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Madrid, 9 de febrero de 2016




La UNED estudia la recuperación de la memoria en ratones afectados por enfermedad de Alzheimer

La universidad ha participado en una investigación a partir de la cual se ha desarrollado un péptido que logra el restablecimiento de la conexión sináptica en neuronas afectadas por esta patología



La UNED, junto con el CSIC y la Fundación Vasca para la Ciencia Ikerbasque, han desarrollado un péptido gracias al cual ratones con la enfermedad de Alzheimer han recuperado la memoria, tal y como recoge el artículo publicado en la revista Nature Neuroscience. César Venero, profesor de Psicobiología de la UNED, y su compañera Inmaculada Pereda, que realiza una beca predoctoral en el departamento, han sido los responsables de comprobar que, efectivamente, la memoria espacial de los ratones transgénicos de la enfermedad de Alzheimer tratados con esta sustancia se recuperaba de forma total a pesar de que la enfermedad seguía presente. “Esto es lo realmente novedoso de la investigación”, señala Venero, “que se ha desarrollado un fármaco que, en animales, consigue que las neuronas se entiendan bien desde un punto de vista electrofisiológico existiendo todas las barreras que lo impiden en un cerebro afectado de Alzheimer”.

César Venero

La demencia asociada a esta patología está directamente relacionada con una acumulación inusual y tóxica de pequeños fragmentos de proteínas (péptidos beta-amiloides) que acaban formando unas placas en los alrededores de las neuronas que impiden su correcto funcionamiento. Hasta la fecha, los trabajos de investigación se centran en tratar de frenar esta acumulación para impedir la formación de las placas o en intentar eliminarlas una vez formadas, pero “todos han sido infructuosos”, explica el investigador. “Sin embargo, nuestro trabajo se ha centrado en otro proceso también asociado a la pérdida de memoria y provocado por el exceso de beta-amiloide en el cerebro: el anclaje de una proteína concreta, PTEN, a otras proteínas de membrana. Y lo que hemos visto es que, al bloquear este anclaje, los animales recuperaban la conexión sináptica perdida y, con ella, la memoria”.

Ratón



El trabajo de Venero y Pereda ha sido precisamente realizar las pruebas in-vivo a los animales para comprobar hasta qué punto recuperaban la memoria hipocampal, la más afectada en los ratones transgénicos tratados con el nuevo fármaco. “El hipocampo es una de las estructuras cerebrales fundamentales que con frecuencia se altera durante el envejecimiento, aunque de manera muy especial en la enfermedad de Alzheimer. Esa degeneración progresiva es la que hace que la gente tenga problemas de memoria habituales, como no recordar el nombre de una persona, no saber dónde va o a qué ha ido a un lugar, desorientarse…”. Los ratones cuyo hipocampo se encuentra en perfectas condiciones desarrollan una buena memoria espacial y, del mismo modo, cuando esta estructura se altera por la enfermedad de Alzheimer, dejan de orientarse y de aprender. Al realizar las pruebas cognitivas, los investigadores han comprobado que, tras recibir el nuevo péptido, “la recuperación de la memoria espacial era total, aunque no tanto en otro tipo de memorias”.


Venero insiste en ser cauto: “hay que tener en cuenta que son pruebas muy específicas realizadas en ratones transgénicos con alteraciones muy concretas de la memoria hipocampal provocadas por el exceso de beta-amiloide en el cerebro. Sabemos que cuando tienen exceso de beta-amiloide no aprenden bien. Pero cuando les damos este fármaco revertimos el proceso y vuelven a aprender bien. No podemos asegurar que esto sea para siempre, pero con estos resultados se abren nuevas vías de investigación”.


Abstract del artículo publicado en Nature Neuroscience


Biomarcadores en saliva


Este trabajo no es el único relacionado con el deterioro cognitivo en el que trabaja la universidad. César Venero avanza que en el Grupo CINCO de la UNED (Centro de Investigación de la Neuropsicobiología de la Cognición), compuesto por profesores e investigadores de varios departamentos -Herminia Peraíta, Carmen Díaz, Azucena Valencia, Sara García y Raquel Rodríguez- “estamos buscando biomarcadores en saliva que puedan ayudar a detectar de forma precoz qué personas pueden acabar desarrollando un deterioro cognitivo leve que pueda derivar en Alzheimer”.


Los estudios se centran de momento en el cortisol, “una hormona relacionada con los procesos de estrés y que se altera en las personas que tienen algunos de los subtipos de deterioro cognitivo leve, como por ejemplo el multidominio. Estos individuos, que tienen tanto la memoria como las funciones ejecutivas alteradas, presentan unos niveles de cortisol por las mañanas más elevados que las personas con un nivel cognitivo normal”. El profesor explica que “ya tenemos una publicación al respecto y ahora estamos ampliando la muestra: viendo diferencias de género, buscando otros biomarcadores, etc.”




Ratón


Itziar Romera

Edición web: Elena Lobato

Comunicación UNED