María Novo describe también uno de los problemas ocultos que rige nuestras vidas en el siglo XXI: el tiempo. “En las sociedades, entre comillas, avanzadas, todo hay que hacerlo más rápido. La prisa es una enfermedad social, un modelo de éxito que se centra en la velocidad, el coche, el tren, el avión… en tener más, acumular más, ser más competitivo”.
“En la economía, el capitalismo salvaje ha compuesto una idea del mundo en que las personas somos productores o consumidores, una pieza más de la maquinaria de la gran fábrica, donde los trabajadores son intercambiables, donde se impone su lógica de jornadas laborales interminables, olvidadas ya las conquistas del Estado de Bienestar y secuestrado el tiempo en la vida de la personas. Si la máquina china trabaja más rápido, se apaga la de Francia o España. Es un modelo que prospera creando más y más desigualdades y estructura un mundo donde el 1 por ciento de los individuos controla el 50 por ciento de los recursos del planeta mediante una intricada arquitectura financiera”.
“En lo personal, se genera lo que Mayor Zaragoza llamó déficit de alma. El sometimiento de los humanos a las lógicas de la cultura, la ideología y la economía dominantes. Ya no somos seres con familia, con vocaciones, con sueños, necesidades creativas, afectivas y de ocio. No nos dejan tiempo para disfrutar de la familia, los hijos o la pareja. No hay tiempo para relacionarse con quienes comparten nuestros intereses y nuestras demandas: nos desmovilizan socialmente y nos impiden cultivar la democracia. El modelo de éxito es no parar. Y no recordar siquiera que esto no siempre fue así”.
Antropoceno
“En lo ecológico el sistema crea una relación insostenible con la biosfera. Extraemos recursos y generamos desechos a más velocidad de la que la Naturaleza los puede reponer, provocamos un impacto que el Planeta es incapaz de soportar. Entramos en una nueva era, el Antropoceno”. La profesora Novo cita al meteorólogo holandés Paul Jozef Crutzen, ganador el Premio Nobel por sus investigaciones sobre los gases de efecto invernadero causados por el hombre. Su trabajo popularizó el término Antropoceno para describir una nueva era caracterizada por las acciones humanas que tienen un efecto devastador en la Tierra y por proponer un plan radical de actuación urgente para minimizarlo.
Para María Novo “en esta nueva era biológica, que se caracteriza por desbordar los límites de la bioesfera, el abuso de la energía, la pérdida de la diversidad, el cambio climático…, son escenarios de incertidumbre que provocan cambios abruptos, no sabemos dónde ni cuándo”. La profesora rebate punto por punto la creencia de que todo ocurrirá en el futuro, “dentro un par de siglos o así”, que será un legado que tendrán que abordar los hijos de nuestros hijos. Un prejuicio absolutamente erróneo porque “el deshielo en el Ártico; la emisión permanente de gases a la atmósfera; la subida del nivel del mar que ya ha dejado sin territorio varias islas del Pacífico, aunque ni en Cádiz ni en Nueva York parece preocupar a nadie,; la inundación de los deltas de los ríos; las grandes migraciones de millones de personas por el fracaso de sistemas económicos y políticos. Impactos que ya se están produciendo. Y una vez que ocurren, no hay vuelta atrás”.
La catedrática señala que la evolución de la especie y la sociedad humana no es una línea continua, sino una línea quebrada formada por una cadena de hechos improbables, inconcebibles hasta justo un momento antes de producirse: “la propia aparición del hombre en la Tierra era en sí un hecho improbable; el auge del nazismo y la aparición de campos de concentración eran improbables; la devastación de Hiroshima y Nagasaki con la bomba atómica era improbable; la Perestroika y la caída de la URSS era improbable; el ataque a las Torres Gemelas de Nueva York era improbable… Hoy aún nos parece altamente improbable que un suceso extremo producido por el cambio climático provoque una hecatombe global. Pero no por ignorar o subestimar lo improbable vamos a evitar que ocurra”.
Economía desbocada, tecnología sin conciencia
Novo apuesta por recuperar la sostenibilidad en todas las esferas. En la personal, “no habrá sostenibilidad si la vida de las personas sigue siendo insostenible. Debemos recuperar nuestro tiempo y recordar que hemos nacido para ser felices, que vivir significa vivir, no solo producir y consumir, y que no hemos de dejar que usurpen los fines de nuestra vida ni los releguen a una segunda categoría”.
En lo político, “el buen vivir individual y con dignificad es el bien común de la sociedad, de nuestro barrio, de nuestro pueblo, de nuestro mundo. Podemos salirnos de los fines que el mercado nos adjudica y ser conscientes que los fines de nuestra propia vida están amenazados. Hemos de aprender nuevas formas de comer, de viajar, de relacionarnos con los demás y con la propia Tierra”. Y en lo económico es preciso no perder de vista que “vivimos en una Economía desbocada que guía a una Tecnología sin conciencia”.