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FUNDAMENTOS CIENTÍFICOS DE LA PSICOLOGÍA SANITARIA

Curso 2016/2017 / Cod.22205025

FUNDAMENTOS CIENTÍFICOS DE LA PSICOLOGÍA SANITARIA

PRESENTACIÓN

   Fundamentos Científicos de la Psicología General Sanitaria 

 

La profesión del Psicólogo General Sanitario implica: “la realización de investigaciones, evaluaciones e intervenciones psicológicas sobre aquellos aspectos del comportamiento y la actividad de las personas que influyen en la promoción y mejora del estado general de su salud, siempre que dichas actividades no requieran una atención especializada por parte de otros profesionales sanitarios” (disposición adicional séptima de la Ley General de Salud Pública 33/2011).

En el plan de formación para el desempeño de estas funciones, la asignatura Fundamentos científicos de la Psicología Sanitaria tiene como objetivo general que los futuros Psicólogos Generales Sanitarios conozcan las bases de una profesión asentada en evidencias empíricas, iniciando el desarrollo de las competencias y habilidades que se requieren, a su vez, para ejercer una profesión guiada por dichas evidencias (a partir de una adecuada discriminación de las mismas, en cuanto a su valor científico) contribuyendo, asimismo, al propio avance de la Psicología Sanitaria como investigadores en sus áreas de competencia profesional.

Para el logro de este objetivo general, la asignatura plantea tres grandes objetivos específicos relacionados con lo anteriormente expuesto.

 

  1. Desarrollar una concepción integral y holística de la Salud

La Psicología General Sanitaria se encuadra en el modelo biopsicosocial de la Salud. Para comprender bien el alcance de este encuadre, es necesario recordar que la concepción actual de la Salud encuentra sus raíces en el preámbulo de la constitución de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en donde se define la salud como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Adoptada por la Conferencia Internacional de la Salud (Nueva York, junio de 1946), y en vigor desde 1948, esta definición no ha sido modificada hasta el momento actual. Este cambio de concepción de la Salud supuso un cambio sustancial en la manera de enfocar la investigación, diagnóstico e intervención relativos al origen, desarrollo, evolución y curación de las enfermedades (físicas y mentales), así como en la promoción de la salud concebida como el estado completo de bienestar integral en que la OMS centra su definición de Salud, dando origen a un profundo cambio en los sistemas de gestión sanitaria a lo largo de los años 60 y 70.

En lo que a los aspectos psicológicos se refiere, en 1977, G.L. Engel abundaba en la idea del reto que suponía dar respuesta a un cambio de paradigma en el enfoque médico, haciendo especial hincapié en las deficiencias del modelo biomédico y abogando por la necesidad de generar un nuevo modelo de la Salud de carácter biopsicosocial. Así, con las puertas abiertas a la contribución de las disciplinas sociales y de la psicología al campo de la salud, J.D. Matarazzo recoge el guante en 1980 planteando las nuevas fronteras para una nueva Psicología en el ámbito de la salud, y en 1982 señalando el reto que, a su vez, suponía este nuevo paradigma para la psicología académica, científica y profesional, dando paso a la creación de una nueva disciplina, la Psicología de la Salud, cuya expansión y contribuciones han sido notables, desde entonces, tanto en el ámbito de la investigación básica como de la aplicada.

Si contribuir desde la Psicología a la comprensión y tratamiento de las enfermedades (tanto físicas como mentales) viene siendo desde entonces un objetivo fundamental, no menos importante aún es su papel en la investigación e intervención, cada vez más creciente y potente, en el campo de la prevención y promoción de la salud; en definitiva, del bienestar integral de la persona, así como de la potenciación de sus fortalezas y capacidades, siendo estas cada vez más objeto de investigación y aplicación en modelos de intervención complementarios a los tradicionales.

Así, por ejemplo, la OMS traslada al campo de la salud mental su definición de Salud, entendiendo aquella, no sólo por la ausencia de trastornos mentales, sino como “un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad”.

Bajo esta concepción y modelo de Salud holística, centrada en el bienestar integral de la persona, desarrollará su  ejercicio profesional el Psicólogo General Sanitario.

 

2. Desarrollar un enfoque profesional basado en procedimientos avalados por evidencia empírica

Una de las bases fundamentales de la Psicología General Sanitaria estriba en el requerimiento de que sus aportaciones al campo de la Salud vengan de la mano de procedimientos que estén, en la medida de lo posible, avalados científicamente. Tal y como señalan Echeburúa, Corral y Salaberría (2010), esta orientación ha supuesto un giro radical en la investigación sobre los tratamientos psicológicos. Así, la práctica profesional basada en la evidencia se considera un camino irreversible, si bien no exento, aún, de dificultades y discrepancias a resolver que el futuro Psicólogo General Sanitario debe conocer y valorar. Igualmente relevante es que el futuro profesional conozca cuáles son las fuentes de dichas evidencias y los criterios científicos a tener en cuenta en la validación de un procedimiento.

Este enfoque de la psicología basada en la evidencia no responde en estos momentos únicamente a un auge progresivo a lo largo de las últimas décadas, sino a un requisito legal contemplado en el artículo 4.7b de la Ley 44/2003 de Ordenación de Profesiones Sanitarias, en el que se indica que la actuación del profesional sanitario “estará basada en la evidencia científica y en los medios disponibles y amparados en guías y protocolos de práctica clínica y asistencial”.

Así, la estandarización de protocolos de intervención está dando lugar a guías prácticas de intervención. En esa línea, el Sistema Nacional de Salud define las Guías de Práctica Clínica como el “conjunto de recomendaciones basadas en una revisión sistemática de la evidencia y en la evaluación de los riesgos y beneficios de las diferentes alternativas, con el objetivo de optimizar la atención sanitaria a los pacientes”. Son diversas las fuentes que proporcionan guías estandarizadas en el campo de la salud mental, provenientes de organismos de salud, agencias gubernamentales, profesionales del campo, etc. (ej. la APA, el Sistema Nacional de la Salud, la OMS, etc), que deben conocerse y aprender a manejarse.

 

3. El Psicólogo General Sanitario como científico

Finalmente, el tercer objetivo específico se dirige a la identidad y formación del Psicólogo General Sanitario como científico, tanto en lo que hace referencia a su competencia para valorar de forma crítica la calidad de la literatura y evidencia científica existente en su área de trabajo, en lo concerniente a investigación básica y aplicada, como a la competencia para el diseño, desarrollo y difusión de sus propias investigaciones, en la línea de aportar evidencias empíricas a sus actuaciones profesionales. Proporcionar las bases para esta identidad, así como herramientas para su desarrollo, constituye el núcleo de este tercer objetivo específico de la asignatura.