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Madrid, 22 de abril de 2015


Grandeza y privilegio de enseñar

Imposición de becas a los graduados en Pedagogía y Educación Social de la UNED con lección magistral del catedrático Ramón Pérez Juste


Foto de familia


Alejandro Tiana





El rector de la UNED, Alejandro Tiana, presidió la imposición de becas a los nuevos graduados de la Facultad de Educación en las titulaciones de Pedagogía y Educación Social. Las felicitaciones a los recién titulados por ver cumplido un importante reto de su formación se mezclaron con las llamadas a la responsabilidad en el ejercicio de la profesión y la alerta hacia algunos de los posibles riesgos que conlleva, como la tentación de manipulación de los estudiantes; la desesperanza ante el desempleo y los problemas de financiación del sector; o la pasividad ante la formación continua, obligada e imprescindible para cumplir con la ética profesional.



La felicitación del rector, sino profesor directo de los nuevos graduados, sí autor de de algunos de los manuales y libros que manejaron durante su estudios. Alejandro Tiana incidió, entre el humor y el rigor, en lo importante y lo accesorio del día. “La celebración en la Institución es importante y el rango ceremonial del que dotamos a este acto simboliza la importancia de lo que hacemos. Que ganen más dinero que los miembros de esta mesa, y les aseguro que no es difícil, no es lo más importante en la vida. Que sientan ustedes que han crecido, que se han convertido en mejores personas, profesionales o ciudadanos, eso sí es lo importante. Les deseo que lo que se llevan de su tiempo en esta Facultad sea para bien suyo y para bien de todos”.

María de las Nieves Almenar







La referencia a los aspectos económicos frente al carácter vocacional de la profesión asomó a todos los discursos, incluida la carta de felicitación que la coordinadora del grado en Educación Social, María de las Nieves Almenar, escribió para los recién graduados por la UNED. “Querido alumno, querida alumna, te diré un secreto”, comenzaba la misiva, llena de complicidades y guiños. “Me encantaría que en un futuro ganases tanto dinero que, al estilo de esas famosas universidades de Estados Unidos, te convirtieses en un gran donante de la UNED. Si llegas a ministro, acuérdate de la UNED. Recuerda que te has formado una universidad pública. Nada es gratis: tu y yo hemos pagado el 20 por ciento de que cuesta tu formación; el resto llega en forma de subvenciones. Y recuerda que la UNED devuelve a la sociedad 6 euros por cada uno que recibe. Tú también debes plantearte cómo devolver lo que has recibido, y sólo puedes conseguirlo con un trabajo bien hecho. Y no te equivoques, hoy nada termina, hoy comienza un nuevo reto: seguir aprendiendo a lo largo de toda tu vida”.

José Luis García Llamas








“Hay algo distinto en los estudiantes de la UNED”, indicó el decano de la Facultad de Educación, José Luis García Llamas. “Hoy muchas universidades ofrecen estudios online, pero lo que aquí hicimos en los 70 y los 80 por la formación superior sorprendería a muchos. Igual que los sorprendería saber la cantidad de diputados y cargos de la Administración han logrado su título con nosotros. Nuestro capital humano sigue siendo lo mejor, lo que nos diferencia y lo que nos convierte en una gran familia. Hasta ahora la meta ha sido el Grado y en plena crisis, cuando lleguen las oportunidades en el mercado laboral tendréis la preparación adecuada. Sabed que la facultad sigue abierta, con los másteres, otros grados y cualquier formación que vayáis necesitando para obtener el éxito en vuestro trabajo. Un éxito que os pronostico y os deseo a todos”.



María Isabel Taborga





La recién graduada María Isabel Taborga agradeció, en nombre de sus compañeros, agradeció a la UNED la formación y la tanción recibida. “Todos los que recibimos esta beca estamos orgullosos de haber llegado a la meta de un camino que en ningún caso ha sido fácil. Orgullosos de habernos graduado en la universidad más grande de España y más dispersa. Doblemente orgullosos de haber compatibilizado las dificultades del estudio con el resto de las responsabilidades del día a día. Personalmente en estos años he compartido más tiempo con las compañeras y compañeros de clase que con mis amigos de toda la vida y he tenido más acceso a mi rector y mi decano que cualquier estudiante de una universidad presencial”.


Frente a la incertidumbre provocada por la situación socioeconómica del país, Taborga reconocía que la crisis la descorazona: “ahora que terminamos me pregunto qué vendrá. Tal vez consiga encontrar trabajo en lo que acabo de estudiar. Tal vez no. Pero me queda la certeza de que los saberes, las buenas prácticas y los conocimientos que nos llevamos nos acompañarán por dondequiera que vayamos, sea como profesional, sea atendiendo al público en una empresa. Precisamente ante este futuro incierto es cuando más falta hacen vocaciones cualificadas como las nuestras para mejorar la vida de todos”.



Ramón Pérez Juste

La lección magistral “Grandeza y responsabilidad de las profesiones pedagógicas” corrió a cargo del catedrático emérito Ramón Pérez Juste, catedrático emérito de Metodos de Investigación y Diagnóstico en Educación. “El alumno no aprende porque el profesor enseñe”, señaló a los nuevos graduados, “aprende porque quiere aprender”, y en sus manos puso los argumentos y las técnicas necesarias para despertar esa necesidad de aprender. “Es preciso realizar tareas de acompañamiento en determinados contextos sociales entre los jóvenes, los menores y hasta en los adultos y crear un marco apropiado para la educación”.

Alertó también de los riesgos en que puede incurrir el docente en el proceso de acompañamiento del estudiante en su crecimiento itelectual. “Hay una delgada línea entre el apoyo y la orientación y la manipulación, pues ésta es la antítesis de la educación. Traspasarla puede convertir el más nobles de los fines en una suplantación de la personalidad del alumno, mantenerle en la dependencia y alejarlo de su autonomía y autogobierno”.

Pérez Juste conminó a los graduados a mantener, como principio básico de ética profesional, la formación continua. “En ciencia todo es provisional para siempre, cada hipótesis es válida hasta que otra tesis la pone en entredicho. Es una grave irresponsabilidad no asumir la autoformación”. Señaló varios estudios que revelaban el desfase humano y la incapacidad de hacer frente a la innovación tecnológica y la velocidad de los cambios sociales y científicos “por eso los profesionales de la enseñanza hemos de colaborar con otros y ampliar nuestra capacidad de desarrollo autónomo y aplicar nuevos métodos de investigación en el aula”.

“Es necesario”, concluía el profesor, “equilibrar corazón y cabeza, entendimiento y razón. Amar nuestra profesión nos hace ser eficientes en ella; el amor por el trabajo bien hecho nos produce satisfacción interior. No olviden nunca que amor y trabajo conjugan el verbo ser feliz”.

Momentos de una jornada entrañable



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Aída Fernández Vázquez

Fotografías: José Rodríguez

Edición web: Elena Lobato

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