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Madrid, 2 de diciembre de 2015




Javier Alvarado, catedrático de Derecho de la UNED, obtiene el Premio Hidalgos de España sobre Heráldica, Genealogía y Nobiliaria

Javier Alvarado






Javier Alvarado Planas, catedrático de Historia del Derecho y de las Instituciones de la UNED, ha sido distinguido con el Premio Hidalgos de España sobre Heráldica, Genealogía y Nobiliaria por su obra "Los Duques de la Acacia: Masones entre la nobleza española". El galardón es convocado por la Real Asociación de Hidalgos de España y el Instituto Español de Estudios Nobiliarios.


El profesor Alvarado, que ya obtuvo en 2009 el Premio Nacional de Historia de España por su participación en la obra colectiva “El Rey, historia de la monarquía”, dirige dos másteres de la UNED, únicos en España, el Master en Nobiliaria, heráldica y genealogía y el Máster en Historia de la masonería en España y América y es miembro de las Reales Academias de la Historia y de Jurisprudencia. Nos cuenta su investigación.



Enhorabuena, profesor. ¿Qué supone este premio para usted?


Supone el reconocimiento a una labor de investigación de archivos a la que he dedicado mucho tiempo e ilusión. Además, el premio conlleva la publicación de mi obra, que esperto salga de imprenta en un par de meses.


El trabajo premiado, “Los Duques de la Acacia: masones entre la nobleza española”, une dos conceptos, la nobleza o hidalguía y la masonería. Si hablamos de hidalgos, la imagen que nos asalta es la de un hombre de alto honor, pero de escaso lustre económico, que se bandeaba como podía allá por el siglo de Oro. ¿Quiénes son ahora los hidalgos?


La sociedad siempre se ha empeñado en crear distinciones y categorías. Desde antiguo, el rey o el Estado han premiado a ciertas personas con la condición de noble. Antes suponía disfrutar de ciertos privilegios. Ahora solo implica el reconocimiento social que uno quiera darle, pero poco más. En términos históricos, los hidalgos, es decir, los fijos de algo o alguien, son la baja nobleza, mientras que la alta nobleza es la que ostenta un título nobiliario; duque, marqués, conde, barón, vizconde. Por ejemplo, si todos los hijos de un duque o un barón son hidalgos, solo uno de ellos podía heredar el título, pero los demás hermanos conservaban su condición de hidalgos para sí y sus descendientes.



Sociedad secreta, miembros reconocidos


Y en cuanto a los masones, esa sociedad supuestamente secreta que manejaba los hilos de la política y la economía, si seguimos su trabajo premiado, ¿encontraremos muchos masones entre los nobles titulados?


En Europa, en los siglos XVIII y XIX las logias y sus cargos de responsabilidad estaban copados por la nobleza titulada. Incluso en países como Inglaterra, el Gran Maestro siempre ha sido un miembro de la nobleza titulada. Hoy lo es el duque de Kent. Y en Suecia hasta hace 50 años, el Gran Maestro siempre lo fue el rey. Sin embargo, esta aristocratización de la masonería fue desapareciendo a lo largo del siglo XIX hasta desaparecer prácticamente.


En España hoy son una rareza. Pero desde el siglo XVIII hasta mediados del XX, concretamente, hasta la Guerra Civil, he llegado a contabilizar cerca de 200 nobles titulados. Precisamente, el último de los que he estudiado en mi libro es un marqués con grandeza de España que, a pesar de haber apoyado en su momento el golpe de Estado de Primo de Rivera y unirse luego, durante la Guerra Civil, al llamado Bando Nacional y financiarlo, fue condenado por los tribunales franquistas a 20 años de cárcel precisamente por ser masón... ¡toda una paradoja!


¿Qué nobles masones españoles encontraremos en su investigación?


Sería difícil escoger algunos. Por ejemplo, el conde de Montijo, el general Riego, Agustín Argüelles, el príncipe de Anglona, el conde de La Bisbal, el marqués de Cerralbo, el marqués de La Florida, Ramón y Cajal, que fue ennoblecido por Franco póstumamente... Por limitarnos a los que ocuparon la presidencia del Gobierno en el siglo XIX, podemos mencionar a Evaristo San Miguel, Martínez de la Rosa, el conde de Toreno, el duque de Rivas, Narváez, Prim, Sagasta o Moret. Estos dos últimos fueron ennoblecidos por el rey a título póstumo.


Kaiser Guillermo

Kaiser Guillermo I

Parece que la masonería española estaba muy politizada, ¿era eso lo usual?


En efecto. En España las logias sintonizaron con la ideología liberal y estuvieron muy activas políticamente. De hecho actuaron como cripto-partidos políticos. Ahora bien, conviene distinguir entre masonería regular y masonerías irregulares. La primera, que es mayoritaria en los países anglosajones, exige a sus miembros creer en Dios, la inmortalidad del alma y prohíbe el debate sobre cuestiones política y religiosas. Para las masonerías irregulares (pues hay varias tendencias), no existen tales requisitos. En este sentido, en España siempre hubo masonería irregular.


¿Y de qué depende que la masonería de un país sea regular o irregular?

Según las constituciones masónicas publicadas en Londres en 1723, una Gran Logia obtiene la regularidad cuando es reconocida por las Grandes Logias regulares de otros países.


Volviendo a lo que hablábamos antes, la masonería española de los siglos XVIII a XX siempre pretendió el reconocimiento de regularidad de la masonería inglesa, pero no lo obtuvo hasta la tardía fecha de 1987 precisamente por las tendencias políticas y anticlericales de las logias españolas.


¿Menciona en su investigación algún caso de masones entre los Borbones españoles?


Si, varios. En el siglo XIX, lo fueron el infante Enrique de Borbón y varios de sus hijos y primos como Pedro de Borbón, María Cristina Gurowski de Borbón o María Olvido de Borbón y Castellví, o Felipe de Borbón y Braganza, entre otros.

Eduardo VII

Edward VII

¿Existió el contubernio judeo-masónico?


Algún contubernio hubo, aunque yo dejaría a los judíos fuera de todo esto. Por ejemplo, un político masón del XIX, Alcalá Galiano, explicó en sus Memorias el decisivo papel de la masonería en la revolución liberal de 1820 y cómo el primer gobierno formado tras el pronunciamiento del general Riego estuvo compuesto exclusivamente por ministros masones. Pero no debemos exagerar ni confundir las cosas como se hizo durante el franquismo. Precisamente un masón; el premier británico Winston Churchill, y un judío; el presidente de los EEUU Eiseinhower, contribuyeron a que la España franquista saliera de su aislamiento internacional e ingresara en la ONU, en la OECE, el FMI, etc. ¿Dónde estaba el supuesto contubernio judeo-masónico internacional contra España?


Clase de nobleza e hidalguía

En su faceta como docente le habrá tocado dirigir muchas investigaciones. ¿Sus alumnos le piden que les oriente para encontrar sus antepasados heroicos?


En el master de Nobiliaria, Heráldica y Genealogía lo que hacemos es formar a nuestros estudiantes para que, el que lo desee, desarrolle su labor profesional en estas materias. Casi la tercera parte de los alumnos preparan una investigación de genealogía de su familia. Algunos de ellos aspiran a encontrarse con algún antepasado destacado, pero para la mayoría es una cuestión de fruición vital.


Según su experiencia, en este país, sumido en la crisis económica y, hay quien dice, de valores ¿se ocupa la nobleza de mantener prestas sus armas y sus apellidos, o son más, o hacen más ruido, los nuevos ricos que quieren cargarse de blasones, aunque sean inventados?

Jorge VI

Jorge VI


Es una pregunta como muchas derivadas. Lo único que se me ocurre contestarle es que, en todo caso, lo importante es conservar la humildad y sobre todo la modestia, palabra que viene del latín modus stare, saber estar, entre tanto blasón y linaje.


Muchas gracias profesor.



Revista de prensa


Europa Press – Video de la Entrega del Premio
ABC
La Razón
La Vanguardia


Aida Fernández

Edición web: Elena Lobato

Comunicación UNED