Madrid, 30 de abril de 2015

La Facultad de Educación de la UNED, cierra con la celebración de la festividad de su patrono, un mes de abril en el que muchas facultades de esta universidad han homenajeado a los suyos.

San Isidoro de Sevilla, patrono de la Facultad de Educación, está reconocido como el hombre más sabio de su época, que transcurrió entre finales del siglo VI y principios del VII. Su inmensa erudición le convirtió en el principal promotor de la recuperación de la cultura clásica que se estaba perdiendo en Europa.

Un emocionado, Emilio López Barajas, catedrático de Fundamentos de Metodología Científica de la Facultad de Educación, fue el encargado de glosar la figura de la profesora María Luisa Sarrate y destacó “su conocimiento cierto, riguroso y objetivo. Es metódica y sistemática y el conocimiento científico, es una constante en su obra. Ha sido merecedora en 2014, de la medalla de la Orden al Mérito del Consejo Mundial de Educación dependiente de la UNESCO, que promueve el reconocimiento de la trayectoria profesional por su contribución a los derechos humanos, porque la profesora Sarrate, tiene un lema vivir bien, es obrar bien y su prudencia, es su arte”.

El profesor López Barajas, finalizó casi en clave poética la semblanza de la homenajeada, afirmando que “María Luisa Sarrate Capdevilla entreteje la vida humana como si fuera una obra de arte y una de sus grandes virtudes, la fortaleza, la dotan de grandeza de alma, valentía y coraje. Ha sido y es: palabra, susurro amable, madre coraje y compañera en la academia”.

Valiente, es la segunda palabra. Nada la paraliza, solo construye. Es rigurosa, meticulosa, constante y entregada…pero es sobre todo, suave y dulce. Lucha por lo que cree y cree en lo que lucha. La tercera palabra, es, humilde. Guarda tanto en su casa un premio otorgado por el rey, que apenas nadie lo sabe. El trabajo realizado junto a su hermana Mª Teresa supuso una notable contribución metodológica a la enseñanza de la lectoescritura. En ambas hermanas se unieron teoría y práctica para dar sentido y sensibilidad a ese estilo, tan peculiar, que tienen ellas de enseñar. La cuarta palabra, es la fundamental. Persona. Siempre preocupada por los demás, por la Facultad, en la historia de nuestra Escuela y en futuro de nuestra Universidad. Es persona sensible, capaz de no ceder ante la injusticia, pero manteniendo firme la convicción de su saber. Con una integridad, que trasmite serenidad”.

Antonio Medina, catedrático de Didáctica cerró el homenaje a los tres profesores de la Facultad de Educación que recibían sus medallas, dirigiéndose al profesor Santiago Castillo, casi en forma de diálogo, fresco, relajado, pero profundamente cercano, y confesando “que no es nada fácil describir con unas pocas palabras, a alguien con quien has convivido casi toda la vida, pero no me equivoco, si destaco sobre todo, su capacidad de entusiasmo. Recuerdo nítidamente, muchos años atrás, cuando éramos unos jóvenes y me trasmitiste el entusiasmo por la UNED, la universidad en la que tú estabas y en la que nos encontramos, por eso, hoy aquí los dos. Gracias Santiago, por tu gran sentido institucional. Pero ¿cómo hablar de Santiago, sin hablar de la internacionalización? De su estrechísima vinculación con Iberoamérica, de la perseverancia, de la astucia”.

Llegó el momento de la réplica y el profesor Santiago Castillo, subió al estrado para hablar en nombre de todos “gracias a todos por las vivencias compartidas, familias, estudiantes, amigos, docentes, personal de administración y servicios. Ser profesor de la UNED es una situación afortunada, y hablando en nombre de los tres, debo decir que hemos estado donde hemos querido estar y hemos sido lo que hemos querido ser. Un privilegio ¿no?, nos hemos sentido útiles a los demás y esa sensación, es indescriptible. Asumimos que el mundo sigue dando vueltas sin nosotros, pero como decía San Juan de la Cruz al caer de la tarde, te examinaran en el amor. Porque a fin de cuentas, al final, todo se reduce a sentirse querido y para ello, uno también ha tenido que saber querer a los demás y lo más difícil es saber amar al próximo, al que está más cerca, con el que estás conviviendo. Y Marisa, Mª Paz y yo mismo, lo queremos decir alto y claro, porque nos hemos sentido muy queridos por esta Facultad, por esta comunidad universitaria. Gracias por ello. Y para terminar, hoy es un buen día para recordar lo que dice nuestro himno, el Gaudeamus Igitur”.

Viva la Universidad,
Vivan los profesores
Vivan todos y cada uno
De sus miembros,
Resplandezcan siempre.

Muera la tristeza,
Mueran los que odian.
Florezca la Alma Mater
Que nos ha educado,
Y ha reunido a los queridos compañeros
Que por regiones alejadas
Estaban dispersos.

En la recta final Jose Luis García Llamas, decano de la Facultad de Educación definió a los homenajeados como “compañeros, pero sobre todo amigos. Santiago, incansable viajero con una vertiente iberoamericana destacadísima, pero no se va, continuará con nosotros como profesor emérito. Mary Paz. Hablar de ella, es hablar de educación infantil y su legado en esta materia es inmenso e importantísimo, aunque sabemos que se va preguntándose todavía, si verá alguna vez el Grado en Educación Infantil… quizá, porque tampoco se va y seguirá con nosotros como profesora Honoraria. María Luisa, escrupulosa en los contenidos, en la calidad del material didáctico. Antigua alumna de la UNED, doctora por la UNED. Su pasión, es la investigación y la Animación Sociocultural. Todos ellos son profesores que enriquecen nuestra Facultad, en unos momentos en que la tasa de reposición del profesorado, aunque parece que mejoran las perspectivas, no es suficiente. Les doy las gracias por su trabajo de todos estos años en la UNED, una universidad que cuenta con un activo incomparable sus, cerca, de 200 mil magníficos y esforzados alumnos repartidos por los 61 Centros Asociados que integran la UNED y de los que muchos de ellos, Vds. han sido profesores. Gracias”.

Paloma Bris Monzón

Los profesores tuvieron su protagonismo en este acto de la Facultad de Educación, pero también hubo espacio para el cariñoso y público recibimiento a un nuevo miembro del PAS, Paloma Bris Monzón, al que la vicerrectora de Estudiantes, hizo entrega de un obsequio para el recuerdo y para conceder el Premio a la Excelencia Académica, en el Grado de Pedagogía, a María del Carmen Morales Fernández.

María del Carmen Morales Fernández

Consuelo Vélaz de Medrano, vicerrectora de Estudiantes, agradeció haber sido invitada al acto, porque “ me siento como en mi casa, porque soy profesora de esta casa y esta es mi Facultad. El homenaje que hoy damos, no es solo un homenaje, es un acto de justicia, por eso quiero felicitar al equipo Decanal por una fiesta entrañable para profesores, que se van jubilosamente a seguir trabajando… pero más despacio. No quisiera que nadie se fuera con una triste sensación, porque aunque a veces las políticas y los recursos no son justos con las trayectorias, las instituciones, debemos serlo y por eso hoy les queremos dar el reconocimiento total y absoluto a sus méritos docentes. Quiero deciros en nombre del rector y del Equipo de Gobierno, que hay un firmísimo compromiso de que esta universidad no va a perder ni un solo profesor, y en la medida que podamos vamos a luchar por conseguir más plazas, porque a la facultad le quedan retos importantes que abordar relacionados con sus enseñanzas. Tampoco debemos aferrarnos demasiado al pasado porque los títulos son hijos del futuro y aunque estemos en una situación delicada de merma de estudiantes y de ingresos por las circunstancias actuales, tanto normativas como económicas, debemos considerar que la sostenibilidad de la facultad, a la que se le ha encomendado la formación de los profesionales, de las familias profesionales de la Educación debe mirar hacia adelante y pensar siempre, como así es y ha sido, en nuestros estudiantes.

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