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Madrid, 29 de abril de 2014



Los problemas sociales de la juventud, a debate en la UNED

El exministro de Educación Ángel Gabilondo, el vicerrector de Investigación de la universidad, Ricardo Mairal, y el catedrático de Sociología de la UNED José Félix Tezanos, fueron los encargados de inaugurar unas jornadas en las que se habló de Cultura, Educación y Exclusión Social




La Facultad de Ciencias Políticas y Sociología acogió el pasado viernes y sábado un encuentro en el que numerosos expertos abordaron a través de paneles de trabajo algunos de los problemas más acuciantes de la juventud actual: Cambios culturales y de mentalidad en los jóvenes: entre la integración y el conflicto; Juventud y educación: igualdad de oportunidades y conflictos educativos; y Los problemas de la exclusión social de los jóvenes.

Ricardo Mairal, vicerrector de Investigación de la UNED, inauguró las jornadas señalando el deber social que “tenemos como universitarios: aportar lo mejor que tenemos, que no es sino el conocimiento”. En esta línea, añadió que “como investigadores indagamos en el detalle de lo que sabemos e intentamos expandir las barreras del conocimiento entroncando unas disciplinas con otras, y este encuentro es un ejemplo paradigmático, pues se toma el problema principal de la juventud desde una perspectiva multidisciplinar: desde la cultura, los nuevos escenarios tecnológicos, las enfermedades que se derivan, la exclusión social, etc.”


La sociedad de la frustración

Tras la inauguración, el catedrático de Sociología de la UNED, José Félix Tezanos, pronunció una de las conferencias de apertura bajo el título de Los retos de la Educación y los problemas de la exclusión social en las sociedades avanzadas. Tezanos se refirió a los cambios que están sucediendo en el mundo actual, “a la evolución de una serie de acontecimientos fatales que en sí mismos son básicamente negativos” y a la ceguera de “responsables políticos, culturales y económicos, que no son conscientes de lo que está ocurriendo hoy en nuestra sociedad”. En el caso de la educación, “lo que ocurre está transformando nuestra sociedad, está transformando el grado de equilibrio, de consenso social mínimamente razonable al que habíamos llegado y todo en un momento de cambio de paradigma social.”


El catedrático señaló que la educación debería estar adaptada a este cambio de paradigma pero que, sin embargo, “tenemos unos sistemas educativos totalmente obsoletos tal y como nos dicen los propios estudiantes, que no encuentran en ella la capacitación necesaria para desenvolverse en el mundo real y tienen que recurrir a formación posterior, a másteres que en muchas ocasiones no pueden pagar”.

Estas nuevas generaciones son las protagonistas de la nueva sociedad, que llega en un momento de crisis económica que, según el experto, “es una crisis de distribución y comprensión de lo que tiene que ser una sociedad, no sólo económica, por lo que no se resolverá sólo con crecimiento económico”.

De esta forma, los jóvenes, según Tezanos, se encuentran en una “situación de dualidad”. “Estamos en un país en el que hasta hace nada el 50% de la población y el 60% de las mujeres era analfabeta. Ahora todos los jóvenes tienen estudios, además hablan idiomas, tienen recursos, capacidad para desenvolverse en el mundo… Además la revolución tecnológica nos permite hacerlo todo. Pero justo ahora que los jóvenes están formados, tenemos tecnología y se está generando riqueza, justo ahora no tienen oportunidades, lo cual les genera una gran frustración”. En este sentido, José Félix Tezanos se refirió a la información aportada recientemente por el Gobierno sobre la bajada del importe de las becas, de su número y del retraso en los pagos, reflexionando que “si cortamos el paso a la educación llevamos a la frustración y cambiamos el modelo de sociedad, que deja de ser abierta, que no reconoce la valía de sus integrantes y no se ajusta a sus posibilidades, por lo que pasamos del modelo de sociedad de la valía al modelo de sociedad de la frustración”.




José Félix Tezanos

Finalmente, el catedrático de la UNED concluyó que los jóvenes están perdiendo valores históricos como la religión, la política o la historia y los están cambiando por valores centrados en personas de su misma edad, con sus mismas aficiones, de su mismo género, etc., pero “la educación no se está adaptando a este cambio”.


“Derecho a la diferencia sin diferencia de derechos”

Tras la intervención de Tezanos tomó la palabra Ángel Gabilondo, exministro de Educación y catedrático de Metafísica en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) con una disertación acerca de Los dilemas educativos en un mundo global.

Gabilondo relacionó los problemas sociales con los educativos en numerosos aspectos, afirmando que “las demandas sociales no son sólo las demandas de la sociedad o sus requerimientos. La educación debe responder a las necesidades sociales, que son más que demandas. El que se ocupa de la educación debe atender a las demandas pero debe tener oído y corazón para ver un espacio de necesidades. Por eso hoy hay que pensar en los más vulnerables, indefensos, los que tienen menos oportunidades. Los responsables deben tener esta sensibilidad, que es la impronta de la dignidad personal de saber que uno no es sino con otros y por los otros y también para ellos”.




El catedrático definió la educación como “la conformación de ciudadanos libres y activos capaces de participar en espacios éticos y de crearlos. Si no, la adquisición de conocimientos, la incorporación del mercado laboral etc. pierde su sentido. Los ciudadanos tienen que tener capacidad de acción libre, no sólo de comportamiento, trabajar en los motivos y en los argumentos e impulsar la solidaridad, que antes era lo que se conocía como fraternidad”.

Además, afirmó creer en “un Estado que tiene derecho a insistir en la necesidad de la diferencia, hemos de educar para la diferencia, para la singularidad, para que cada uno desarrolle su legítima rareza. No educar para homogeneizar, sino para que cada uno sea libre, diferente. Claro que soy partidario de la igualdad, pero no entendida como la aniquilación de la diferencia. Derecho a la diferencia sin diferencia de derechos. Esto es lo que se debe reivindicar, lo que nos hace ser libres”.

En cuanto a la inclusión social, el exministro dijo que nada había hecho más por ella que la educación. “Yo tengo un grito insurrecto: ¡A las aulas!, no es ¡a las barricadas!… a las aulas, que son espacios de civilización, encuentro, oportunidad, espacios de la diversidad de aprender a vivir en la diferencia, con quienes no piensan como uno, con otras opciones religiosas, sexuales, vitales… El aula no es sólo para adquirir conocimientos, sino también para aprender a vivir. Porque queremos una sociedad plural”.



Ángel Gabilondo

Para terminar, Gabilondo se erigió en valedor de la educación pública matizando algunos aspectos: “Público no quiere decir “del gobierno”, quiere decir de toda la sociedad. Tampoco quiere decir gratis. Yo creo en la enseñanza gratuita, pero no gratis, la pagamos entre todos. Yo soy partidario de que haya becas para los que no tienen oportunidad de ir a la universidad, pero trabajar el tema de las tasas sin tratar el tema de las becas de forma armoniosa y conjunta es ignorar que hay un proceso de financiación que tiene que garantizar la igualdad de oportunidades. Evitar que nunca nadie jamás por razones económicas o sociales no pueda tener formación o educación. Público quiere decir que entre todos hacemos el esfuerzo de garantizar la igualdad de oportunidades. Y eso significa en contra de la exclusión a favor de la inclusión, de la diversidad, interculturalidad, de la diferencia de opciones de vida”.



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Itziar Romera

Fotografías: José Rodríguez

Edición web: Elena Lobato

Comunicación y Marketing de la UNED