Ramón Cotarelo, catedrático de Ciencia Política y de la Administración de la UNED, tomo la palabra para anunciar que quería hacer de abogado del diablo “las mujeres y la misoginia son sinónimos desde el punto de vista filosófico… la civilización es obra de los dos… hay un símil muy socorrido en la historia del pensamiento, el del teatro… la vida es un teatro… con un proscenio para los hombres y un gineceo para las mujeres. Ignoramos la mitad del género humano, sobre todo en al filosofia occidental… la misoginia viene explicada como una precaución, que los del gineceo no pasen al proscenio para que no se vea que no valemos nada”.
Entre otras reflexiones Cotarelo nos dejó esta: “el discurso del conocimiento universal, que no es universal porque ignora una de las partes… es un discurso dictado por la envidia, el odio y el miedo, es un discurso de género que se quiere olvidar del género… por la misma razón que los blancos llaman gente de color al resto, igual que los discursos políticos hablan de la conquista del hombre y ahí debería de estar incluida la mujer… envidia, odio y miedo, no solo en la filosofia sino en todo… los hombres no son capaces de entender lo mismo que el último en enterarse de que está en el agua es el pez, porque forman parte de los quieren entender… De dónde venimos todos, de las mujeres y eso sí que es concluyente nos guste o no… está de moda compartir, pero hay algo que no podemos compartir… la maternidad, de ahí el origen de esa envidia, odio y miedo… incluso terror, pánico, la fábula de las amazonas es miedo … el origen del odio es el poder de las mujeres… la violencia permanente que los hombre ejercen sobre las mujeres, a través de la violación, una tropa lo primero que hace cuando invade un País es violar a sus mujeres, la violación es un arma de guerra, entendida la guerra como continuación de la política por otros medios, cuando la guerra se civiliza la violación se convierte no en acción sino en amenaza… para que las cosas no se salga de madre, que nunca de padre…. a veces algún hombre poco enterado de sus prerrogativas… hablamos de violencia de genero… de envidia, odio y miedo”. El profesor concluyó citando al filósofo alemán Theodor Adorno: “tú solamente eres amado donde puedes demostrar tu debilidad sin provocar una reacción de fuerza en contra tuya”