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Laudatio Pedro Duque

Doctor Honoris Causa por la UNED 2016

Dr. Francisco Mur Pérez Profesor titular de Ingeniería de Sistemas y Automática en la E.T.S. de Ingenieros Industriales de la UNED


Francisco Mur

El pasado curso académico 2014/2015, La Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de la UNED cumplió sus cuarenta años de existencia. Por tanto, hace ahora 40 años desde que la primera promoción de estudiantes de nuestra Escuela finalizara su primer curso que se impartió allá por 1976. Durante todo este tiempo se ha realizado una gran labor, tanto desde la faceta docente como investigadora, que ha permitido formar a un nutrido grupo de ingenieros que hoy forman parte del tejido industrial, económico y humano de nuestra sociedad, en la que tienen un amplio reconocimiento como ingenieros. Sin embargo, a lo largo de todo este tiempo hay un hito que nuestra Escuela no se había planteado, que es precisamente proponer a un ingeniero ilustre como miembro ad honorem de nuestro claustro de doctores. Esta circunstancia no se debe a la falta de ingenieros, profesionales e investigadores merecederos de esta distinción, sino posiblemente a todo lo contrario, y, por tanto, queremos agradecer, desde la Escuela al Consejo de Gobierno de nuestra Universidad y a toda la comunidad universitaria la excelente acogida que ha tenido la propuesta de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de incorporar a nuestro claustro de doctores Honoris Causa al ingeniero y astronauta español D. Pedro Duque.

Me satisface, en el papel que se me ha encomendado, recordar los meritos sobresalientes de la trayectoria profesional y personal de Pedro Duque que le hacen laudable y merecedor de esta distinción y este alto reconocimiento.

Aun cuando tengo constancia de su brillante etapa for- mativa en las enseñanzas medias y de su destacada capacidad intelectual ya por entonces, la trayectoria que quiero resaltar comienza dentro de la Escuela Técnica Superior de Ingenie- ros Aeronáuticos de la Universidad Politécnica de Madrid, que realiza entre octubre de 1980 y junio de 1986. Completando el plan de estudios de seis años, vigente entonces, con matrícula de honor y realizando simultánea y brillantemente el sexto y último curso con el proyecto fin de carrera.

Durante sus últimos años de carrera colaboró como be- cario en distintos proyectos del Laboratorio de Mecánica del Vuelo, circunstancia que condujo a que empezara a trabajar en la Empresa GMV al finalizar los estudios en 1986 dentro del Grupo de Mecánica de Vuelo para el cálculo de órbitas. Quiero destacar que esta empresa de ingeniería es un “spin- off” del grupo de trabajo de la cátedra de Mecánica del Vuelo de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Aeronáuticos, constituida en 1984 y que hoy en día es un grupo empresarial internacional líder en su sector.

El reducido grupo de ingenieros que constituía la empresa en esos momentos, entre los que se encontraba el joven ingeniero Duque, logra, en competición internacional abierta, un contrato para el Centro de Operaciones de la Agencia Europea del Espacio (ESOC) y como consecuencia, a finales de 1986, Pedro Duque fue enviado por GMV al Centro Europeo de Operaciones Espaciales de la Agencia Espacial Europea en Alemania para trabajar en el Grupo de Determinación Precisa de Órbitas.

Durante toda esta etapa, que abarca desde 1986 hasta 1992, trabajó para el citado Centro en el desarrollo de modelos y algoritmos así como en la implementación de programas para la determinación de órbitas de naves espaciales. Simultáneamente, formó parte del Equipo de Control de Vuelo de los satélites de la Agencia Espacial Europea, ERS-1 y EURECA.

GMV constituye un ejemplo de empresa de ingeniería centrada en el desarrollo tecnológico y en la innovación, presentando un rápido crecimiento en los años 80 que la llevó a ser declarada en 1988 Centro de Excelencia en Mecánica Orbital por la Agencia Espacial Europea (ESA).

En este punto es importante destacar el esfuerzo investigador y tecnológico que realiza el sector aeroespacial español que, como en cualquier área de la ingeniería en la que se investiga, desarrolla e innova, tiene tambien su reflejo en aspectos mucho más próximos en nuestra vida cotidiana. Sirva como ejemplo que en los años siguientes esta misma empresa desarrolló para las redes informáticas el primer sistema cortafuegos en España e implantó la primera pasarela de SMS-Internet de nuestro país. También desarrolló el primer sistema inteligente para el transporte con la implantación de los primeros sistemas de localización y gestión de flotas basados en tecnologías GPS para la flota de autobuses urbanos de Valladolid.

En 1990 la Agencia Espacial Europea abría un concurso a nivel europeo para la selección de un grupo de 10 personas que constituirían el cuerpo de astronautas para las futuras misiones espaciales en las que participaría la Agencia.

Esto supuso a Pedro Duque la posibilidad de desarrollar una profesión vocacional, como es la de astronauta, muy relacionada con el espíritu científico e ingenieril de “conocer, explorar y descubrir”. Profesión que requiere de grandes co- nocimientos multidisciplinares y de una alta dosis de autosuficiencia en todos los aspectos, incluida la supervivencia. Una profesión que busca ampliar el límite de “lo conocido”, de la ciencia y tecnología, en la frontera de lo que actualmente es alcanzable y tecnológicamente posible, todo ello realizado con equipos humanos muy reducidos y, por tanto, muy preparados.

El Centro de Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI), del Ministerio de Ciencia y Tecnología, fue el organismo en- cargado de realizar las pruebas de selección de candidatos españoles a las que se presentaron 658 aspirantes. De este nutrido grupo, once aspirantes superaron las pruebas de idiomas, médicas, de perfiles científico-técnicos y las pruebas físicas pertinentes, entre los que a finales de 1991 se seleccionaron cinco candidatos para competir con otros sesenta procedentes de los otros doce países miembros de la Agencia Europea del Espacio. Es fácil rebuscar en las hemerotecas los periódicos de la época y recordar todo este proceso. Finalmente, en mayo de 1992, Pedro Duque fue seleccionado para formar parte del Cuerpo de Astronautas de la ESA con base en el Centro Europeo de Astronautas (EAC) en Colonia (Alemania).

Entre 1992 y 1995 Duque recibió la formación de astronauta en el Centro Europeo de Astronautas (EAC) y en el Centro de Preparación de Astronautas ruso (TSPK) en la Ciudad de las Estrellas (Rusia), con el objetivo de participar en la futura colaboración entre la Agencia Espacial Europea y Rusia en la Estación Espacial MIR y, posteriormente, para las misiones conjuntas (ESA-Rusia) EUROMIR 94 y EUROMIR 95. Toda esta fase de preparación calificó a Pedro Duque como Astronauta Científico para la Soyuz y la MIR.

A partir de mayo de 1995 Pedro Duque pasa a formar parte de las tripulaciones del programa de lanzaderas espaciales de la NASA en colaboración con la Agencia Espacial Europea. Participó como Astronauta Científico de reserva en la misión científica del Transbordador de la NASA STS-78 durante los meses de junio y julio de 1996. Pedro Duque participó con el Equipo de Coordinadores para el contacto entre los científicos en la Tierra y la tripulación a bordo del transbordador “Columbia”, siendo responsable de más de la mitad de los experimen- tos realizados.

El 29 de octubre de 1998 vuela por vez primera al espacio formando parte de la tripulación del transbordador “Discovery” (NASA-STS 95), ocupando un puesto de ingeniero de vuelo y convirtiéndose en el primer astronauta realmente español que viaja al espacio. La misión duró aproximadamente nueve días, durante los que se realizaron más de ochenta expe- rimentos científicos, de los que veintinueve fueron responsabilidad directa de Pedro Duque.

Entre 1999 y 2003, Pedro Duque trabajó en el Centro Europeo de Tecnología Espacial (ESTEC), en Holanda, en las últimas fases de diseño y pruebas del módulo laboratorio de la Estación Espacial Internacional (ISS). Durante este periodo de tiempo recibe la formación que le habilita para los primeros vuelos europeos de larga duración a esa misma Estación Espacial Internacional.

Entre 2001 y 2005, el Ministerio Español de Ciencia y Tecnología, a través del Centro de Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI), desarrolla la “Misión Cervantes”, dentro del marco un acuerdo firmado por la ESA y la Agencia Espacial Rusa, Rosaviakosmos. Como consecuencia de este programa, en octubre de 2003, Pedro Duque realiza su segundo vuelo espacial a bordo de una nave rusa Soyuz a la Estación Espacial Internacional donde permaneció ocho días. El objetivo de esta misión fue desarrollar un programa científico-experimental europeo, en su mayoría español, con experimentos en diversas áreas científicas que abarcan desde ciencias de la vida, física, observación de la Tierra, educación o nuevas tecnologías.

Es especialmente reseñable que parte de los recursos de la Misión Cervantes fueron destinados a experimentos y actividades educativas de carácter general, siendo la primera misión europea que involucra a estudiantes de todos los niveles educativos, desde la educación primaria hasta la universidad. Esa faceta de divulgación de la ciencia ha sido una constante en toda la trayectoria profesional de Pedro Duque hasta ahora.

Otra faceta destacable es la naturaleza científica de las cuatro misiones espaciales en las que ha formado parte Pedro Duque. Esto le ha convertido en un especialista en la adaptación de experimentos científicos para su realización en espacios remotos, reducidos y controlados a distancia, y en la organización de todas las tareas y procedimientos para la operación de estos laboratorios remotos. Los laboratorios remotos son sistemas en los que todas las facultades y escuelas de la UNED que imparten enseñanzas experimentales tenemos un especial interés, y con los que está directamente relacionada la Escuela de Ingenieros Industriales y el Departamento al que pertenezco.

De 2004 a 2006 la Agencia Espacial Europea destina a Pedro Duque como director del Centro de Operaciones y Asistencia a los Usuarios (USOC) de las instalaciones experimentales de la Agencia Europea del Espacio en la Estación Espacial Interna- cional, adscrito al Instituto de Microgravedad Ignacio de Riva de la Universidad Politécnica de Madrid, en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Aeronáuticos. Tras esta etapa, siempre ha permanecido en contacto con la Universidad y la docencia, siendo actualmente profesor en la Escuela de Ingenieros Aero- náuticos, en muchas ocasiones “a distancia”, ya que tiene fijada su residencia por motivos de trabajo en Alemania.

Entre 2006 y 2011, sin descuidar su preparación para los vuelos espaciales, fue presidente ejecutivo de la empresa Deimos Imaging, S.L. Esta empresa dispone en la actualidad de dos satélites de observación de la Tierra, el primero de los cuales, Deimos-1, fue puesto en órbita el 29 de julio de 2009, lo que le convierte en el primer satélite español de observación de la Tierra. Los datos obtenidos por estos satélites tienen apli- caciones que van desde la monitorización de la producciones agrícolas, forestales o de explotaciones industriales, hasta la re- cogida de información para situaciones de emergencias y, por supuesto, la obtención de datos para la investigación científica o el estudio medioambiental.

En la actualidad Pedro Duque trabaja en la Agencia Espacial Europea en su puesto de astronauta, manteniendo las calificaciones para una posible nueva misión espacial.

Toda la trayectoria profesional y personal, como ingeniero, científico y divulgador de la ciencia y de la técnica, que he resu- mido en esta laudatio, ha tenido numerosos reconocimientos entre los que quiero destacar los cuatro siguientes:

En marzo de 1995 recibió la “Orden de la Amistad” conce- dida por el presidente Yeltsin de la Federación Rusa.

En febrero de 1999 recibió la Gran Cruz al Mérito Aeronáutico, impuesta por Su Majestad el Rey de España.

En octubre de 1999, Pedro Duque (representante de la Agencia Europea del Espacio) recibió el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional junto con los astronautas Chiaki Mukai (de la agencia japonesa NASDA, la primera japonesa en viajar al espacio), John Glenn (de la NASA, que fue el tercer estadounidense en volar al espacio y el primero en orbitar sobre la Tierra) y Valery Polyakov (de la Agencia Espacial Rusa, que tiene el récord de permanencia en el espacio al estar a bordo de la estación espacial MIR durante 14 meses en un único viaje). El premio les fue concedido por considerar que los cuatro representan el “trabajo conjunto en el espacio, en el que se persiguen objetivos comunes en beneficio de la humanidad”, siendo “artífices”, entre otros muchos, “de la exploración pacífica del universo”.

Es académico correspondiente de la Real Academia de Ingeniería en España.

Parafraseando al que fue director de los proyectos de la NASA en España, Luis Ruiz de Gopegui, diré: “Hasta ahora siempre hemos distinguido a gente de la Tierra, y ahora añadi- mos en nuestro claustro a personas del espacio”.

Por todo lo expuesto, solo me resta agradecer a la UNED la concesión del Doctorado Honoris Causa en Ingeniería a D. Pedro Duque, para que tan ilustre ingeniero pase desde hoy a formar parte de nuestro claustro de doctores Honoris Causa por la UNED. Y gracias al desde hoy nuestro compañero el Dr. Pedro Duque por aceptar esta distinción.



Madrid, junio de 2016