas entidades con las que comparte inquietudes y objetivos.”

Esto nos obliga a afrontar un reto, porque cada día y cada momento, somos diferentes y con necesidades diferentes. Es un reto que nos obliga a ofertar cada día más instrumento para facilitar el aprendizaje. Seguro que nos queda mucho por hacer, pero seguro que lo queremos hacer, porque nos unimos a los que más saben, a los que son especialistas. Llevamos muchos años trabajando con CERMI, con la ONCE, con su Fundación… y  en ese camino de la accesibilidad en la Web, nos alegra muchísimo encontrarnos con la Fundación Vodafone, para impulsar especialmente la atención en ese campo que es tan importante, porque hoy nuestras aulas son cada vez más virtuales, claro ejemplo de una universidad del siglo XXI.” 

Parecía  que todo estaba dicho. Pero no. De pronto, arropados por las pinturas de Mónica Márquez Rubio, estudiante con discapacidad de Grado en Psicología de la UNED, surgieron “los sonidos del silencio.”

¿Cómo se siente la música si no la puedes oír? ¿Cómo el lenguaje de signos puede llegar a embargar  los distintos sentidos con los que no contamos? ¿Cómo trasmitir la dulzura, la rebelión, el amor o el desamor?

Pues, después de ”sentir con los ojos” a Laura Azcoitia, intérprete de lengua de signos española y escuchar la profunda voz del cantautor  vasco Tontxu, especialmente sensibilizado y comprometido con las personas con discapacidad auditiva , que unidos en  un todo de una plasticidad apabullante pusieron en escena la representación del concierto de guitarra (y corazón se podría añadir) “Música para los ojos”, las respuestas eran hasta fáciles.