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El curso, como señala Francisco Salvador, pretende enseñarnos las distintas objetividades de este cometido con estos animales, con ponencias sobre el papel de los perros en las labores de rescate y la detección de sustancias estupefacientes. Las nuevas técnicas de adiestramiento y de educación canina tienen también cabida, dedicándoles numerosos espacios en el programa. | ||
El gran salón de actos de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNED fue el lugar elegido para el curso de verano: Perros detectores: especialistas en la localización de sustancias estupefacientes y narcóticos. El acto lo inauguraron la Decana de Derecho Mercedes Gómez Adanero y la profesora de Derecho Penal y Criminología (UNED) y Directora del curso de verano Alicia Rodríguez Nuñez. Un curso en el que se han que se han superado todas las expectativas: 120 alumnos. Con diferentes módulos los alumnos trabajaron a través de ejemplos prácticos de búsqueda. | ||
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Afirma “Como todo ser vivo, el perro desarrolla unas pautas de comportamiento con la finalidad de perpetuar la especie. Estamos ante el animal más evolucionado; cuando hablamos del perro y de su vida hablamos necesariamente de la existencia del hombre. Y es que el ser humano, en la mayoría de las ocasiones, siempre ha tratado de aprovecharse de él”. El perro presenta unas potencialidades, unas capacidades que le son propias pero también un factor fundamental: tiene una capacidad de aprendizaje muy importante, es capaz de asimilar y de aprender conductas nuevas; actuaciones que pueden ser moldeadas para llevar a cabo cualquier tipo de actividad. Tratamos de diferenciar los perros domésticos de los perros de trabajo y de utilidad. Éstos son animales de compañía y llevan a cabo cualquier actividad provechosa para el hombre. Hablamos de perros detectores, de perros lazarillo, de asistencia, de defensa. Los perros detectores son aquellos que llevan a cabo su actividad utilizando como herramienta fundamental el olfato. Para un un perro detector su guía fundamental es el olfato “el trabajo más satisfactorio para un adiestrador es observar y comprobar, después de ocultarle cualquier tipo de sustancia, es capaz de localizar esas sustancias y señalizarlo” afirma el ponente. | ||
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Aprendemos que es fundamental en el ejercicio del adiestramiento practicar la paciencia, la sensibilidad, la constancia y el sentido de la justicia; valores imprescindibles que sin ellos no obtendremos ningún resultado óptimo. La empatía con el animal y con la actividad que este desempeña vendrá ligada a una actitud positiva y estable por parte del humano. No debemos echarle la culpa al perro cuando tengamos una experiencia negativa; sino debemos asumir responsabilidades “Si el perro ha fallado, yo he fallado”. La fase más importante es la de la asociación del olor; es un proceso a través del cual el guía le hace entender al animal la rutina final. Es el momento más relevante de toda la sesión de adiestramiento. | ||
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Los adiestradores profesionales mostraron durante todo el acto su admiración por su trabajo. Sus relatos componían un puzle de experiencias y de aprendizaje repletas de entusiasmo, rigor y pasión por su trabajo. Sede organizadora: Fundación UNED | ||
Texto y fotografías: África de la Cruz Edición web: Alicia Bardón | ||