Ivette Carrión tiene claro por qué el curso se hace en la UNED y no en otra universidad: “la UNED es el puente que enlaza conocimientos con el mundo, por su metodología a distancia. El puente ha sido una figura muy importante a lo largo de la Historia, pues ha permitido conocer culturas, personas, productos… favorece la integración; y eso es precisamente lo que hace la UNED, integrar”.
El método ASIRI tiene como objetivo principal devolver la sonrisa a los niños y al niño interior de cada adulto. Ivette Carrión afirma que “lo que proponemos con ASIRI es ser más conscientes cada vez, ése es el reto de nuestro tiempo: ser conscientes. Entender que somos sonido, color y forma, que ése es nuestro referente, nuestro pan bajo el brazo, lo que traemos, y lo transformamos a través del sentir, hacer y pensar, tres instantes que siempre hacemos pero no de forma consciente”. Los docentes que participan en los cursos y seminarios de este método, según su creadora, “se dan cuenta de que son grandes creadores y empiezan a emplear elementos que estaban siempre alrededor de él y que antes no veía como posibilidades para él, para integrarlas y unirlas en su metodología”.
¿Cómo se hace realidad este espíritu? “Trabajamos por proyectos de una semana de duración en los que empleamos oficios”, explica Carrión, “porque el niño tiene que aprender a hacer para poder trascender. Con la educación actual, los niños usan muy poco las manos, que son la continuación del cerebro, por eso queremos que las usen más, pues cuanto más lo hagan, más sabiduría obtendrán”. Oficios como el de cocinero, albañil o textilero a través de los cuales los niños aprenden “a ser” y “a hacer” y con el que desarrollan “tanto su parte emocional como su parte intelectual”. Una forma, señala la experta, de optimizar “las inteligencias múltiples del individuo”.
En el curso de la UNED se han matriculado 25 personas, todas ellas mujeres, algo que sorprende y para lo que Ivette Carrión tiene su propia explicación: “las mujeres estamos más preocupadas en general por la educación integral de los niños, por saber qué le viene mejor o peor a mi hijo, mientras que los hombres son más pragmáticos”. La conclusión es clara: este cambio también nos va a tocar hacerlo a nosotras.