En la primera intervención de la jornada, el profesor Tezanos ha analizado en qué momento de la evolución de la sociedad nos encontramos, señalando que “estamos inmersos en tal cúmulo de cambios que ni siquiera tenemos perspectiva para analizarlos”. Pero “la intensidad de tantos cambios en distintos planos da lugar a que nuestra época sea también un período en el que están surgiendo múltiples problemas sociales, dificultades de adaptación, incertidumbres e inseguridades, ante la falta de comprensión de qué es lo que ocurre, o lo qué puede ocurrir en los próximos años, y cómo se van a potenciar y acelerar los avances propios de la revolución científico-tecnológica”.
El experto nos ha situado en la tercera gran revolución de la Humanidad después de la neolítica y la industrial, aunque ha matizado que “en realidad se trata de la única revolución como tal, pues las anteriores fueron procesos más dilatados en el tiempo y más progresivos”. “En cambio”, ha señalado, “en estos momentos, lo que está aconteciendo es una revolución tecnológica que supone una auténtica explosión del conocimiento y una expansión muy rápida de sus aplicaciones”.
Lo más característico y significativo de esta revolución es, para el catedrático, “su enorme potencialidad científico-tecnológica. Se calcula que en las sociedades de nuestros días viven muchos más científicos y tecnólogos que los que han existido en toda la historia anterior de la humanidad. Y se calcula también que en nuestra época, se está utilizando solamente una parte pequeñísima del acervo de conocimiento acumulado. En concreto, se estima que más del 80% de los conocimientos actuales no se están explotando económica ni socialmente en la vida cotidiana de nuestras sociedades”. Es más, Tezanos ha añadido que “actualmente, tenemos múltiples conocimientos avanzados, contamos con recursos humanos magníficos, con personas muy preparadas, y medios económicos suficientes como para hacer frente con éxito a los grandes retos y las carencias que se han padecido a lo largo de la historia de la Humanidad, tales como las enfermedades, el sufrimiento, las carencias, el hambre, la incultura o los esfuerzos agotadores y deshumanizantes… y, sin embargo, no lo estamos haciendo”.